Teatro Le Maillon, ¡Esto no es un teatro! por LAN arquitectos

Descripción del proyecto por LAN

Desde el inicio, la vocación del teatro Le Maillon era llegar fuera de sus muros y abrir el mundo de las artes escénicas desde su posición elitista. Teniendo en cuenta esta aspiración y esta historia singular, nuestro enfoque apunta a concebir más de un lugar: una verdadera máquina artística, donde las diferentes etapas de representación y sus áreas de producción se encuentran.

El proyecto sustituye la composición tradicional basada en la triada vestíbulo-salas-logística por la idea de un territorio constituido principalmente con espacios libres, como muchos huecos para descubrir y activar. La formación de un marco que fuese capaz de acoger todos los escenarios considerados, una retícula mejora la flexibilidad y crea lugares con una amplia gama de usos potenciales.

La pared se convierte en lo que define tanto el estado como el carácter de estos vacíos. En el exterior, las fachadas que se enfrenta el espacio público se convierten en la interfaz, que puede perpetuar la historia de Le Maillon. Una alternancia de volúmenes y vacíos dan ritmo a la piel del edificio, compuesto de hormigón coloreado y grandes ventanas con vistas a la ciudad. La geografía y la ubicación del proyecto nos invita a seguir la lógica iniciada por el proyecto urbano, que constituye una articulación cosida de los elementos circundantes.

A partir de los ejes principales, la extrusión inicial de la parcela fue modelada con el fin de obtener un volumen que culmina al final de la avenida Schutzenberger, creando un ángulo en la plaza Adrien Zeller y un faro urbano con respecto a la calle Jean Wenger Valentin. Desde el exterior, este volumen sugiere una misteriosa interioridad, el cambio de día en luz de noche. Es un territorio de contrastes, sorpresas, un laberinto espacial, un paisaje articulado entre patios y terrazas. En el interior, los espacios públicos Piranesianos enlazan las diferentes salas, espacio de recepción y calles.

Las fachadas forman filtros de luz que permite al ojo ver la ciudad, el parque y la arquitectura circundante. Por la noche, se convierten en pantallas que liberan la proyección de coloridas imágenes, como si se imprimieran en el cristal. La abstracción es superada por la figuración, lo constante completado por lo efímero.