El proyecto de Estudio Acta se configura como una pieza unitaria de forma curva a modo de extenso muelle, que evoca aquellos que históricamente poblaron el Guadalete en esta zona, dando una imagen atractiva a la ciudad a la que se suman una serie de condiciones de funcionalidad, accesibilidad y permeabilidad visual que integra, como un elemento reversible, la pieza arquitectónica en la ciudad.
La intervención del paseo Fluvial plantea sobre la zona en conjunto la eliminación de todas las barreras físicas y la distribución de diferentes nuevos usos para dar lugar a un área abierta y neutra donde el protagonismo recae sobre el río y su integración con elementos claves en el transcurso del río como el histórico parque Calderón, el Puente de San Alejandro.
Reforma del paseo fluvial del Guadalete por Estudio ACTA. Fotografía por Fernando Alda.
Descripción del proyecto por Estudio Acta
En el último siglo, la ribera del Guadalete a su paso por El Puerto ha sido el patio trasero de la ciudad, el lugar donde forma caótica se han venido resolviendo espacios de ocio, olvido o imperiosa necesidad. La gestión sostenible que caracteriza nuestra lucha contra el cambio climático ha venido a cambiar esa situación, llegando el momento de reconciliar la ciudad con su río y dar incluso un paso más, para convertir estos lugares en espacios activos, generadores de ecologías en el más amplio sentido de la palabra.
Este proyecto pretende devolver la identidad a la Ribera del Guadalete, utilizando las claves del proyecto de paisaje contemporáneo para convertirlo en atractor y dinamizador de la pulsión social, cultural y económica de El Puerto. Junto a estos valores históricos y culturales, se ha diseñado una propuesta que toma como hilo argumental la memoria del agua en la ciudad, poniendo en valor su pasado y su futuro.
Con estas claves se plantea un itinerario de 1.700 metros de longitud, a lo largo del cual se van concatenando una serie de ámbitos, que adoptan las cualidades de estancia, cada uno con las características históricas del entramado urbano al que pertenece.
El más significativo, correspondiente a la ciudad histórica, discurre a lo largo del Parque Calderón, una operación urbana que reconvirtió en 1895 una antigua zona insalubre en un paseo de salón y generaron el actual cantil de muelle de descarga de mercancías. En él, destaca la presencia de los restos del estribo en piedra que soportaba el Puente metálico de San Alejandro, actualmente mutilados y vaciados en su interior para acoger una tortuosa rampa que permite hacer accesible una minúscula plataforma elevada.
Para integrar definitivamente este espacio, el proyecto plantea sobre esta zona la eliminación de todas las barreras físicas y la redistribución de usos, creando un área abierta y neutra donde el protagonismo recae sobre el río y su integración con el diseño del histórico Parque Calderón. Eliminadas las barreras y reciclados los materiales valiosos del lugar la integración se confía a dos elementos estratégicos: una rampa-mirador que conecta el paseo con el estribo del Puente de San Alejandro y los largos bancos de hormigón que resuelven la transición con el paseo histórico.
La propuesta de rampa-mirador del puente pretende mejorar las condiciones de funcionalidad, accesibilidad, permeabilidad visual e imagen de conjunto, respetando los valores de los restos históricos del estribo e integrándolos en una pieza urbana contemporánea. Se conforma como un elemento reversible, un gran mueble urbano construido en madera que genera un plano continuo de casi 150 m. de longitud que asciende ligeramente acompañando al cantil hasta la parte superior del estribo.
Con esta operación se configura una pieza unitaria, curva, a modo de extenso muelle, que evoca aquellos que históricamente poblaron el Guadalete en esta zona y da una imagen atractiva a la ciudad desde la otra banda.