
Los estudios Jaime Prous Architects y Seguí Arquitectura realizaron una intervención invisible que respeta la arquitectura original empleando materiales con tonos similares a los iniciales. Se utiliza acero lacado en blanco para el mobiliario y los nuevos elementos, además de otros materiales como la cerámica cocida roja artesanal o el terrazo.
El proyecto resuelve los problemas técnicos relacionados con la seguridad estructural y la estanqueidad, además de subsanar la contaminación lumínica para favorecer el descanso de los vecinos. Se recupera el viejo deposito para transformarlo en un aljibe que almacene el agua de lluvia. La sistema de vegetación se modifica, plantando especies autóctonas que no requieran un alto mantenimiento hídrico.
Jardins Europa por Jaime Prous Architects + Seguí Arquitectura. Fotografía por Adrià Goula.
Descripción del proyecto por Jaime Prous Architects, Seguí Arquitectura
En 1970, Francesc Mitjans firma uno de los proyectos más grandes de su carrera: la Illa Europa. Entre el barrio de Gracia y el Baix Guinardó surge un complejo residencial que cuenta con quinientos nueve apartamentos, veintidós locales, parking subterráneo y un patio interior dedicado a jardín. El proyecto no fue tan visible o conocido como otros grandes desarrollos urbanísticos de Barcelona, pero representa una de las primeras intervenciones en la ciudad que proponían un modelo de convivencia urbana en un entorno cerrado, orientado al bienestar social y residencial.
El proyecto se desarrolla en el interior de la isla, en los jardines. El concepto original de Mitjans es sobrio por el predominio del blanco, impresionante por la cancelación del horizonte, coherente con la estética y sin aspavientos, una arquitectura franca y honesta.

La nueva intervención se ubica en la parte de jardín que ocupa la cubierta del parking. Se pretende conservar la estética de Mitjans pero actualizarlo a las necesidades actuales. Se corrigen todas las deficiencias técnicas en cuanto a estanqueidad y seguridad estructural. Se suprimen todas las barreras arquitectónicas, cualquier usuario puede ir a cualquier punto sin necesidad de ayuda. Se mejora el sistema de vegetación con una vegetación autóctona, de pocas necesidades hídricas. Se recupera y transforma un viejo depósito en un aljibe que permite almacenar el agua de lluvia. Se corrige la contaminación lumínica para favorecer el descanso de los vecinos.
Se realiza una intervención «invisible» para respetar la arquitectura de autor. La paleta de materiales finales utilizados, los mismos que las del autor original: cerámica cocida roja y artesanal, terrazo y el resto del mobiliario y nuevos elementos en acero lacado en blanco.