Recientemente se presentaba por OMA un vídeo sobre las aportaciones, trabajo y dinámicas de la sucursal de la oficina en Nueva York dirigida por Shohei Shigematsu. Aprovechando dicho documento Enric Llorach realizó este texto sobre el trabajo global de OMA y de REM KOOLHAAS que ha querido compartir con los lectores de METALOCUS y que os presentamos a continuación.

En la entrevista realizada por Crane.tv a Shohei Shigematsu se aprecia bien el espíritu que preside la oficina de OMA en Nueva York (1). Las palabras de Shohei Shigematsu, aunque leves en el tono, son elocuentes. De su explicación se desprende que OMA no tiene un set de formas de arquitectura preestablecido, pero que sí tiene, sin embargo, un modo de pensar. A la vista de los resultados lo segundo resulta muy creíble mientras que lo primero mucho menos. Mi punto de partida aquí es que la arquitectura de OMA cuenta con una imagen fundacional concreta: un cuadro. Y más específicamente, la figura femenina que aparece en dicho cuadro.

Se trata de “L’Angélus”, de Jean-François Millet, uno de los fundadores de la École de Barbizon junto a Jean-Baptiste Camille Corot, Charles-François Daubigny y Théodore Rousseau. Pintado en 1857, se conserva hoy en día en el Musée d’Orsay, en París. Sobre la tela se aprecia a una pareja de campesinos rezando la oración vespertina del Angélus en un campo próximo a Barbizon. El hombre se ha quitado el sombrero que sostiene entre sus manos mientras la mujer recoge el gesto con las manos entrelazadas.

El cuadro dio origen a un libro escrito por Salvador Dalí en la década de los 30 del siglo pasado, cuyo manuscrito se extravió en Arcachon en 1941, y que fue posteriormente publicado por el editor Jean-Jacques Pauvert en París en 1963. El título original fue Le mythe tragique de “L’Angélus” de Millet (2). En este libro Dalí desgrana una de sus imágenes fijas -el cuadro de Millet-, como pudieron serlo también el cuerno del rinoceronte o los saltamontes. Gran lector de Freud, a quien pudo conocer en Londres en 1948, Dalí inventa en 1929 el Método Paranoico-Crítico (3).

Tal método aprehendía las cosas en su propósito subyacente. Armado de psicoanálisis, Dalí escogió a la paranoia como el lugar dónde lo cotidiano se revuelve con violencia y se torna siniestro (4). Una vez atrapado -sujeto con agujas- el inconsciente es diseccionado, analizado y en última instancia explicado: racionalizando el delirio y transformándolo en relato. El conjunto de la obra de Dalí es teleológica, es decir que gira alrededor de esta investigación de sí mismo, donde Edipo se erigirá como carácter principal.

L’Angélus de J.F. Millet suscitó también una serie de óleos y dibujos de Dalí que ilustraron lo ensayado en el libro. De modo sucinto, el libro elabora un relato de orden subliminal para el cuadro que encuentra forma en el mito clásico de Edipo. Dalí atribuirá la inmensa popularidad del cuadro a su significado subyacente u oculto. Aquel significado que aparece de forma siniestra en el pensamiento de Dalí desde su infancia y del que ahora es capaz de discernir sus elementos fundamentales. Tales imágenes estarán relacionadas con el erotismo y la muerte. Y en su traducción edípica: el infanticidio, el parricidio y el incesto.

Dalí visita la ciudad de Nueva York en el año 1935. Cuatro décadas más tarde, en 1978, Rem Koolhaas publica Delirious in New York (5), cuya tesis principal será la congestión urbana en la ciudad de Nueva York. Y como el mismo título indica, será el delirio quien la explique. Tal intento de racionalización vendrá de la mano de Dalí y su método paranoico-crítico.

RK explica en el libro cómo Le Corbusier ve frustradas sus visiones para Nueva York porque no se muestra capaz de comprenderla. A cambio, la ciudad de Nueva York ni siquiera presta atención a LC. No obstante, la visita de Dalí es distinta. Dalí interpreta el fenómeno urbano de la congestión en Nueva York -el manhattanismo, en palabras de RK- desde su lógica subyacente: el estado paranoico.

RK recuerda las palabras de Dalí sobre Nueva York:

La conquista paranoico-crítica de Manhattan por parte de Dalí es un modelo de economía, en especial cuando, con un gesto final, transforma toda la ciudad en un espectáculo, representado sólo para su placer.

"Cada anochecer, los rascacielos de Nueva York adoptan las figuras antropomórficas de múltiples y gigantescos Ángelus de Millet […] inmóviles, y listos para realizar el acto sexual y devorarse unos a otros […]. Es este deseo sanguinario lo que los ilumina y hace que toda la calefacción central y toda la poesía central circule por dentro de su ferruginosa estructura ósea".

Por un momento, su interpretación deja en suspenso todas las demás funciones de la ciudad. Está ahí para él solo.

"Nueva York, ¿por qué, por qué erigiste mi estatua tiempo atrás, antes de que yo naciera, más alta que ninguna otra, más desesperada que ninguna otra?" (6).

