El estudio de arquitectura mexicano V Taller ha proyectado Babel, un edificio de tipología hotelera y residencial ubicado en el borde urbano de la ciudad de Tulum, un destino para conocer las ruinas mayas situadas al sureste de México, al borde del mar Caribe.

El proyecto busca generar un conjunto que se aleje de las típicas soluciones hoteleras, buscando un conjunto con identidad propia. Dadas las limitaciones de la parcela, Babel se plantea como un conjunto vertical formado por dos elementos longitudinales que acotan un patio interior hacia el que se vierten todas las vistas.

V Taller proyecta el conjunto reduciendo su huella sobre un terreno permeable a su recarga acuífera, concentrando el programa en altura y dejando que el patio interior, que se encuentra abierto en sus extremos, dialogue con la vegetación tropical del entorno cercano. El resultado es un conjunto formado por 59 habitaciones en tres niveles, organizadas en dos volúmenes curvos complementarios que abrazan un vacío central cuya composición tiene forma de ojo. El resto del programa está compuesto por zonas de coworking, spa, restaurante y bar, jardín, estudio de yoga y una sala ASMR, entre otros.

Babel se caracteriza por su composición formal a través de muros y una seriación de arcos, cuya orientación y escalonamiento permiten canalizar corrientes de aire fresco; arcos y bóvedas colaboran en la disipación del calor, generando cámaras y sombras profundas que estabilizan el interior. En este contexto, el arco adquiere su triple condición: estructural, lumínica y simbólica.

El acabado principal se realiza con chukum, un estuco tradicional a base de cal de la península de Yucatán, cuya conductividad térmica mejora frente a acabados sintéticos típicos. Dentro de las unidades, una paleta desaturada, textiles blancos —principalmente lino— y maderas tropicales —como el tzalam, machiche y parota— en carpinterías y mobiliario prolongan la calidad de la luz y dialogan con el contexto.

Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.

Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.

Descripción del proyecto por V Taller 

Babel nace como respuesta a un proyecto hotelero y residencial en Tulum, México, con una premisa simbólica y formal clara esbozada por el cliente —una torre y un lenguaje arquitectónico formulado por arcos— que, al confrontarse con el territorio, se transforma en una declaración ética: construir con el clima, con el tiempo y con la vegetación como materia.

En el borde urbano de Tulum, donde la presión turística ha producido deforestación y sobrecarga de infraestructura, el predio aparecía rodeado por selva con un impacto urbano prácticamente nulo; salvo la huella previa de intervención en la parcela, el entorno se mantenía íntegro. Ante esa constatación, el proyecto dejó de ser únicamente la materialización de una idea volumétrica para convertirse en una profunda reflexión: ¿cómo edificar sin cancelar la lógica ecológica?, ¿cómo sumar valor ambiental sin renunciar a la claridad espacial?, ¿cómo anclar un programa turístico y residencial a un territorio que exige prudencia, reparación y continuidad?

La respuesta se formuló como una postura antes que como un gesto: reconstruir el vínculo entre lo construido y lo natural, devolver vida al lugar y reinsertarlo con respeto en la matriz ecológica que lo rodea. Babel aspira así a ser refugio y, al mismo tiempo, declaración ética, un marco de cohabitación flexible y sostenible que anticipe transformaciones climáticas, sociales y económicas sin convertirse en un enclave aislado. No se busca simplemente habilitar un conjunto habitable, sino que se propone un lienzo de larga duración donde la vida humana y el ecosistema encuentren equilibrio y ritmo compartido.

Para sostener esa intención, la decisión clave no fue ampliar la huella, sino retirarla: concentrar la densidad en altura, devolver suelo a la selva y convertir el vacío en un regulador ambiental. En lugar de desplegar corredores horizontales que multiplican superficies impermeables, las circulaciones se agrupan en núcleos verticales de alta eficiencia. Así, el proyecto desarrolla 6.176 m² de construcción en un predio de 3.510 m² y limita su huella efectiva a 2.155 m² -una estrategia que reduce el consumo de suelo frente a esquemas horizontales en casi un 40 %-, favoreciendo la recarga del acuífero al preservar superficie permeable y áreas de reforestación. Esta «economía de suelo» se alinea con la evidencia urbana que asocia la compacidad vertical con hasta 30 % menos de expansión y externalidades ambientales, desplazando la presión territorial hacia un patrón más compacto y gestionable. Lejos de contradecir la rentabilidad, la refuerza: optimiza el uso del terreno, acorta trayectos, minimiza interferencias con el paisaje y preserva vistas que también constituyen valor del proyecto.

Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.
Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.

