Amor por las artes, desde la Bienal hasta la Academia

Las artes cuanto más se confrontan entre sí más se influencian y suele ocurrir, que de ese encuentro, las diferentes disciplinas más se autorefuerzan, consiguiendo consolidar su propio horizonte estético, sus connotaciones culturales y políticas, logrando un mayor diálogo con el mundo en donde se desarrollan. Esta misma apertura hacia el mundo no puede ser desligada del análisis de la complejidad del espacio individual y social, independientemente de la disciplina que aborde la cuestión. Por ello, tanto en la danza, la arquitectura como en las artes visuales, cada vez más, los creadores intentan una comparación física y mental entre su obra y el público.

La Bienal de Venecia desde hace más de un siglo es uno de los acontecimientos de experimentación de diferentes formas de expresión más conocidos, especialmente interesante en los últimos años, en los que se muestra este intento de cruce de influencias. Inolvidables "less aesthetics more ethics", dirigida por Fuksas, o desde "Metaville" del pabellón francés, a "La ciudad de los otros" del pabellón de Venezuela del 2006, la instalación "espacios sensibles" del colectivo sos workshop en la Bienal de 2011, o la intervención de danza con Cristiana Morganti en el 2012.

Cristiana Morganti presentó esta semana, el día 6 de mayo, una ponencia en San Carpoforo, en la Academia de Bellas Artes de Milán, seguida de un taller de performing art dirigido por Luigi Guaineri, Loredana Putignani y Nicoletta Braga.