Para encontrar el origen del concepto de la muestra «Don Quixote» es necesario retroceder hasta la infancia de Ai Weiwei. El padre del artista, el poeta Ai Quing, tuvo entre sus libros una edición de la obra maestra de Cervantes, que Ai recuerda vívidamente por su bella portada e ilustraciones y la breve introducción a la historia que su padre le hizo. Viviendo en los desiertos remotos de Xinjiang, donde su padre había sido deportado, la extravagante pareja formada por Don Quijote y Sancho Panza despertó su imaginación infantil y le hizo ver que se podía concebir todo un mundo de fantasía, más allá de las doctrinas que dictaban que todo se ajustase a determinadas lógicas y racionalidades.
El MUSAC será el primer museo que exponga en profundidad el conjunto de obras realizadas con bloques de construcción (tipo LEGO o WOMA), en las que Ai Weiwei viene trabajando desde 2007: se verán 19 de las 60 que ha producido hasta el momento. Con estas piezas de juguete, el artista propone un desafío audaz a la pintura tradicional bidimensional.
«Son la herramienta perfecta para cuestionar el pasado político y estético del arte. Elegí los ladrillos de LEGO porque son completamente ajenos a mí: son neutros, incluso absurdos, con una paleta limitada a cuarenta colores. Usar este material para cuestionar mensajes políticos o estéticos del pasado me parece especialmente adecuado, ya que no carga con el peso de formas de expresión artística tradicionales, como la pintura o la escultura. En cierto sentido, estos ladrillos de juguete nos liberan de las cargas del bagaje artístico histórico.»
Ai Weiwei.
En Don Quixote pueden verse tres grupos de obras en LEGO. El primero lo componen versiones de obras maestras de la historia del arte, que en este caso se realizan a escala 1:1. Entre éstas está, por ejemplo, The Last Supper in Pink (La última cena en rosa) de Leonardo da Vinci, pero a través de la versión de Andy Warhol, con casi siete metros de largo.
«Yo nunca elegiría una obra maestra al azar. El cuadro debe resonar conmigo y con mi experiencia política, por lo que casi todas las obras de arte que elijo narran un tema específico que me importa profundamente. Siempre hay una razón deliberada detrás de mi selección. Espero que los espectadores, al leer las descripciones de estos trabajos, puedan entender que estas obras maestras se eligen de manera reflexiva, no arbitraria o casualmente. Hacer tales elecciones es a menudo un proceso desafiante.»
Ai Weiwei.
Cada sala está pensada de forma inmersiva, con una «piel» que generan obras en formato de papel pintado de suelo a techo, con más de seis metros de altura. A esto se suman 10 películas que resumen la obra de Ai Weiwei en cine y videoarte, desde el documental Marea humana (2017) hasta el vídeo Beijing 2003 (2003), con 150 horas de duración y que recorre los 2.400 kms de las calles de Pekín, grabadas desde una furgoneta en movimiento.
Un segundo grupo lo componen cuadros en los que parte de imágenes tomadas de los medios de comunicación como The U.S. Navy collecting the remnants of a Chinese high-altitude surveillance balloon shot down by an Air Force fighter [La Marina estadounidense recuperando los restos de un globo de vigilancia chino de gran altitud derribado por un caza de las Fuerzas Aéreas], que hacen referencia a crisis geopolíticas y humanitarias contemporáneas. En estas obras introduce siempre un elemento ajeno a la composición original.
El tercer grupo son aquellas obras que hacen referencia a las propias piezas realizadas por Weiwei en otras técnicas, como Illumination (2019), que refleja un selfie que el propio artista se tomó en un ascensor junto a los agentes de policía que le custodiaban en aquel momento.
Trabajar con grandes formatos ha sido una constante en la trayectoria de Weiwei. Entre sus obras monumentales incluidas en su exposición en el MUSAC está La Commedia Umana (2017-2021), que se muestra por primera vez en un museo. Con más de ocho metros de alto, seis de ancho y 2.700 kg de peso, es uno de los candelabros de Murano de mayor tamaño realizados nunca. Está compuesto por unas 2.000 piezas.
«Ai Weiwei ha estado trabajando con cristal de Murano desde 2017. Este gigantesco candelabro negro fue hecho a mano por artesanos vidrieros en colaboración con una fundación dedicada al trabajo del cristal, Berengo Studio.»
Rodríguez Fominaya.
La Commedia Umana reimagina los clásicos candelabros venecianos de vidrio y surge de las reflexiones del artista sobre el humanismo y la humanidad, así como de su defensa de la libertad de expresión. Las crisis migrato+ rias, la amenaza de pandemias actuales y futuras y los devastadores cambios ambientales globales alimentan las reflexiones de Ai Weiwei sobre la relación ser humano-naturaleza y el incierto futuro de la civilización humana, redefiniendo en última instancia el equilibrio entre la vida y la muerte. Siguiendo con sus grandes instalaciones, encontramos Life Cycle (El ciclo de la vida), de 2018. Sus más de 20 metros de largo representan una zodiac como las utilizadas por los refugiados. En 2013, Ai Weiwei comenzó a crear obras en bambú utilizando técnicas tradicionales de fabricación de cometas como respuesta escultórica a la crisis mundial de refugiados. Life Cycle explora el motivo de los botes inflables y de baja calidad que utilizan los migrantes para llegar a Europa. Por su parte, la obra Olive Tree Roots (Raíces de olivo) también alude a la noción de desplazamiento y exilio.
Más allá de la preocupación por la forma o la protesta, el artista mide ahora nuestra existencia en relación con las fuerzas económicas, políticas, naturales y sociales, y combina la artesanía con la creatividad conceptual. Algunos símbolos universales de humanidad y comunidad, como las bicicletas, las flores y los árboles, sumados a los eternos problemas de fronteras y conflictos, adquieren una fuerza renovada a través de instalaciones, esculturas, películas y fotografías, mientras sigue pronunciándose públicamente sobre las cuestiones que considera importantes. Es una de las principales figuras culturales de su generación y se ha convertido en un ejemplo de libertad de expresión tanto en China como a escala internacional.