Torre ALLIANZ por Arata Isozaki y Andrea Maffei

Descripción del proyecto por Arata Isozaki + Andrea Maffe.

Milán es la ciudad que mejor representa la cara internacional de Italia, comparable con Londres, Frankfurt, París. A diferencia de muchas ciudades italianas históricas, Milán está más relacionada con su desarrollo en los siglos XIX y XX, para ser más precisos después de la revolución industrial.

En este sentido, el diseño en Milán se compara con la cara más contemporánea de Italia, formado por las fábricas, el metro, el hormigón y el acero y no tanto de las particulares presencias históricas. Testigo es el hecho de que el movimiento futurista se desarrolló principalmente en Milán, un movimiento creado para responder a los problemas de la ciudad contemporánea. No mantenía una relación muy importante con las grandes obras maestras existentes, sino más bien era una reflexión sobre los temas de la ciudad contemporánea.

Para desarrollar el proyecto, pensamos de inmediato que no era interesante depender de un solo arquitecto para el diseño de todo el complejo, sino iniciar un diálogo. Dado el tamaño de la zona, decidimos aspirar a re-interpretar la complejidad de la ciudad a través de muchos arquitectos que trajeran la idea de edificios con diferentes formas y materiales.

En cualquier calle de Milán hay edificios de diferentes épocas y con diferentes características arquitectónicas. De esto depende la vida de una ciudad, de la tensión dinámica entre las obras de períodos posteriores en un archipiélago de imágenes y colores. Esta fue nuestra ambición, la decisión de trabajar en grupo.

En nuestro archipiélago de formas, encontramos interesante desarrollar la idea de un rascacielos sin límite, una especie de torre sin fin. Ahora nos encontramos con rascacielos de cualquier forma y decoración en todas partes del mundo. A partir de este estudio, buscamos a un concepto fascinante que se aplicara a los edificios de gran altura, en lugar de estudiar solamente una forma de belleza estética.

En la aspiración de la máxima verticalidad y la tensión hacia el cielo, era un límite elegir una forma completa y concluirla a una cierta altura y preferimos aplicar el concepto de un sistema modular que se pudiera repetir de forma infinita, sin límites.

El módulo que elegimos está compuesto por 6 plantas de oficinas con un plan delgado a largo de 24x61,5 m. La elección de estas proporciones tiene el objetivo de hacer todo el volumen más delgado para enfatizar la verticalidad y hacer que sea estructuralmente provocativo, debido a su esbelta y tan alta forma.

La fachada del módulo está compuesta por una unidad triple de vidrio ligeramente curvada hacia el exterior. La sucesión vertical de formas redondeadas crea una sensación de ligera vibración del volumen del edificio a medida que sube hacia arriba. Los alzados de los lados cortos son totalmente acristalados y muestran la serie de ascensores panorámicos que suben y bajan a los diferentes pisos del edificio.

La idea de la torre sin fin se puede comparar con anteriores ambiciones de otros artistas como Constantin Brancusi, por ejemplo, que en 1937-38 instaló una de sus interminables columnas de Targu-Jiu en el parque para crear sistemas repetibles indefinidamente. Cuando se le preguntó sobre las razones de esta idea, Brancusi respondió: "Tenemos que sujetar la bóveda del cielo."