El visitante, según cruza el patio a través de un camino, se encuentra con una fachada totalmente acristalada, salpicada por una serie de pilares de madera que atraviesan el edificio a intervalos regulares, mientras que el paseo se alinea con la entrada del edificio mediante un pasillo de madera hibridado en la fachada acristalada.
La sede recuerda sus raíces agrícolas sacando al exterior los pilares estructurales de madera laminada y poniendo al descubierto su estructura, permitiendo que el volumen interior no tenga pilares. Por otro lado, el interior, rematado con vigas de celosía vistas alcanza los 6 metros en su parte más alta, dejando así una gran sensación de amplitud. De esta manera, la repetición de la estructura facilitó su fabricación y montaje, ahorrando costes y recursos.
Descripción del proyecto por Graham Baba Architects
Rodeada de los almacenes de empaquetado de fruta con la más alta tecnología del mundo, la sede de Washington Fruit & Produce Co., de 1.533,00 metros cuadrados, está pensada como un oasis en medio de un mar de hormigón y un paisaje de matorrales bajos. Escondido detrás de las formas del terreno y los muros de la parcela, este complejo de oficinas centrado en el patio proporciona un refugio del ruido y la actividad de los patios de procesamiento industrial cercanos.
Tomando como referencia de proyecto un antiguo granero que el cliente había identificado como favorito, el concepto busca capturar la esencia de una estética agrícola utilitaria. El diseño, una estructura sencilla y expuesta que emplea una paleta de materiales limitada y una pátina natural, fusiona lo rural con una estética contemporánea igualmente sobria.
El edificio, en forma de L, se integra en el paisaje mediante el uso de muros de hormigón y bermas de tierra que envuelven el perímetro para formar un patio central ajardinado. La tierra excavada para los trabajos de cimentación se reutilizó para las bermas del perímetro, eliminando la necesidad de retirarla o añadir más.
Una hendidura en la berma da acceso desde la zona de aparcamiento al patio formal y a la entrada del edificio. Al cruzar el patio a través de un paseo, el visitante se encuentra con una fachada totalmente acristalada, salpicada por una serie de pilares de madera que atraviesan el edificio a intervalos regulares. El paseo se alinea con la entrada del edificio, formada por un pasillo de madera insertado en la fachada acristalada.
El edificio recuerda sus raíces agrícolas sacando al exterior los pilares estructurales de madera laminada de 5,50 metros de altura, revelando la física de su construcción y permitiendo que el volumen interior de 53 metros de largo no tenga pilares. El interior, rematado con vigas de celosía vistas de 18 metros de largo, alcanza los 6 metros en su parte más alta. El carácter repetitivo de la estructura facilitó su fabricación y montaje, ahorrando costes y recursos. La fachada del patio, orientada al norte, está acristalada en toda su longitud, extendiendo visualmente el espacio interior hacia el patio. La luz interior se equilibra mediante una larga buhardilla en el sur, mientras que el uso extensivo de grandes voladizos orientados al sur y el acristalamiento de alta eficiencia limitan la ganancia de calor en verano. El revestimiento de madera de granero recuperada y el tejado de acero resistente a la intemperie completan los materiales exteriores.
Los interiores, espartanos y llenos de luz natural, se complementan con una paleta cálida y sencilla de materiales naturales. Los despachos privados se alinean en la pared sur, mientras que los espacios para conferencias y las funciones internas se ubican en cajas revestidas de madera. El mobiliario interior termina muy por debajo del techo. La sensación de apertura de la estructura se ve reforzada por el hecho de que los muebles son bajos y flotan en el espacio. La iluminación consiste en focos ascendentes diseñados a medida, que mantienen el plano del techo ordenado. Un sistema de suelo elevado garantiza además la conservación de la estética limpia y libre de cableado. Las profundas raíces agrícolas tanto de la empresa como del lugar subyacen en el sencillo concepto de diseño y la atención a los detalles en todo el proyecto.
La oficina de ventas está situada en el brazo corto de la L para aislar el ruido y mejorar la privacidad. Junto a la oficina de ventas hay una estructura cerrada por separado con una mesa de 9 metros de largo donde los agricultores con los que trabaja la empresa se reúnen para comer en común. El sistema estructural visto que conecta el comedor con el edificio principal crea un pequeño patio parcialmente cubierto, que remite a los restos de un antiguo granero.
Las vistas en todo el complejo de treinta acres están controladas, ya sea al patio, a las colinas lejanas o a las vistas poco profundas de las oficinas privadas creadas entre el edificio y las bermas. Todo está pensado para crear un entorno tranquilo en el que trabajar.