La casa de tono rojo se integra con el paisaje verde y rojo, que según la estación y la posición del sol, nos muestra una cambiante visión, que se presenta más integrada con la vegetación o con la tierra.
Descripción del proyecto por Arquipélago Arquitetos
La casa está ubicada en el interior de Cunha, en el interior de São Paulo, en una región montañosa tradicionalmente conocida por su cultura artesanal de cerámica.
El punto de partida de la casa proviene de su implantación en lo alto de la colina del paisaje, buscando las mejores vistas en un terreno lleno de pendientes y con la Sierra, de fondo.
Para proteger la casa de los vientos fríos, se realizó una sección de 1 metro de tierra para semienterrarla, hasta la altura de los bancadas de las áreas de servicio. De esta base emerge toda la estructura para la ejecución de los muros de la casa: la tierra.
Los muros principales de la casa son de tierra apisonada, tecnología antigua revisada de manera contemporánea: se propuso un auténtico sistema de encofrado que evitaba perforaciones con barras metálicas y desarrolló una obra más eficiente, de modo que sus componentes modulados pudieran ser desmontados y reensamblado con facilidad.
Esta técnica constructiva nos brindó encuentros interdisciplinares: la física, la química, la geología y la geografía ampliaron nuestra comprensión del paisaje donde planteamos la casa.
Todas las características de dureza, inercia térmica, color, brillo, calidad táctil son factores debidos a las características físicas y químicas de ese suelo específico.
El resto de las paredes están hechas de ladrillos de color paja, tierra quemada, por una alfarería local que elimina la arcilla rica en aluminio de las regiones de la llanura aluvial de un arroyo.
La casa cuenta con habitaciones orientadas al norte y una habitación hacia el noroeste buscando calentar sus ambientes de vida del riguroso invierno. Hay una chimenea y una estufa de leña en el salón, también de barro y, conectado al balcón, en el suelo, un gran espacio circular para una hoguera de ladrillos.
La estructura del techo es una retícula de madera, componiendo junto con el piso dos grandes planos horizontales en madera que se distinguen de los planos verticales en tierra.
Se buscó que el hecho original de esta construcción en un lugar aislado y salvaje fuera una señal máxima de la llegada de la presencia humana en el paisaje: líneas rectas que marcasen la suave topografía.