Según RK, Dalí interpreta la ciudad de Nueva York como un modelo de economía para la representación espectacular de sí mismo. Así, la ciudad de Nueva York deviene la materialización gigante de su auto-representación: el mito de Edipo y su imagen, que no es otra que la pareja de campesinos del Ángelus. Los rascacielos antropomórficos están ahora listos para el acto caníbal que unirá muerte y erotismo. El relato daliniano sublimado en congestión urbana, economía capitalista y sociedad del espectáculo, trabajando en equipo para la mayor gloria de Dalí, el gran egocéntrico.

Delirious New York contiene, entre otras imágenes documentales, las ilustraciones de Madelon Vriesendorp. La más célebre entre ellas es la que se encuentra en la portada y en la página 160 de la edición de Gustavo Gili (7). Lleva por título Delito flagrante. En un penthouse neoyorquino, una pareja de edificios yacen sobre una cama en una escena poscoital. Se trata del Chrysler Building y el Empire State Building. Apenas ocultos bajo una sábana, son descubiertos por el Rockefeller Center, que los observa iluminándolos con un foco de luz desde el umbral de la puerta. En la mesilla de noche, el antebrazo de estatua de la Libertad ilumina el dormitorio, mientras que la retícula holandesa de Manhattan y el Central Park tapizan la alfombra que es engullida por la cama. En el exterior, los rascacielos de Nueva York contemplan con mirada hipnótica la escena ahora espectacular. A modo de prueba, en un borde de la cama cuelga un trozo de neumático Goodyear. Su forma de colgar es inequívoca. Recuerda los relojes blandos pintados por Dalí en La persistencia de la memoria, de 1931 (8). Asimismo, el acto cometido por los dos rascacielos antropomórficos está prohibido, como lo son los actos que se suceden en el mito de Edipo.

El texto de RK y las ilustraciones de MV constituyen una alusión doble al método paranoico-crítico daliniano. El manhattanismo, el delirio de Nueva York, sólo puede explicarse desde la irracionalidad del proceso urbano, por su dinámica esencialmente paranoica. Patológicamente, Nueva York está al margen de la modernidad. El criterio higienista y cartesiano de Le Corbusier no sirve de nada en Nueva york. Nueva York avanza según los bandazos de un modelo de economía que se encuentra situado bajo los focos del espectáculo. ¿Existe alguna ciudad más filmada?

Así pues, el manhattanismo es la expresión de un sistema capitalista en estado exacerbado, en su mayor grado de concentración. Según David Harvey (9), el precepto supremo del capitalismo es la tasa de crecimiento compuesto del 3 por 100. Tal exigencia produce que el sistema subsista permanentemente “en el filo de la navaja”, de modo que las crisis se suceden, convirtiéndose en “racionalizadoras irracionales”: la descripción misma del método paranoico-crítico de Dalí.

Así pues, puede decirse que la naturaleza paranoide de la congestión neoyorquina es análoga al método paranoico-crítico, cuya representación es el Ángelus de Millet, y más concretamente, la figura de la mujer que se encuentra lista para el acto sexual y caníbal. Para RK, y de un modo fundacional en su obra, la mujer del Ángelus será la imagen de los procesos económicos y urbanos que definen la ciudad. Tales procesos serán paranoides y tendrán un efecto formal sobre la arquitectura. Los edificios de RK ofrecerán una sensualidad asesina. Y para ser más precisos, ofrecerán la postura de la campesina del Ángelus.

En otro de los libros de RK, Content (10), los subtítulos llaman la atención: Arquitectura Pervertida, Ingeniería Homicida, Demografía de Sweat-shop, Sociología Informal, Rascacielos Big Brother, Fetiche al Qaeda, Urbanismo Martha Stewart y Tecnología Paranoide. En suma, los subtítulos constituyen un conjunto de apuntes sobre lo patológico y lo espectacular; de los estados paranoides y la sensualidad caníbal. Y es ahí donde nacerá y crecerá la arquitectura de RK, bajo los auspicios de una mujer de gran semejanza con la mantis religiosa: la campesina del Ángelus de Millet. Los edificios de RK se elevarán con dificultad. Su sufrimiento de insecto, más que humano, se verá reflejado casi siempre en un gesto recogido.

Content cuenta con un sinfín de ejemplos, como las ilustraciones de los edificios de OMA que han cobrado vida convertidos ahora en villanos antropomórficos, listos para el acto sexual y el delito, diseñados por Simon Brown y Jon Link, de &&&. También en Content, el artículo de Fenna Haakma Wagenar, “Astorology. Protect us from what we want” (11), da buena cuenta del estado paranoico de la actividad de OMA. Fenna Haakma Wagemar expone los múltiples conflictos entre los modelos de pensamiento y método entre OMA-Rotterdam y Herzog & de Meuron-Basilea. Para OMA, Haakma Wagemar describe un estado febril de producción en el límite del delirio que RK se ocupa de racionalizar de vez en cuando. Aunque nunca en exceso: la comodidad no existe en OMA. Al igual que la inestabilidad del sistema capitalista, en el filo de la navaja.

