El estreno hoy en los cines de un documental sobre su vida y opiniones artísticas y políticas (Never sorry, de Alison Klayman) completa el desembarco del creador en España.
Las diferentes manifestaciones comprendidas dentro de la estética de la resistencia han construido diversas vías de conocimiento en los desarrollos artísticos de las últimas décadas. Ai Weiwei podría singularizar una de las vertientes de esta estética entendida en un sentido no muy lejano a lo que Hal Foster definió como postmodernismo de resistencia: aquel que piensa políticamente las cuestiones referidas al lenguaje y a la representación. De esta forma, su trabajo parte de la tradición formal y lingüística del arte minimal y conceptual, aunque acabe conscientemente pervirtiendo sus resultados.
Por otro lado, como señaló David Harvey, culturalmente no es posible separar las ecuaciones tiempo y espacio. En este sentido, para situarse ante su obra, es necesario ser conscientes del tiempo y del espacio en los que se produce: el tiempo del capitalismo de Estado en el profundo cambio geopolítico en China durante las últimas décadas, las mismas en las que Ai Weiwei realiza su obra. La gran mayoría de sus trabajos participan, por tanto, de ese tiempo político y de ese espacio cultural y, al igual que ellos, están en continua y vertiginosa trasformación. Esta es una sus características: utilizar y pervertir la tradición cultural china y la artística occidental como actos de resistencia política, para los que se vale de todas aquellas herramientas que le son útiles, ya provengan de una u otra tradición, a las que une como singularidad la rapidez en el empleo de las redes sociales que el capitalismo informacional, por utilizar el término acuñado por Manuel Castells, ha ido proporcionando.
La exposición en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo parte culturalmente de un tiempo y un espacio concretos. Por un lado, nuestra contemporaneidad; es decir, el convulso espacio global geopolítico en el que estamos. Por otro, nuestro propio espacio físico, el antiguo monasterio cartujo unido a la expansión colonial, que en el siglo XIX se transformó en fábrica de loza y porcelana china. Por este motivo, esta muestra tiene como protagonistas los trabajos cerámicos, en un intento de comprender lo que Roger Buergel denominó en documenta12 -la misma en la que participó activamente Ai Weiwei- como migración de las formas.
Fecha: 1 febrero - 23 junio 2013.
Espacios: Zona Monumental, Pabellón Real y Capilla de Afuera.
Comisarios: Luisa Espino y Juan Antonio Álvarez Reyes.
Producción: Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
Sesión expositiva: Acción rodeo: periferias conceptuales.
A continuación vídeos.-
Mensaje de agradecimiento de Ai Weiwei a la institución y el público español.