El trabajo desarrollado por los estudios de arquitectura ba-rro, Hanghar, BURR, Studio Animal, DABG, Pedro Pitarch y Ozaeta-Fidalgo, pone un especial cuidado a la hora de elegir los materiales con los que construyen. A las limitaciones presupuestarias, con las que muchas veces se trabaja, se le suman factores ambientales, exigiendo una apuesta por materiales locales, reciclados, reutilizables o con baja huella de carbono.
«Cualquier material es fruto de un proceso de extracción de recursos y de impacto medioambiental, del cual la profesión es cómplice. Trabajar con materiales que minimicen este impacto o incluso lo reviertan es fundamental. Es una lucha diaria en la que hay que estar con los ojos muy abiertos».
Hanghar.
Durante el proceso de selección de materiales, todos estos estudios consideran que resulta fundamental adoptar una mirada crítica que trascienda el esteticismo, promoviendo una arquitectura que genere sentido, se adapte al contexto, que responda a requerimientos técnicos y en sintonía con valores éticos y sostenibles.
«Los materiales deben responder a criterios contextuales, funcionales y temporales. Valoramos cómo se comportarán en el espacio y cómo se integrarán en el entorno, no sólo desde lo técnico, sino también desde lo cultural y medioambiental. Pensar en materiales es pensar en procesos, sistemas y recursos».
BURR.

Brutal Burrito por BURR. Fotografía por Maru Serrano.
Un atento enfoque al entorno y a los procesos, lleva a los diferentes estudios a reivindicar la dimensión sensorial y simbólica de los materiales elegidos. La materialidad no es considerada un añadido, sino una parte esencial de la narración arquitectónica. Consecuentemente, la arquitectura deja de ser un objeto para convertirse en una experiencia con sentido, capaz de resonar con lo local, lo sensorial y lo simbólico.
La nueva materialidad, en palabras de los arquitectos
ba-rro
Pensar en materiales implica comprender de qué están hechas las cosas, cómo se construyen y qué sentido adquieren dentro de la intención compositiva o volumétrica del proyecto. La materialidad y el concepto del proyecto avanzan de la mano desde las fases iniciales. Desde el comienzo se preguntan cómo se va a construir un espacio y qué cualidades sensoriales y perceptivas se desean provocar. Recurren a técnicas y materiales tradicionales que combinan eficiencia económica y valor estético, consolidando una mirada crítica y creativa hacia los recursos locales.
Hanghar
El material está presente sin imponerse, como una variable más dentro de una ecuación mayor. La materia acompaña, refuerza y concluye. Su arquitectura nace desde un enfoque profundamente conceptual, donde el proyecto se construye desde ideas, relaciones y tensiones más que desde elementos. La elección material llega como la última capa, la que tiene el poder de consolidar o desdibujar el sentido de todo lo anterior. Cada material transporta un significado que va más allá de su apariencia o función; su uso es, en sí mismo, una toma de posición.
Burr
En su práctica, la elección de materiales surge de una lectura profunda del contexto físico, funcional y simbólico de cada proyecto. Los materiales no se eligen por familiaridad ni por estilo, sino por pertinencia: qué cuentan, de dónde vienen, qué relaciones activan. Burr busca integrar al lenguaje arquitectónico elementos desplazados, técnicas en desuso o materiales de otros campos que, al incorporarse en proyectos contemporáneos, revelan sistemas olvidados o reactivan inteligencias técnicas que la construcción convencional ha marginado.

Casa Nube por Studio Animal. Fotografía por José Hevia.
Studio Animal
A la hora de prescribir materiales, considera que la elección debe ser consecuente con las necesidades específicas de cada proyecto. En su práctica, ponen en valor al color como herramienta fundamental para construir atmósferas. El color se manifiesta no solo a través de pigmentos, sino también mediante los propios materiales. Trabajan con sensaciones, con piezas artísticas, invitando al usuario a imaginar el espacio desde lo emocional y lo atmosférico.
DABG / deAbajoGarcia
La elección de materiales se extiende a factores como la disponibilidad o la cercanía de las industrias locales. Apuestan por aquellos materiales honestos, que pueden mostrarse tal y como son. Las lógicas constructivas están presentes desde el inicio de un proyecto. Siempre que es posible, se inclinan por dejar a la vista las estructuras e infraestructuras del edificio, atentos a materiales que permitan poner en valor su proceso de fabricación y ensamblaje durante la ejecución de la obra.

ARCO 43 por Pedro Pitarch. Fotografía por Imagen Subliminal.
Pedro Pitarch
En su práctica, la selección de materiales se define por su capacidad de responder a una lógica contextual: su disponibilidad en stock, su adaptación a los procesos productivos de los oficios locales o su posibilidad de ser resignificado. A diferencia de la arquitectura moderna o de la postmodernidad, que parten de estructuras teóricas para imponer soluciones, su método busca estructurar lo contingente, dando orden a contextos complejos sin problematizarlos artificialmente ni intervenir con respuestas cerradas. Trabaja con el contexto como si fuera un material más del proyecto.
Ozaeta-Fidalgo
Conciben los materiales como parte del pensamiento arquitectónico desde el comienzo. Cada nuevo proyecto es la oportunidad de incorporar algo desconocido, de ensayar una nueva materialidad o explorar una aplicación inesperada. Les interesa innovar, sí, pero no a ciegas. A la hora de prescribir materiales, recogen información directamente de fabricantes, instaladores o incluso acudiendo a ver obras construidas para evaluar la durabilidad real de un material.