Si bien la función principal con la que fue pensada es la de alojar un espacio de misa para la comunidad, el proyecto fluctuó hasta convertirse en una suerte de centro comunitario-religioso, con una gran variedad de funciones en su programa que pueden abastecer a los requerimientos de la población local. Esto es, según el estudio, un modelo de iglesia experimental que responde a los cambios que se han ido dando en la liturgia y que, actualmente, se orientan a impulsar la participación comunitaria.
El resultado arquitectónico de estos postulados es una iglesia de planta elíptica que desplaza literalmente a la liturgia del centro hacia un lado, y la sustituye por un amplio patio de acceso, que nos recuerda a la estrategia empleada en Santo Volto por Mario Botta. Allí el arquitecto italiano realizó un proceso similar, cambiando el foco hacia el uso comunitario (que, de todos modos, siempre tuvo su lugar en los espacios religiosos cristianos), aunque atribuyendo aún gran monumentalidad y protagonismo en la planta al área de misa.
Descripción del proyecto por Robert Gutowski Architects
Robert Gutowski Architects se adjudicó la licitación para diseñar la iglesia en Páty, en un concurso de diseño restringido en 2004. Todo el proceso de diseño y construcción se llevó a cabo con la organización y participación de la comunidad local. El edificio fue construido principalmente con la ayuda de donaciones y fue consagrado en 2019.
La Iglesia del Papa Juan Pablo II representa una respuesta consciente a los cambios litúrgicos de las últimas décadas, convirtiéndola en un experimento de iglesia modelo en la arquitectura de la iglesia contemporánea. El énfasis se desplaza hacia la participación activa de los fieles. La comunidad no es un observador pasivo de los eventos en un santuario, sino que experimenta activamente el acto sagrado.
La Iglesia define claramente su propósito: mientras el Creador y el Dios todopoderoso están en el centro de la liturgia tradicional, los esfuerzos litúrgicos modernos han cambiado el énfasis hacia el Dios recreador, la imagen de un Cristo perpetuamente redentor. Como dijo San Agustín, “la Iglesia se crea a través de la Eucaristía”, y también lo es la fe en Cristo, la celebración de la Eucaristía hoy en el centro de la experiencia comunitaria.
Ésta es la fuente del diseño espacial central. En nuestro diseño, la nave funciona como el patio de la iglesia, mientras que el espacio litúrgico se asemeja al santuario de la iglesia barroca que termina en el ábside. Las tradiciones de la arquitectura histórica de la iglesia se expresan de una forma novedosa: el ángulo roto del patio y el interior de la iglesia, es decir, de los ejes de la nave y el santuario, es un símbolo medieval, una metáfora del cuerpo roto.
Dentro del interior de la iglesia, el énfasis de las funciones sacras lo proporcionan las superficies iluminadas con luz puntual y difusa dentro de la cúpula de hormigón armado. La proximidad del altar, la luz natural dirigida al centro y una atmósfera íntima, inspiran un ambiente y una reflexión apropiados.
El altar de piedra verde es el punto focal del espacio. Al santificar la iglesia, la reliquia de la sangre del Papa Juan Pablo II se colocó al pie de la piedra del altar. El hueco del relicario está cerrado con mármol blanco de Carrara tallado, con el escudo del Papa. La planta del altar adyacente al piso es rectangular, adaptada a la disposición del panel del piso, conectando con el mundo terrenal. El contorno de la piedra cambia y se ensancha hacia arriba, y sus esquinas se redondean para permitir la reunión alrededor del altar.
El espacio litúrgico está rodeado por salas comunes y educativas, un salón de eventos, sala de invitados, la vivienda del sacerdote, oficinas y salas de servicio, formando un todo unificado junto con el patio. El diseño elíptico de la iglesia en el entorno heterogéneo de pueblo pequeño simboliza la perpetuidad.