Con ese principio se dibujó la implantación: dos curvas complementarias conforman una planta en forma de ojo que abraza un vacío central. Ese vacío —patio, regulador microclimático y corazón social— ordena el conjunto y le confiere un pulso reconocible. En torno suyo  se disponen 59 unidades en tres niveles, combinando estancia residencial y hotelera para sostener vida todo el año sin caer en la estacionalidad turística. La mezcla no es un recurso comercial sino una gramática de habitabilidad: cocina, sala-comedor, baño, jardín con jacuzzi y dormitorio se modulan según la posición en la curva, de modo que cada vivienda afina su apertura y sombra a la condición puntual del sitio, reforzando la continuidad entre interior y exterior. Cuando el programa se expande al dominio común —coworking inmerso en vegetación; spa con baños de vapor herbales, cabinas de masaje y meditación; restaurante y bar con oferta vegetariana y mocktails de insumos locales; jardín zen; estudio de yoga; e incluso una sala ASMR con «concierge del sueño»— Babel sostiene un ecosistema cotidiano que renuncia al resort objetual para proponer rutinas de bienestar de baja intensidad, integradas a la atmósfera del patio y a la cadencia de la luz.

La torre solicitada por el cliente encuentra su lugar exacto en el centroide geométrico de esas dos curvas. No se impone como hito arbitrario; organiza, orienta, ordena. Su presencia es neurálgica: estructura recorridos, entrega un eje de referencia y, al mismo tiempo, respeta la fluidez del patio. El interior de la torre reinterpreta la tradición de los hammam: control riguroso de la luz, materialidad sobria, atmósferas capaces de conducir a la introspección. Pequeñas aberturas cenitales filtran la iluminación natural y dejan que el día vaya dibujando un relieve cambiante de sombras. El cilindro culmina en una abertura triangular que funciona como mirador de estrellas; la mirada se aísla de distracciones laterales y asciende, limpia, para hacer del cielo un material más del proyecto.

Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.
Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.

Al pie de la torre, una alberca circular subraya la geometría del patio y opera como umbral sutil entre arquitectura y naturaleza. Sus reflejos amplifican la percepción espacial; su masa de agua atempera el aire, suaviza la temperatura del núcleo y contribuye con la sombra de las crujías a un microclima estable a lo largo del día. En Babel, el agua es parte del sistema térmico que, junto con la inercia de los paramentos y la ventilación cruzada, reduce cargas internas y dependencia de soportes activos.

La luz, en todo el conjunto, se convierte en estructura. La interacción entre superficies curvas y radiación natural hace que muros y bóvedas cambien de carácter con las horas. El acceso a las unidades condensa esa pedagogía espacial: escaleras concebidas como túneles de luz conducen en ascenso, estrechas y precisas, hasta que la iluminación cenital guía el último tramo y el espacio se abre con dobles alturas y arcos que expanden el volumen. La secuencia de compresión y descompresión enseña a leer el edificio, a entender que la arquitectura se mueve al ritmo de la luz, que cada umbral reprograma la atención.

El paisaje acompaña esa coreografía como dispositivo activo. Un diseño vegetal en degradado regula la transición de lo público a lo privado: administra vistas, modula sombras, atenúa vientos, introduce penumbras habitables y teje continuidad ecológica entre el exterior y el interior. La vegetación filtra y revela, protege y abre, conforma capas de intimidad que responden a la diversidad de usos y tiempos de cada estancia.

Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.
Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Albers Studio.

La materialidad sostiene esa agenda climática sin perder anclaje cultural. El aplanado principal es chukum, un estuco tradicional a base de cal de la península de Yucatán cuya conductividad térmica mejora frente a acabados sintéticos típicos. Además de su inercia higroscópica, este material minimiza mantenimiento —intervenciones mucho menos frecuentes que las de un estuco convencional— y prolonga la vida útil del acabado potencialmente más allá de los rangos comunes de 50–80 años, con una pátina mineral que integra el edificio al paisaje. Dentro de las unidades, una paleta desaturada, textiles blancos —principalmente lino— y maderas tropicales—como el Tzalam, Machiche y Parota— en carpinterías y mobiliario prolongan la calidad de la luz y dialogan con el contexto. Piezas de barro funcionan como acentos artesanales que anclan la experiencia en saberes locales. No se trata de una estética neutra, sino de una sobriedad activa que permite que sean el clima, la sombra y los sonidos de la vegetación quienes completen la escena cotidiana.

Las limitaciones técnicas del sitio —entre ellas la imposibilidad de destinar azoteas planas a equipos— condujeron a soluciones integradas. Los sistemas se alojan en los núcleos verticales, donde encuentran orden, acceso y mantenimiento sin interferir con fachadas ni coronamientos. Esta compacidad operativa reduce recorridos, simplifica inspecciones y protege la expresión arquitectónica, a la vez que despeja cubiertas y perímetros para el desempeño pasivo: menos obstáculos, menos islas calientes, menos ruido visual.

