
La propuesta de Helder da Rocha Arquitectos formaliza el proyecto con una serie de volúmenes para diferenciar los espacios y evitar grandes movimientos de tierra durante su construcción. De este modo, el programa de la casa se singulariza en cada uno de los volúmenes. Una cuidada y armoniosa disposición de volúmenes y relaciones espaciales entre ellos se complementa con la narración visual del paisaje.
Los volúmenes están construidos en hormigón y rematados con enjutas exteriores, que crean unos volúmenes «cappotto» encargados de ordenar la vista y crear recorridos visuales. El acceso se proyecta como un ejercicio barroco con el paisaje. Al subir la colina, el espectador deja de ver el paisaje a medida que se acerca a la casa por la entrada principal, para empezar a apreciarlo desde la lejanía conforme avanza, hasta tener una vista panorámica desde el cerro. Las vistas son vitales para esta vivienda, ya que permiten tener diferentes tipos de mirada, íntima y lejana, del monte portugués.

Casa Pedrantil por Helder da Rocha Arquitectos. Fotografía por Ivo Tavares Studio.
Descripción del proyecto por Helder da Rocha Arquitectos
Cuando llegamos a la Rua de São João en nuestra primera visita, lo único que vimos fue una colina junto a la entrada de la propiedad, que nos impedía mirar hacia el otro lado. Hacia el oeste. Subimos esta colina por un camino existente e improvisado. Dos o tres metros de elevación. En ese momento nos encontramos con unas maravillosas vistas despejadas. Y como una de nuestras grandes pasiones era la entrada, además de diseñar el terreno, se nos ocurrió la idea de perforar la colina junto a la calle y salir por el otro lado, revelando el paisaje.
Conversando con los ingenieros y el constructor, hicimos cuentas de panadero sobre el valor de la construcción, y la idea se vino abajo. Tenía que ser mucho más barato. Cambiamos el concepto, y para evitar vertederos, movimientos de tierra, contenciones, movimientos de tierra, estructuras masivas de hormigón armado, todo lo que fuera innecesariamente caro, lanzamos una serie de volúmenes puros, repartidos por la colina, que se adaptaban a la topografía existente sin mucho esfuerzo.

Volúmenes con acabado cappotto, base de hormigón visto y enjutas exteriores, y trabajamos las alturas de estas cajas de una forma diferente, animando sobre todo el interior. La sorpresa de revelar progresivamente la vista hacia el oeste se resistía, tanto por la forma de llegar a la casa como por el paisajismo que cierra la escena en un primer momento, y la visita se revela poco a poco a la ventana del salón, al paisaje. La única de dimensiones generosas, que da al oeste sin obstáculos. En ese momento, el anochecer es dulce.