El Canódromo Meridiana se construye entre 1961 y 1964, en un terreno muy próximo a la Avenida del mismo nombre situado al norte de Barcelona. Esta zona había comenzado a urbanizarse a partir de las Viviendas del Congreso Eucarístico de 1951, proceso que se fue prolongando con otras operaciones de vivienda de interés social que acabaron enmarcando el edificio diseñado por Antonio Bonet y Josep Puig Torné, y brillantemente fotografiado por Català Roca en los años sesenta (las actuales igualmente buenas son de Simón García).
La forma general del edificio está fuertemente condicionada por la solución estructural que determina la presencia de tres figuras flotantes: la lámina parabólica de la cubierta, el estriado vertical de los brise-soleils, y el conjunto de graderías y terraza. La lámina de la cubierta es una forma reglada desarrollada por el desplazamiento de una recta entre dos líneas directrices: una parabólica en planta y horizontal en alzado (sobre la fachada exterior del edificio, hacia la calle Riera de Horta) y otra parabólica en alzado y recta en planta (la fachada interior). Esas dos líneas, de distinta longitud (107 m sobre la recta paralela a la pista), se dividen en partes iguales, que unidas definen las alineaciones de las crugias. Siguiendo esos trayectos radiales se distribuye la estructura principal, compuesta por 18 vigas metálicas de canto y longitud variable inclinadas hacia la calle según el mismo ángulo y apoyadas sobre una única línea de pilares en la zona central de la planta.
El posible balanceo se estabiliza mediante unos tensores que vinculan las vigas de la cubierta con la losa de la terraza por el lado exterior y con los brisesoleils por el lado interior. Asimismo, dos puntales metálicos colaboran con el arriostramiento y aligeran visualmente los extremos de las terrazas y cubierta. La referencia histórica a esta ingeniosa solución es la del Hipódromo de la Zarzuela de Arniches, Dominguez y Torroja, realizado en 1941. En sentido perpendicular a la estructura principal se distribuyen unas correas de alma calada y sección triangular, formadas por cuatro redondos (dos abajo y dos arriba) conectados con un ligero estribo en zig-zag. Los forjados son de hormigón, las gradas de hormigón prefabricado y el plano de la cubierta se resuelve con un aglomerado autoportante (Viroterm) con tela asflática acabado con un árido.
La planta baja se dedica a los espacios de servicio, perreras, lavabos, oficinas, taquillas y un restaurant junto a la escalera vecina a la zona del padock, desde donde es posible contemplar los galgos en posición de descanso. Sobre la explanada cubierta de la planta alta, se sitúan la zona de apuestas y el bar que cierra las vistas a la calle Riera de Horta, envolviendo la terraza y las gradas a modo de gran concavidad, desde las que se disfruta de una excelente vista de la pista ubicada hacia el sur. Un altillo coincidente con la zona de meta, permite alojar el espacio de los jueces, speaker, cronometradores, controles y fotografo. Los acabados son de una gran crudeza, carpinterías de perfilerías laminadas y estructura de color gris plomo, paneles de aglomerado natural, revocos blancos a la tirolesa y cerámica vidriada en tonos marrón y ámbar.
Tras el cierre, se generaron numerosos movimientos vecinales para la recuperación del edificio del canódromo empleándolo como espacio cultural para el barrio. Un total de hasta 35 entidades de los barrios del Congrés y Els Indians trabajaron conjuntamente para decidir qué equipamientos eran necesarios. Por ello, en el año 2009 se procedió a efectuar una primera rehabilitación del edificio bajo la dirección de los arquitectos Xavier Monteys, Josep Maria de Lecea, Laura Aybar y Marta López. Los trabajos fueron muy conservadores, pues al tratarse de un edificio catalogado como patrimonio histórico de la ciudad no se podían efectuar modificaciones de su estructura original. Solo desapareció la pista y los muros que cerraban el recinto, convirtiéndose en un espacio para el paseo y la práctica del deporte, así como la habilitación de una zona infantil. Desde febrero de este año el Canódromo se ha reconvertido en un vivero de empresas para futuros empresarios.
Dedicado a las carreras de galgos, la única raza puramente española, este edificio tuvo su esplendor entre la década de los 60 y las 2000. Una vez cesada su actividad principal su uso ha ido combinado en el planeamiento. Reconvertido en parque dotaciones para el barrio, su edificio principal, protegido, iba a ser reconvertido en un museo. Sin embargo, 10 años después de su cierre, se abrió este mes de febrero como vivero para empresas.
Más información
Publicado en:
12 de Octubre de 2016
Cita: "Una segunda vida para el Canódromo Meridiana" METALOCUS.
Accedido el
<https://www.metalocus.es/es/noticias/una-segunda-vida-para-el-canodromo-meridiana>
ISSN 1139-6415
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