Una vez estabilizado el conjunto y con ayuda del equipo de Florentino Pozo Blázquez se integraron en el complejo los restos arqueológicos que se hallaban bajo el edificio, y se reabrió el acceso original al colegio. Estas dos actuaciones junto a la configuración de diferentes espacios permiten nuevos usos polivalentes del edificio.
El proyecto se apoya en la estructura principal del edificio original construido mediante piedra, tierra y ladrillo, por lo que se genera un limpio contraste con los nuevos elementos acabados en blanco, instalaciones sobre el nuevo forjado de planta primera y la escalera que da acceso a ella.
Rehabilitación y acondicionamiento del Colegio de los Jesuitas por DUNAR arquitectos + TRAX. Fotografía Nicolás Yazigi.
Descripción del proyecto por DUNAR arquitectos y TRAX
Cuando visitamos por primera vez el edificio, éste estaba prácticamente en ruinas, habiendo perdido totalmente la cubierta, el forjado de la planta alta de la primera crujía, y se encontraba invadido por una densa vegetación, fruto de los numerosos años de abandono. Si bien en los pliegos del concurso de la Fase 01 del proyecto solo se contemplaba intervenir en una parte del inmueble, nos pareció esencial ejecutar toda la cobertura del edificio, y protegerlo del prolongado deterioro que había sufrido a lo largo del tiempo.
Una vez estabilizado el «desgaste» del edificio, procedemos a limpiar y consolidar los muros y bóvedas existentes. Esta labor de limpieza nos dará las directrices principales de la actuación; la reapertura de la entrada original del colegio, en una de sus fachadas laterales junto al «largo» acceso a la iglesia, la integración de los restos arqueológicos que aparecen tras la excavación llevada a cabo por el equipo de Florentino Pozo Blázquez, y la configuración de una serie de espacios interconectados que permiten un uso polivalente del edificio.
Rehabilitación y acondicionamiento del Colegio de los Jesuitas por DUNAR arquitectos + TRAX. Fotografía Nicolás Yazigi.
Frente a esa materialidad de piedra, tierra y ladrillo del edificio original, los nuevos elementos propuestos contrastan por su limpieza y pureza geométrica, configurándose como volúmenes sencillos en blanco, que albergan el acceso al inmueble, las escaleras a planta primera, y las instalaciones de ventilación e iluminación en el nuevo forjado ejecutado en la primera crujía del edificio, que había desaparecido.
En la siguiente fase, actualmente en ejecución, se llevarán a cabo los trabajos de adecuación de la planta primera, así como la incorporación al complejo de la antigua cocina del colegio, el despacho rectoral y parte del jardín trasero como cine de verano, completando el programa cultural de todo el complejo jesuítico, cuya vocación final es convertirse en un referente de la vida cívica y cultural del municipio.