El concepto del proyecto abarca 3 escalas de acción, en diferentes fases. 3 recuerdos, reinterpretados en un código contemporáneo que introduce 3 nuevos modelos productivos, que siempre estuvieron ahí.
Descripción del proyecto por Terrario arquitectura
Memorias que nos cuentan las configuraciones anteriores del lugar. Zonas que adquieren una intensidad particular, como si en ellas se hubiera almacenado una especie de conciencia del territorio que, paciente, espera la lógica productiva venidera que despierte la economía local.
El proyecto entiende que la recuperación productiva de Oliva pasa por reactivar esta identidad territorial, por consolidar lo que lo diferencia del resto. Se ejecutará en una intervención simultánea, que abarque 3 escalas de actuación en diferentes fases. 3 huellas reinterpretadas en un código contemporáneo que introducen 3 nuevos modelos productivos a través de una intervención arquitectónica y urbanística en el municipio.
A escala territorial, el crecimiento urbano disperso ha desconectado toda la red biológica, poniendo el riesgo el variado ecosistema de Oliva. Con la nueva red paisajística de corredores verdes, se propone un nuevo plan de movilidad blanda que conecte la ciudad con su territorio. Líneas de autobús eléctrico, sendas ciclistas y peatonales preparan el ámbito para recibir el nuevo uso productivo propuesto; un turismo no estacionario, que vincule sus intereses a la preservación del medio natural. El territorio ya no es un espacio vacante entre ciudades, es un ámbito que alberga la misma actividad urbana que cualquiera de sus calles, que se vuelven permeables a sus redes biológicas.
El área urbana de Els Rajolars presenta un elevado riesgo de inundabilidad, circunstancia que se toma como oportunidad para crear una red sostenible de abastecimiento de agua ligado al sistema de espacios públicos. Proponemos una reconfiguración de la estructura de suelos, duplicando el área permeable y manteniendo la huella edificatoria. El suelo se regenera a través de especies leguminosas micorrizadas que recuperan el suelo sin fertilizantes y permiten la nueva plantación de vegetación productiva. La red de agua abastece un jardín natural que se aleja de los artificios de la naturaleza domesticada de la ciudad. De cada especie se obtiene un producto que al final de su vida útil se recicla en un ciclo cerrado de materia y energía. Un espacio público de calidad dónde la productividad se vincula al bienestar ambiental.
Elementos que constituyen la memoria de un paisaje industrial; chimeneas, paramentos con celosías cerámicas y el contorno de las siluetas a dos aguas definen la imagen homogénea tan característica del ámbito. Ya reedificado, densificado y reconectado, no olvida el paisaje cerámico que definía su identidad. Demoliciones selectivas dan lugar a un nuevo escenario urbano, capaz de albergar usos temporales hasta su transformación programática definitiva; una mezcla de usos residenciales y productivos, que rompen el binomio trabajo-vivienda del urbanismo tradicional. Espacios flexibles, construidos con junta seca, capaces de albergar talleres y dando lugar a nuevas sinergias entre el uso residencial y productivo.