La mesa de debate es un símbolo de los espacios de encuentro y discusión, además su diseño se genera a partir de la geometría del suelo en el que se establece. Esta mesa al igual que lo hicieron las sillas, que estaban diseñadas para el escenario, acogieron a numerosos agentes del diseño de la ciudad y la transformación del territorio.
Descripción del proyecto por depA architects
La exposición, celebrada en el Palazzo Giustinian Loline en el marco de la 17ª Bienal de Arquitectura de Venecia, da cuenta de la arquitectura portuguesa en el arco temporal de la democracia a través de siete procesos marcados por la destrucción material, la dislocación social o la participación popular. Todos ellos tienen un lastre mediático amplificado por la prensa, entendida como barómetro de la acción e implicación del público en estos diversos procesos. InConflict promueve así, a través de la exposición y también de los debates organizados, una reflexión sobre el papel de la arquitectura como disciplina artística, pública, política y ética, con la expectativa de contribuir al diseño de un futuro común.
En la planta principal de la exposición, la escenografía, que alberga los siete procesos arquitectónicos, apoya una lectura especular del contenido mediante el uso del espejo, como dispositivo que crea un espacio heterotópico entre la aparente fatalidad de lo real y el deseo utópico del debate que presentan. El espejo no pretende neutralizar la atmósfera existente en las salas del palacio. Por el contrario, establece una relación caleidoscópica que rompe la configuración espacial y subvierte la lectura de las habitaciones -caracterizadas por cuadros, telas, pretinas, papeles pintados y espejos originales- inventando el espacio donde no existe. Por tanto, es el espejo, el lado «pulido» del dispositivo, el que presenta cada proyecto en un primer momento y también sirve de telón de fondo para la pieza tridimensional que descansa en el zócalo que tiene delante. Por último, en su reverso, se recoge información complementaria, impresa a veces en una plancha sin pulir -evocando las grandes planchas de impresión de la prensa que es a su vez una de las bases del material expuesto- y a veces en carteles, reforzando el tono analógico y manual que cubre todo el proyecto expositivo.
En la entrada principal, el acceso andronede al Gran Canal, una serie de televisores transmite una instalación audiovisual, editada a partir de material de archivo de televisión y una selección de documentales y cortometrajes dedicados a los siete procesos. El set de regi, que invoca de nuevo a la prensa de esta manera, es otro escenario caleidoscópico que ayuda a enmarcar el borde de la mesa de debate.
Por último, la propia mesa de debate completa la escenografía de la exposición. Diseñado a partir de la geometría del suelo del espacio donde se inserta, y dentro de la materialidad del resto del conjunto expositivo, es un símbolo de los espacios de encuentro y discusión, lugares de conflicto público donde la arquitectura se incluye y media. La mesa, al igual que el conjunto de sillas también diseñadas especialmente para el escenario, acogió una serie de conversaciones que reunieron a agentes de la transformación del territorio y del diseño de la ciudad.