Enric Llorach, Barcelona 2012.

NOTAS.-

(1)_Crane.tv, Shohei Shigematsu miembro de OMA. En Nueva York, formato: vídeo, revista de arquitectura METALOCUS, edición online, 21.12.2012.
(2)_Salvador Dalí, Le mythe tragique de “L’Angélus” de Millet, Société Nouvelle des Éditions Jean-Jacques Pauvert, París, 1963. Versión castellana: El mito trágico de “El Ángelus” de Millet, Tusquets Editores, Barcelona, 2004. 1ª edición en colección Marginales: marzo 1978. 1ª edición en colección Esenciales: enero 2004.
(3)_En el prólogo de la edición francesa de 1963 Dalí anota: “Yo, personalmente, doy por cierto lo siguiente: este libro es la prueba de que el cerebro humano, y en este caso el cerebro de Salvador Dalí, es capaz, gracias a la actividad paranoico-crítica (paranoica: blanda; crítica: dura), de funcionar como una máquina cibernética viscosa, altamente artística”, ídem de la edición de Tusquets, p. 20.
(4)_En su ensayo Lo siniestro (1919), Freud describe lo siniestro como sigue: “…todo afecto de un impulso emocional, cualquiera que sea su naturaleza, es convertido por la represión en angustia, entonces es preciso que entre las formas de lo angustioso exista un grupo en el cual se pueda reconocer que esto, lo angustioso, es algo reprimido que retorna. Esta forma de la angustia sería precisamente lo siniestro, siendo entonces indiferente si ya tenía en su origen ese carácter angustioso, o si fue portado por otro tono afectivo. En segundo lugar, si ésta es realmente la esencia de lo siniestro, entonces comprenderemos que el lenguaje corriente pase insensiblemente de lo Heimlich a su contrario, lo Unheimlich, pues esto último, lo siniestro, no sería realmente nada nuevo, sino más bien algo que siempre fue familiar a la vida psíquica y que sólo se tornó extraño mediante el proceso de su represión. Y este vínculo con la represión nos ilumina ahora la definición de Schelling, según la cual lo siniestro sería algo que, debiendo haber quedado oculto, se ha manifestado”. (Las cursivas proceden del texto original).
(5)_Rem Koolhaas, Delirious New York, 1978. Versión castellana: Delirio de Nueva York. Un manifiesto retroactivo para Manhattan, Gustavo Gili, Barcelona, 2004.
(6)_Rem Koolhaas, Delirious New York. Ibidem (3), pp. 263-264.
(7)_Rem Koolhaas, Delirious New York. Ibidem (3), p.160.
(8)_Los relojes blandos que se encuentran en el cuadro La persistencia de la memoria (1931), de Salvador Dalí, ejercen a su vez de imagen fundacional para la arquitectura de OMA-Rem Koolhaas. En esta ocasión la semejanza debe encontrarse en los forjados blandos que tanto abundan en su obra y que Dalí habría denominado “arquitectura comestible”.
(9)_Tales rasgos estructurales del sistema capitalista se encuentran descritos en las siguientes páginas del libro de David Harvey, The Enigma of Capital and the Crises of Capitalism, 2010. Versión castellana: El enigma del capital y las crisis del capitalismo, Ediciones Akal, Madrid, 2012, pp. 64-65. Harvey explica cómo los periodos de financiarización como el actual preceden siempre un cambio de hegemonía. El Consejo de Inteligencia Nacional estadounidense publicó en el inicio de la era Obama que el centro económico del mundo se habrá desplazado hasta Asia hacia el año 2025, debido al flujo incansable de capital de Occidente a Oriente. RK ha dirigido ya su atención a estas áreas del planeta, así como ha logrado conquistar Manhattan, la ciudad que inspiró su sueño de arquitectura y que se había negado a LC.
(10)_AMOMA / Rem Koolhaas / &&& | Simon Brown | Jon Link, Content. Perverted Architecture. Homicidal Engineering. Sweat shop Demographics. Slum Sociology. Big Brother Skyscrapers. Al Qaeda Fetish. Martha Stewart Urbanism. Paranoid Technology, Taschen, Köln, 2004.
(11)_Fenna Haakma Wagenar, “Astorology. Protect us from what we want”. Ibidem (7), pp.204-207.

Enric Llorach es Dr arquitecto (ETSAB, 2007) y profesor universitario. Ha publicado el libro En el filo de la navaja. Arte, arquitectura y anacronismo (Ediciones Asimétricas, 2017). Ha dirigido la pieza de danza Dona a contrallum (Fundació Mies van der Rohe, 2017) y ha co-dirigido su versión cinematográfica (Fundació Mies van der Rohe / 15.L-FILMS, 2019). También ha desarrolado el proyecto de escultura Modernité Noire (2014) y ha comisariado el ciclo de conferencias Converses d’Arquitectura (AxA / Trespa Design Center Barcelona, 2015-2016).

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