Nueva serie MICROARQUITECTURAS por Federico Babina

MICROARQUITECTURAS por Federico Babina

Entender y compartir las inquietudes transmitidas el año pasado por Fundamentals hemos decidido proponer un ejercicio con el fin de ayudar a repensar la arquitectura desde sus propios fundamentos, pero en lugar de diseccionar un catálogo de componentes hemos compuesto una colección de imágenes.

El ejercicio que hemos desarrollado se centra en el lugar que consideramos que es el comienzo de toda interpretación arquitectónica del espacio, la casa, el universo de la vida cotidiana en la que todos podemos reconocernos. En su ensayo "La poética del espacio" (1957),el filósofo francés Gaston Bachelard presentó la casa como un microcosmos, una compilación de imágenes y recuerdos de todas las casas en las que hemos vivido y experimentado, y representa la casa no como un objeto físico, sino como un espacio habitado. Así es como hemos decidido crear un catálogo de doce imágenes que en conjunto componen el llamado ADN de la Casa, un compendio que nos recuerda, como Bachelard, escribió que "la imagen de la casa parece haberse convertido en la topografía de nuestro íntimo ser". La idea del proyecto es dar forma a una interpretación abstracta de la casa a través de la exploración de la esencia de sus espacios.

Doce arquetipos imaginados, pensados, ilustrados y esculpidos para contar una visión del universo del habitar. Doce Micro-arquitecturas simbólicas y simbióticas que, sumadas juntos como células, componen diferentes versiones del rompecabezas de la casa. Queríamos resaltar la personalidad específica de cada uno de los artefactos que propusimos, todos y cada uno utiliza su propio conjunto de símbolos para hacer frente a sus diferentes cuestiones en este diverso compendio de espacios de intimidad. Un buen ejemplo de cómo cada imagen tiene su propia autonomía y encierra un pequeño universo es el baño, en el mundo de la literatura, por ejemplo, en las novelas de Philip Roth y JD Salinger podemos ver cómo este pequeño espacio es el escenario de la drama entre madre e hija.

Buscamos resaltar el potencial de cada elemento en su individualidad más que la gramática que los une. Al estudiar cada imagen poética, cada artefacto de una manera descontextualizada e independiente que nos llevó a una ambigüedad interesante con respecto a la escala de estos objetos, ya que lo importante es su capacidad de generar recuerdos utilizando recursos plásticos, como el color, la textura y la forma en alusión a los símbolos del imaginario de la casa, los objetos pueden asumir indiferentemente la escala de un accesorio de un escritorio o el tamaño de un pequeño pabellón sin perder su sentido original.

La capacidad poética de cada elemento se asocia con una serie de símbolos que no necesitan estar asociados con ningún tipo de utilidad funcional, lo que nos permitió presentar un juego semiótico con la relación entre el símbolo y referente, la producción de artefactos que parecen ser ciertas cosas pero en realidad no lo son.

Cada habitación es una concha, una pequeña nave espacial para viajar con los sentidos, la fantasía y la imaginación a través del cosmos de formas. Doce pequeños mundos para explorar, vivir, respirar y tocar mientras se siente protegido.