La exposición invita a arquitectos, diseñadores y al público a interactuar con el suelo como un actor dinámico en la configuración del mundo construido. Al examinar la interacción entre el suelo-cuerpo y el suelo-tiempo, Seres del suelo reflexiona sobre cómo la arquitectura puede avanzar hacia relaciones más recíprocas y éticas con la tierra.
Terrario
En el centro de la exposición se encuentra Terrario, una instalación de Christian Tenefrancia Illi, compuesta por casi mil baldosas de tierra recolectadas de diversos paisajes filipinos. Terrario simula microclimas y los lentos pero contundentes procesos de erosión y transformación, destacando el papel del suelo en la configuración del futuro, tanto de humanos como de no humanos. La estructura, similar a un vórtice, se resiste a la finitud arquitectónica, invitando al espectador a sumergirse en los ritmos de la descomposición y la reforma.
En lugar de posicionar el suelo como objeto o recurso, Terrario le permite ser anfitrión, medio y testigo. De este modo, amplía las posibilidades de la práctica espacial, difuminando las fronteras entre ecología, ritual, arquitectura y cuidado.

Seres del suelo (Lamánlupa) de Christian Tenefrancia Illi. Fotografía por Studio KIM/ILLI.
Antes de la presentación de la exposición en Venecia, se llevaron a cabo una serie de talleres interdisciplinarios en Filipinas: Metro Manila, Batangas, Leyte y Cotabato Sur. Estos encuentros, en los que participaron científicos, artistas, líderes indígenas, activistas y residentes locales, replantearon el suelo como un actor cultural y político.
En Calatagan, Batangas, las comunidades reinventaron la fabricación de herramientas con materiales desechados. En Baybay, Leyte, mujeres y sobrevivientes LGBTQI de deslizamientos de tierra dramatizaron el duelo y la memoria mediante una actuación. En Tampakan, Cotabato Sur, los participantes indígenas Blaan utilizaron la cocina, los rituales y la narración para desafiar las pedagogías extractivas. Estos ejercicios resaltan la capacidad del suelo para fomentar la imaginación, la resistencia y la vida colectiva.
Como archivo vivo y colaborador, el suelo en Soil-beings trasciende su papel como material: se convierte en una fuerza de encuentro, inestabilidad y potencial.