Studio Associato di Architettura LERUA restauró las fachadas de los edificios y sustituyó las ventanas originales por nuevas carpinterías con mejores prestaciones. En cuanto a la antigua Clínica Médica, la rehabilitación es más característica, ya que a partir de un mero contenedor se ha logrado crear un organismo vivo y fluido, con volúmenes sólidos y dobles que lo atraviesan, conectando la recepción con el área de trabajo.
El Pabellón del Grabado, situado junto a la clínica, se expande en tonos rojo ladrillo que hacen referencia al contexto en el que se encuentra. El exterior está formado por jardines que no solo conectan los diferentes espacios, sino que también se convierten en lugares de descanso y reunión. La vegetación cumple también un papel muy importante y conforma un tejido atractivo entre la institución y la ciudad.

Academia de Bellas Artes «M. Sironi» por Studio Associato di Architettura LERUA. Fotografía por Aldo Amoretti.
Descripción del proyecto por Studio Associato di Architettura LERUA
En el corazón de Sassari, el proyecto de remodelación de la Academia de Bellas Artes Mario Sironi, ubicada en Via Duca degli Abruzzi, representa un gesto arquitectónico consciente y necesario, capaz de reactivar el diálogo entre la institución y el tejido urbano. Este proyecto va más allá de la restauración, remodelando los límites del complejo para hacerlo permeable, acogedor y contemporáneo.
La propuesta se integra en un conjunto diverso de edificios y un espacio abierto previamente indefinido, transformándolos en un sistema coherente, reconocible y distintivo. La intervención, mesurada y respetuosa, devuelve una nueva legibilidad al conjunto mediante una reorganización funcional y una reinterpretación arquitectónica, en la que las relaciones espaciales entre el interior y el exterior se reimaginan a la luz de una renovada centralidad de la experiencia colectiva.
La restauración de las fachadas, la oportuna sustitución de los marcos de las ventanas y la modernización de los sistemas: son operaciones técnicas, sin duda, pero imbuidas de una visión de diseño más profunda, orientada al confort, la sostenibilidad y un concepto de espacio que prioriza la apertura, la luz y la conexión.
Particularmente significativa es la transformación de la antigua Clínica Médica: de un contenedor cerrado a un organismo vivo y fluido, atravesado por volúmenes sólidos y dobles que articulan secuencias de espacios dedicados a la recepción y el trabajo. Aquí, la arquitectura se convierte en narrativa, una medida de la vida colectiva, donde la verticalidad de los espacios introduce una nueva dimensión. Junto a ella, el Pabellón del Grabado se expande, dando la bienvenida a un nuevo volumen que dialoga con la estructura existente sin camuflarse. Una inserción contemporánea en tonos rojo ladrillo, reinterpreta las geometrías y los materiales del contexto con un lenguaje propio, manteniendo una coherencia cromática y formal que facilita su integración. Es un gesto calibrado que declara su contemporaneidad sin sacrificar la continuidad. En el exterior, la nueva red de senderos y jardines temáticos crea espacios abiertos que no son solo centros de tránsito, sino lugares de descanso, encuentro y estudio al aire libre. La vegetación se convierte en parte activa de la composición, contribuyendo a definir una nueva porosidad entre la Academia y la ciudad, entre la institución y la vida cotidiana.