Dos asistentes y dos editores de cultura están teniendo problemas para mantener el ritmo con que Rem Koolhaas camina y habla sin parar.
Aquí algunos extractos de la entrevista, que no tienen desperdicio:
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Puede ser maravilloso cuando un edificio tiene carácter, pero también puede ser un obstáculo. Te puede limitar. Tengo sentimientos encontrados acerca de esto.
SPIEGEL: Justo ahora, cuando estábamos en Hafencity, de pie en el edificio de la nueva sede de Unilever diseñada por la firma de arquitectos Behnisch, usted dijo que la fealdad puede hacer a un edificio más abierto.
Koolhaas: No creo que la sede de Unilever sea fea. Pero el edificio es desorganizado y caótico. Y el trastorno puede tener un efecto estimulante. .../...
- .../... "El arquitecto ha fracasado" o "La ciudad ha fracasado" o "El consorcio de inversionistas tiene la culpa." No, es la interacción de todas estas condiciones lo que produce edificios sin alma.
- .../... verás que esta calle cuenta la historia de la arquitectura en la última década: sin ninguna ambición clara.
- .../... Pero el neoliberalismo ha convertido el asunto de la arquitectura en una "guinda del pastel". La Filarmónica del Elba es un ejemplo perfecto: Es la guinda del pastel. No estoy diciendo que el neoliberalismo haya destruido la arquitectura, pero le ha asignado un nuevo papel y ha limitado su alcance.
SPIEGEL: ¿Quieres ver un retorno a un mayor control gubernamental? Este anhelo se trasluce en su nuevo libro sobre los masivos Metabolistas, un grupo japonés de arquitectos que es muy conocido en Occidente.
Koolhaas: Es cierto. El Estado no siempre ha sido la entidad sin esperanza y sin poder que a menudo se percibe en el Occidente actual. Esto lo aprendemos de los Metabolistas, a quienes el gobierno encargó en 1960 combatir las debilidades estructurales de su país: terremotos, tsunamis, la parcelación del país. Otra cosa interesante sobre el movimiento Metabolista es el hecho de que, a pesar de tener grandes individualidades, sus miembros actuaron como un grupo. Hoy en día, esta posibilidad ya no existe. La tensión por competir ha aislado a los arquitectos.
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SPIEGEL: ¿Es cierto que sólo el 5 por ciento de sus diseños se construyen?
Koolhaas: Sí.
SPIEGEL: Eso debe ser frustrante.
Koolhaas: Ese es nuestro sucio secreto. Los arquitectos son aclamados como héroes -, pero la humillación es parte de nuestra vida cotidiana. La mayor parte de nuestro trabajo para los concursos y licitaciones desaparece automáticamente. Ninguna otra profesión aceptaría esas condiciones. Pero no se pueden ver estos diseños como residuos. Son ideas, sobrevivirán en los libros.
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-Usted no quería participar en el concurso?
Koolhaas: No. Creemos que los encargos directos conducen a mejores edificios. En los concursos estás obligado a hacer concesiones.