
La vivienda propuesta por Zooco Estudio se dispone en una única planta en forma de «L». El ala mayor alberga los espacios de estar y el dormitorio principal, mientras que el ala menor está dedicada a las visitas y a los espacios auxiliares. En el exterior se han empleado porches y aleros como solución para resguardar la vivienda y a sus usuarios frente a las inclemencias del clima cantábrico.
La reinterpretación del uso de los materiales tradicionales es uno de los idearios principales del proyecto: en fachada se emplea la mampostería de piedra caliza; en techos y cubierta, la protagonista es la madera. A ellos se unen los muros pantalla de hormigón, que aportan dinamismo y direccionalidad a la vivienda, relacionándola con el entorno y las vistas.

Casa Loredo NAVC01 by Zooco Estudio. Photograph by David Zarzoso.
Descripción del proyecto por Zooco Estudio
Casa Loredo es el segundo proyecto unifamiliar dentro de la serie denominada «Nueva Arquitectura Vernacular del Cantábrico» (NAVC). Ubicada en la localidad cántabra que le da nombre, esta vivienda busca reinterpretar las técnicas tradicionales de la región, adaptándolas a las necesidades contemporáneas.
Aprovechando una serie de encargos situados en el Cantábrico, NAVC pretende demostrar que es posible una arquitectura que combine lo tradicional con lo actual. Muchas veces, las normativas vigentes se basan en tradiciones sin actualizar, lo que supone un desafío al diseñar viviendas modernas que respeten el contexto y la historia del lugar.

Un mirador al mar
Situada a orillas del mar Cantábrico y rodeada de pinos y encinas, Casa Loredo se encuentra en una parcela alargada con vistas abiertas al noroeste. Desde su posición privilegiada, se puede ver la ciudad de Santander al fondo de la bahía. El paisaje ha sido una prioridad en el diseño de la vivienda, concebida como un gran mirador. Sus amplias superficies acristaladas permiten una conexión plena con el entorno y refuerzan la sensación de proximidad al mar.
Materialidad y tradición
Casa Loredo es una declaración de intenciones en cuanto a materialidad, reflejando honestidad, autenticidad y respeto por la tradición. Se han reinterpretado técnicas constructivas vernáculas para integrarlas en una arquitectura contemporánea. La fachada expresa la filosofía del proyecto mediante la mampostería de piedra caliza, una técnica artesanal que evoca pureza y tradición. Este enfoque no solo permite que la vivienda se integre visualmente en su contexto natural, sino que también refuerza su identidad cantábrica.

Respuesta al entorno
La orientación de la casa implica una exposición directa a los vientos y lluvias del Cantábrico, lo que ha supuesto un reto en términos de diseño. Para mitigar estos efectos, se han empleado estrategias como patios protegidos, porches y aleros que ofrecen refugio ante las inclemencias del clima.
Organización del espacio
La vivienda se organiza en torno a una planta en forma de «L», con dos alas que pueden funcionar de manera independiente o conjunta. La nave este-oeste alberga los espacios comunes y el dormitorio principal, siendo la zona más utilizada de la casa. Por otro lado, la nave norte-sur está reservada para las habitaciones de invitados.
Esta disposición se hace evidente en la entrada de la vivienda, donde ambas alas confluyen. El juego de llenos y vacíos, junto con las transparencias, permite que el mar sea visible desde el acceso, reforzando la conexión con el paisaje.

Reinterpretación de los materiales
Uno de los pilares del proyecto es la reinterpretación de los materiales tradicionales. Los muros de mampostería de piedra caliza, característicos de la arquitectura cántabra, se emplean de una manera innovadora. La madera, por su parte, aparece en elementos parciales de los paramentos y cobra protagonismo en los techos exteriores e interiores, dispuestos en lamas que enfatizan la direccionalidad de la casa hacia el mar.
La estructura de la vivienda está compuesta por muros pantalla de hormigón armado alternados con paneles de vidrio, configurando la arquitectura de forma dinámica y funcional.
Casa Loredo es un ejemplo de cómo la tradición y la modernidad pueden convivir en armonía, proponiendo una arquitectura que dialoga con su entorno y responde a las necesidades actuales sin perder su identidad.