Descripción del proyecto por OPUS 5 Architectes
Hace unas semanas, la oficina de OPUS 5 en París presentó la nueva Escuela de Música Élancourt en Saint-Quentin en Yvelines, Francia.
La nueva Escuela de Música de Élancourt se ha establecido en el antiguo centro ecuménico del barrio de Sept Mares, uno de los puntos focales en los que se fundó la nueva ciudad de Saint-Quentin en Yvelines.
El edificio fue originalmente una casa de oración, con una construcción simple, sin ornamentos y con una apariencia interior, debido a la paz y tranquilidad requeridas para su función. Philippe Deslandes lo construyó entre 1974 y 1977, con el deseo de encarnar las cualidades de simplicidad, modularidad y anonimato.
Concreto y ladrillo son los dos materiales presentes en toda la escuela. La posición central y abierta del edificio facilita la ubicación visual en el vecindario, lo que facilitó su adaptación a la nueva vocación de la escuela de música, sirviendo como punto focal de la vida cultural y como un lugar de encuentro cálido y acogedor.
El uso de ladrillos en el proyecto de rehabilitación hizo posible conservar el principio arquitectónico original del edificio y su carácter privado.
Los arquitectos eligieron revestir a la perfección todas las fachadas completamente con ladrillos nuevos, tratando las paredes como "moucharabiehs" delante de las ventanas, compensando la complejidad de los volúmenes a través de la unidad material completa de la envoltura.
Los ladrillos moldeados a mano se colocan con una técnica sin mortero. Matices de color dan vida y modulan esta piel continua. De noche, el brillante sistema de iluminación interior expresa la suavidad y la serenidad de esta institución de práctica y aprendizaje.
La quinta fachada visible para todas las casas de apartamentos más altas que la rodean, se trata como un césped sintético azul profundo, que evoca la nota azul, lo que señala de inmediato la identidad de la instalación y forma un parche de color en el centro de la explanada.
Los pozos de luz inundan el interior con una luz natural suave, equilibrando la luz natural que penetra a través de las mieles y brindando a cada habitación una mayor sensación de privacidad.
Los arquitectos buscaron, a través del tratamiento armonioso, luminoso y atractivo de los espacios interiores, transformar la apariencia austera del edificio en algo más atractivo para un público más joven.
Lograron esto centrándose en la fluidez de las circulaciones, la calidad de los volúmenes, la luz y los materiales, convirtiendo así el edificio en un espacio armonioso de placer y satisfacción.
La moderación y la interioridad caracterizan este proyecto de reutilización, que no busca sobresalir, sino más bien restaurar su lugar en el centro del pueblo, dotarlo de una dignidad mayor y duradera, y avivar el deseo y la curiosidad, alentando a la gente a entrar.