En términos ambientales, Babel trabaja con el clima más que contra él. La orientación y el escalonamiento permiten canalizar corrientes de aire fresco; arcos y bóvedas colaboran en la disipación del calor, generando cámaras y sombras profundas que estabilizan el interior. El agua del patio, la vegetación en capas y la masa térmica de los muros componen un sistema que amortigua la oscilación térmica diaria y hace del confort un resultado de la geometría, no un suplemento mecánico. La accesibilidad se atiende con la misma lógica de claridad: señalización legible, recorridos sin obstáculos, puntos de descanso y superficies de agarre se integran sin romper la continuidad formal de la obra.

Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Spaces by Conie.
Un complejo regenerativo. Babel por V Taller. Fotografía por Spaces by Conie.

En este contexto, el arco adquiere su triple condición: estructural, lumínica y simbólica. Resuelve cargas y permite luces que favorecen la continuidad espacial; tamiza la radiación para producir sombras hondas y acentos de penumbra; y actúa como interfaz entre ámbitos: naturaleza y arquitectura, espacio público y privado, recogimiento y apertura. No hay cita literal de repertorios históricos; hay un uso disciplinado de una forma capaz de ordenar, de mediar, de dar sentido.

Todo confluye en una noción de durabilidad que excede la técnica. Durabilidad es, sí, elegir materiales que envejezcan con dignidad en un clima exigente y organizar equipos donde el mantenimiento sea sencillo. Pero es, sobre todo, proponer un modo de habitar atento al sitio, capaz de convertir luz, agua y vegetación en materia de proyecto y, por tanto, en valor compartido. Por eso Babel no se ofrece como objeto aislado sino como agente regenerador: reduce huella, concentra la densidad en altura, libera suelo a procesos vivos y propone un desarrollo turístico que no se conforma con minimizar daños, sino que aspira a devolver —al paisaje y a la comunidad— más de lo que toma.

En ese equilibrio, la expectativa del cliente encuentra respuesta sin sacrificar la inteligencia del lugar. La torre existe —y ordena—; los arcos están —y construyen atmósferas—; la mezcla de estancias asegura actividad y economía; y, sin embargo, lo que queda es la experiencia del sitio restituyéndose: el patio que respira, la luz que enseña a caminar el edificio, el agua que refresca, la vegetación que se espesa con el tiempo. Babel se entiende así: como un conjunto que aprende de su entorno y, al hacerlo, lo amplifica.

Más información

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Arquitectos
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V Taller. Arquitecto.- Miguel Valverde y Daniel Villanueva.

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Equipo de proyecto
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Andrea Castro y Karina Ortega.

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Colaboradores
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Interiorismo.- Carlos y Pablo.
Iluminación.- Carlos y Pablo, y V Taller.

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Cliente
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Constructora
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Empresa MAQTE y Bramah Desarrollos (Ricardo Ávila).

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Superficie
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Superficie de la parcela.- 3,510 m².
Superficie construida.- 6,178 m².

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Fechas
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Abril 2024.

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Localización
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Av. 5. 77762 - Tulum, Quintana Roo, México. 

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Fotografía
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Spaces by Conie, Albers Studio, Daniel Villanueva, Lazarillo.

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V Taller es un estudio de arquitectura con sede en Guadalajara, Jalisco, México, fundado por Daniel Villanueva y Miguel Valverde en 2015.

Miguel Valverde es arquitecto por  ITESO Universidad Jesuita de Guadalajara (2009-2014), tiene un máster en estudios avanzados en vivienda colectiva por la ETSAM, Universidad Politécnica de Madrid y el ETH de Zúrich (2018-2019), así como cursos en construcción con tierra y en desarrollo inmobiliario por el ITESM. También ha colaborado con los estudios Macías Peredo, Luis Aldrete, Anne Lacaton, Hrvoje Njirić, Andrea Deplazes y Baumschlager Eberle.

Daniel Villanueva es arquitecto por  ITESO Universidad Jesuita de Guadalajara (2009-2014), con estudios en diseño y procesos constructivos sostenibles. Ha complementado su formación con estancias académicas y colaboraciones en talleres internacionales centrados en vivienda colectiva y regeneración urbana. Antes de fundar V Taller, trabajó en los despachos de Tatiana Bilbao y de Macías Peredo, donde participó en proyectos de vivienda, espacio público y equipamientos culturales. Su trabajo se ha enfocado en la relación entre materialidad, técnica y contexto local como motores del proyecto arquitectónico.

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Publicado en: 6 de Noviembre de 2025
Cita:
metalocus, SARA GENT, ELVIRA PARÍS FERNÁNDEZ
"Un complejo regenerativo arraigado en su contexto. Babel por V Taller " METALOCUS. Accedido el
<https://www.metalocus.es/es/noticias/un-complejo-regenerativo-arraigado-en-su-contexto-babel-por-v-taller> ISSN 1139-6415
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