Once años. Viaducto de Millau por Foster + Partners
01/11/2015.
[Río Tarn - Millau] Francia
metalocus, JOSÉ JUAN BARBA
metalocus, JOSÉ JUAN BARBA
Descripción del proyecto por Foster + Partners
Se suele considerar que los puentes pertenecen más al ámbito de los ingenieros que de los arquitectos. Sin embargo, la arquitectura de infraestructuras ocasiona un marcado impacto ambiental y el viaducto de Millau, diseñado en estrecha colaboración con ingenieros estructurales, ilustra que los arquitectos pueden desempeñar un papel integral en la proyección de puentes. El viaducto de Millau recuerda al Millennium Bridge, que cruza el río Támesis, al expresar una fascinación pareja por cómo se expresa la relación entre la funcionalidad, la tecnología y la estética en una forma estructural grácil.
Ubicado en el sur de Francia, el puente subsana la carencia de un enlace en la autopista A75 a través del Macizo Central. Actualmente, la A75 proporciona una vía directa de alta velocidad entre París, la costa mediterránea y Barcelona. El puente atraviesa el río Tarn, cuyo curso discurre por una espectacular garganta entre dos mesetas elevadas. Curiosamente, hubo interpretaciones alternativas de la topografía que sugirieron dos enfoques estructurales posibles: por un lado, celebrar el acto de cruzar el río, y por otro, articular el reto que suponía salvar los 2,46 km que separan ambas mesetas del modo más económico y elegante posible. Si bien históricamente el río ha cincelado el paisaje, en este punto es muy angosto, motivo por el cual la segunda interpretación sirvió de base para la solución estructural más pertinente.
El puente, una estructura con torres y sustentada por cables, se antoja delicado y transparente y presenta una separación óptima entre columnas. Su construcción batió varios récords: posee los pilones más altos del mundo, es la autopista más elevada de Europa que transcurre por un puente y supera a la Torre Eiffel en tanto que estructura más alta de Francia. Cada uno de sus tramos mide 342 m de longitud y la altura de los soportes oscila entre los 75 y los 245 m, a los cuales se suman los 87 m de las torres que se elevan por encima de la carretera. A fin de acomodar la expansión y contracción de la calzada de hormigón, cada columna se divide en dos pilares más delgados y flexibles bajo la carretera, que dan forma a una cabria sobre el nivel de la plataforma del puente. La forma abierta de las columnas expresa sus cargas estructurales al tiempo que reduce al mínimo el perfil en el alzado. Por ello, el puente no solo exhibe una silueta espectacular sino que, además, representa una intervención mínima en el paisaje.
Norman Foster es considerado por muchos como el arquitecto más importante de Gran Bretaña. Ganó el Premio Pritzker de Arquitectura 1999 y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009.
Lord Foster reconstruyó el Reichstag como nuevo Parlamento alemán en Berlín y ha diseñado el Gran Atrio del British Museum. Realizó la conexión entre la catedral de St. Paul y la Tate Modern con el Puente del Milenio, una pasarela de acero a través del Támesis. Ha diseñado el Hearst Corporation Building en Manhattan, entre la calle 57 y la Octava Avenida.
Nació en Manchester, Inglaterra, en 1935. Entre sus numerosos proyectos realizados por su oficina están el Ayuntamiento de Londres, el metro de Bilbao en España o la estación de metro de Canary Wharf en Londres, la reforma del patio del Smithsonian American Art Museum y la Galería Nacional de Retratos en Washington.
En la década de 1970, Lord Foster fue uno de los profesionales más visibles de la high-tech arquitectura que idolatró la cultura de la máquina. En 1986 tiene un gran reconocimiento, con la construcción del Hong Kong and Shanghai Bank, concebido como un kit de piezas-conectada a una torre armazón de acero, para algunos considerado como la respuesta del capitalismo al populista Centro Pompidou de París.
Nicolai Ouroussoff, crítico de arquitectura del The Times, ha escrito que aunque el trabajo de Norman Foster se ha convertido en más elegante y más predecible en los últimos años, "sus formas son siempre impulsada por una lógica estructural interna, que tratan sus entornos con una refrescante sinceridad."
Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009.