El sistema de cubrición se despliega gracias a una estructura metálica ligera a base de vigacables y dos pieles de madera de eucalipto dan forma al edificio, complementando con los tonos rojizos del ladrillo que da lugar al programa de espacios interiores con los que cuenta el hangar. La cromática del complejo se define por el ocre de la madera y los tonos rojizos del barro, sumado al hormigón de textura y patrones cambiantes a lo largo de los jardines que rodean el hangar.
Muelle de San Blas por Colectivo C733. Fotografía por Rafael Gamo.
Descripción del proyecto por Colectivo C733
San Blas es uno de los pueblos históricos de la Riviera Nayarita, es un poblado rodeado de manglares y estuarios naturales como la Reserva de la Biósfera Marismas, un lugar donde llegan más de 300 aves migratorias al año. Fue el punto de partida de las expediciones españolas del siglo XVI para explorar el Pacífico norte, así como parte de la ruta comercial de la Nao de China hasta el siglo XIX, de aquí el valor histórico y cultural que este muelle representa para el estado de Nayarit y el país.
En el 2021, el Gobierno de México decidió transformar las Islas Marías, una antigua prisión de alta seguridad, en un nuevo destino turístico, siendo San Blas un puerto a solo tres horas de este conjunto y convirtiéndose así en el recinto portuario para el nuevo ferry. A través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y del Programa de Mejoramiento Urbano que esta encabeza, se realizó una intervención en varios espacios públicos entre ellos el muelle de San Blas que integra en su programa el puerto para el ferry y lanchas con servicios turísticos, un parque público y lúdico para niñas y niños, así como zonas comerciales y mercado de artesanías.
Muelle de San Blas por Colectivo C733. Fotografía por Albers Studio.
Con inspiración en los antiguos barcos de madera presentes en la zona, por la memoria histórica de los «ojos de Dios» wixarikas y por las marismas nayaritas —paisajes de agua, vegetación y manglares— se diseñó un gran hangar de más de 1700 m² capaz de recibir los espacios de espera, áreas de comedor y una cancha de usos múltiples, bajo una cubierta cuya geometría, un tanto nostálgica y al mismo tiempo eficiente, resuelve las cargas gravitatorias y de viento con un sistema de estructura metálica ligera a base de vigacables y dos pieles de madera de eucalipto.
A nivel de suelo se conformó un parque público de más de 14,000 m², con una composición de líneas de finos cuerpos de agua brotante que promueven la frescura y el refresco de los visitantes, acompañados de jardines de lluvia con tules y piedra bola local, y pasajes que se mueven inspirados en las olas y los barcos. También existen espacios lúdicos y áreas de espera bajo la sombra de árboles nuevos y existentes, o bien bajo pórticos hamaqueros definidos por estructuras de barro local. La cromática del complejo se define por el ocre de la madera y los tonos rojizos del barro y el concreto de color que cambia su textura y sus patrones a lo largo del paisaje. El límite de la tierra lo definen las piedras volcánicas de la zona que diluyen los límites entre el agua, el mangle y el tránsito de las y los visitantes.
En la escala urbana, el muelle forma parte del plan maestro del municipio de San Blas, donde el Colectivo C733 también realizó las intervenciones del Centro Cultural Aduana y la plaza pública del pueblo, todas ellas conectadas por una calle semipeatonal.