Terapias Urbanas: todo empezó en Bruselas

En Bélgica, al salir de la escuela de arquitectura lo habitual es trabajar durante dos años en un estudio en calidad de becario. A veces se trata de un empleo no remunerado. Otras, se percibe una cantidad mínima. Allá por 2002, yo acababa de terminar la carrera y la primera persona que contestó (¡por email!) a mi solicitud de empleo fue Lucien Kroll, al que no en vano Carlos Verdaguer define así en la entrevista que le hizo para Ciudades para un futuro más sostenible: “Adalid de la participación de los usuarios en el diseño y pionero en el uso del ordenador en el estudio”. A sus 84 años Lucien Kroll sigue haciendo lo que le gusta: hacer trabajar a los futuros usuarios de los edificios que proyecta y realiza, para dar a cada uno lo que necesita pero siempre respetando a sus vecinos.  Recuerda a Hunterwasser y unos cuantos mayores que ya en su tiempo lanzaron muchas de las practicas que se vuelven a encontrar en colectivos y estudios contemporáneos.

Me parece interesante que una persona que nunca he tenido el placer de conocer haya tenido tanta influencia en lo que he llegado a desarrollar como arquitecto/urbanista verdad que ya durante mi paso por la escuela de arquitectura me emocionaba la capacidad de generar interacciones en los espacios públicos desde perspectivas arquitectónicas y acciones provocativas. Actividades como la «Esquisse Commune», una especie de taller único de una semana en el cual todos los alumnos de la Escuela de Arquitectura Victor Horta (hoy combinada con La Cambre, e incorporada como Facultad de Arquitectura en la Université Libre de Bruxelles) interactuaban alegremente en un espacio en desuso habilitado por la asociación de alumnos para coger diversos eventos urbanos. Los estudiantes demostraron un gran interés por esta actividad, ya que por una vez disponían de tiempo y recursos para diseñar y realizar proyectos de instalaciones a escala real. Cada evento se celebró en un espacio muy diferente, aunque todos estos lugares tenían como denominador común una importante carga histórica o una singular proyección de futuro. Incluso llegamos a alquilar una carpa de circo para poder estar cerca del canal de donde en aquel momento se proyectaba la playa de Bruselas.

Todo esto viene de y me conduce a Lucien. Bruselas es un espacio de experimento muy interesante en cuanto a dinámicas urbanas que fomentan la convivencia y el uso del espacio público en un país donde los rigores del clima dificultan el ocio al aire libre. He descubierto que muchos de los mercados de barrio y los mercadillos semanalas en las plazas se han convertido en verdaderos eventos urbanos. Los pequeños puestos ofrecen comidas apetitosas y buen vino para consumir in situ y algunos están de lo más concurrido.

Existen muchas asociaciones y colectivos que trabajan en barrios y zonas conflictivas (es decir, en zonas donde existen conflictos entre espacios y personas) y aportan soluciones inesperadas. Recyclart es un colectivo que se ha instalado en una estación de tren en activo,  abre sus instalaciones cuando cierra la estación y sufre sin pestañear el paso continuo de trenes de alta velocidad. Recyclart ha conseguido pacificar una de las áreas más conflictivas del centro de Bruselas mediante un programa de actividades y propuestas para el espacio público. City Mine(d) es otro de los colectivos que hace soñar y participar a un gran número de ciudadanos en Bélgica. También existen los “Contrats de Quartier”, acuerdos en barrios para recuperar y optimizar espacios y edificios junto a los residentes. Así, mediante la recuperación de espacios abandonados en los barrios se han conseguido lugares muy agradables.

Fue en Bruselas donde nació mi interés por las acciones urbanas, y fue en Madrid donde pude ponerlo en práctica, con talleres como [R]activa04 en la Escuela de Arquitectura de Alcalá de Henares; la plataforma Urbanaccion, financiada por La Casa Encendida; y las actividades realizadas en el estudio ecosistema urbano , por ejemplo la propuesta de dreamhamar. Esto me ha llevado a trabajar en el concepto de Lean Cities, o como dejar a los ciudadanos experimentar soluciones en los espacios públicos para convertir los éxitos a escala de la ciudad.

Espero que Lucien esté orgulloso de mi recorrido y lo podamos comentar pronto con una buena cerveza belga en mano.