La vivienda cuenta con grandes ventanales que permiten la entrada de la luz, generar una permeabilidad y jugar con las transparencias entre interior-exterior, tratar de conectar y que la mirada del usuario se pierda en la inmensidad del horizonte de los Alpes Suizos.
Descripción del proyecto por Davide Macullo Architects
SWISSHOUSE XXXV es parte de un proyecto más amplio de intervenciones artísticas y arquitectónicas en el valle de Calanca en el corazón de los Alpes suizos. En un valle que ya alberga algunas de nuestras obras, esta nueva modesta estructura aborda la esencia del compromiso del arquitecto de crear un puente entre el ADN de un lugar y su futuro a través de la construcción del territorio. En estos lugares ancestrales, marcados por una Naturaleza hechizante, descubrimos energías primarias a las que respondemos. La conciencia del trabajo de quienes nos han precedido promueve acciones de total integración en el contexto, incluso a través de pequeñas acciones como SWISSHOUSE XXXV.
Es un ejemplo de cómo un pequeño volumen puede ser fundamental para el paisaje construido. La intervención enfatiza los significados de las estructuras existentes, interpreta una condición de culturas pasadas y las vincula a una visión natural e instintiva del lugar. Esta pequeña intervención nos permite leer la historia de un lugar y fusionar los significados heredados del pasado, resaltarlos y ofrecerlos al futuro. Su sencillez nos permite leer de forma instintiva la compleja articulación de asentamientos alpinos que surgen de una geografía extraordinaria. El movimiento de las paredes rocosas, la erosión del río Calancasca, la terquedad de una vida vegetal y animal hacen de este lugar encantado un hábitat confortable a pesar de su apariencia impermeable inicial.
El volumen dialoga con las construcciones vernáculas presentes en el núcleo del pueblo, adquiere sus formas y dimensiones, pero escapa a una percepción inmediata o evidente, ofreciendo continuas sorpresas por su dinamismo extraído de una matriz cúbica. La forma primaria del cubo nos tranquiliza y nos hace sentir la gravedad que nos mantiene firmes a la tierra, mientras que su desarrollo en espiral ascendente rompe la simetría y hace que el espacio sea dinámico y ligero como las alas de un pájaro.
Esta ligereza que se puede leer desde el interior contrasta con la apariencia exterior y enriquece la experiencia de un viaje que influye positivamente en los estados de ánimo de los habitantes, da una sensación de calma y libertad, subrayada por vistas inesperadas al exterior. Las aberturas están orientadas de manera que el paisaje circundante se fusiona con el interior en un fluir de cercanía y lejanía, capturando las transformaciones diarias del entorno que nos agracia con la luz natural; un mundo de emociones en un espacio existencial mínimo.
La cubierta tiene un diseño complejo a primera vista, es el resultado de un análisis del contexto circundante, de los diferentes tipos de cubiertas y pendientes presentes en el pueblo de Rossa. Las superficies inclinadas desaparecen repentinamente de la vista y no tienes una comprensión clara hasta que entras en el edificio y luego, gracias a la doble altura, puedes captar la espacialidad de este pequeño cuerpo en su conjunto. No se trata de un juego de virtuosismo, sino de enfatizar la importancia y el significado del techo a través del simple placer del espacio inesperado.
La nueva ampliación está diseñada como un elemento separado del edificio existente para que los dos volúmenes diferentes sean claramente legibles. Un pasillo de reducidas dimensiones y alejado de las fachadas actúa como conexión y como nueva entrada principal a la vivienda. El alojamiento está todo envuelto en madera cálida; la planta baja comprende la cocina, comedor y sala de estar que disfruta del espacio de doble altura, mientras que en el entrepiso hay un dormitorio y un baño.
La estructura principal de la casa es una estructura de madera prefabricada, colocada sobre una losa de base de hormigón. Los muros perimetrales están revestidos exteriormente con paneles ignífugos Fermacell, sobre los que se colocan en vertical tablones de alerce de diferentes secciones a modo de revestimiento de fachada. Con esta simple manipulación de colocar los tableros de distintas dimensiones, obtenemos un sutil efecto de profundidad y luz y oscuridad.
Las paredes interiores están revestidas con paneles de 3 capas de abeto a la vista, tratado de forma natural, mientras que la entreplanta y el techo están construidos con elementos de abeto XLam multicapa en abeto.