
Para el proyecto de oficinas, el equipo de Arquitectos Ayala concibió un esquema flexible y modular. Bajo la premisa «no habrá zona noble», planteada en las bases del concurso, la propuesta se presenta como un paisaje transparente y abierto que fomenta la comunicación y las condiciones para el trabajo en grupo. De esta manera, se alienta a que las distintas áreas que componen el edificio sean utilizadas equitativamente por todos en algún momento del día.
Teniendo en cuenta las condiciones climáticas de Almería, el diseño de las protecciones solares resultó fundamental. Un sistema doble de lamas de aluminio verticales y una serie de voladizos de hormigón prefabricado protegen el interior de la radiación solar directa y optimizan la iluminación y las vistas hacia el exterior. El nuevo edificio para el Grupo Financiero BCC, que aloja a más de 2.000 trabajadores, fue concebido con un minucioso rigor constructivo, racionalizando la edificación y aprovechando los recursos naturales que el entorno provee.

Centro Financiero BCC- Grupo Cajamar por Arquitectos Ayala. Fotografía por Fernando Alda.
Descripción del proyecto por Arquitectos Ayala
La propuesta resuelve un programa de oficinas en el contexto del desierto de Tabernas. Se trata de un proyecto de orden paisajístico, donde la arquitectura juega un papel instrumental dentro del orden que el paisaje, el clima y el horizonte imponen.
Tipológicamente, una serie de prismas dispuestos en forma de peine, se desordenan orgánicamente sobre el terreno respondiendo a sus condiciones topográficas y formales. Como entre los dedos de una mano abierta, aparecen una serie de espacios exteriores entre los bloques para introducir luz y vistas, de manera que desde cualquier punto del conjunto se pueda disfrutar del horizonte y del mar.

La imagen del edificio va cambiando a medida que este se rodea para acercarse a su acceso. Dentro del vestíbulo, se despliegan las mismas fachadas que dan al mar. El visitante se preguntará ¿pero hay que volver a entrar? Este espacio, concebido como la reunión de los brazos de oficina sobre un espacio interior, provoca una experiencia espacial llena de perspectivas cambiantes, líneas que se cruzan y luces inesperadas que invitan a componer el espacio de una manera sorprendente, en donde se produce un nuevo diálogo entre interior y exterior, trabajo y descanso, privado y público.
Este juego de llenos y vacíos, luces y sombras, niveles y líneas, será la imagen que retengan en la memoria los visitantes que pasen por el edificio.

La planta de oficinas se ha concebido sobre un esquema flexible y modular, sobre el que se despliega un paisaje transparente y abierto que fomenta la comunicación y las condiciones del trabajo en grupo. En las cabezas de los brazos se sitúan las salas de reuniones y zonas de socialización, con lo que se consigue igualar la situación de todos los ocupantes del edificio: los puestos de trabajo, ubicados en las partes centrales de los brazos, se asoman a los patios abiertos al horizonte, mientras que, en los extremos, las salas de reuniones, volcadas hacia las vistas al mar o al vestíbulo, serán utilizadas equitativamente por todos en algún momento del día. El programa del concurso establecía que “…no habrá zona noble”; la solución fue que todas lo sean.
En la propuesta subyace la idea de rigor constructivo, de eficacia, apuntalada sobre una geometría sencilla que pretende racionalizar la construcción y aprovechar los recursos naturales.

Debido a las condiciones climáticas de Almería, el diseño de las protecciones solares es central en la optimización energética y en la calidad de la iluminación interior del edificio.
Un sistema doble de lamas de aluminio verticales, combinadas de distintos modos según la orientación de la fachada, protege el interior de la radiación solar directa y optimiza la iluminación y las vistas hacia el exterior. En el perímetro del edificio, voladizos de hormigón prefabricado contribuyen a la protección solar y permiten extender los espacios de trabajo al exterior. El conjunto resultante ofrece una imagen transparente y genera un dinámico juego de colores aterciopelados durante el día.
Más de 2000 trabajadores desarrollan su vida cotidiana en este nuevo campus, que cuenta con más de 2ha de espacios exteriores ordenados con jardines, plazas y zonas deportivas, estudiadas para fomentar la identificación con el espectacular paisaje que funde el mar y el desierto.