
Con la idea de dos bloques, Alta Architectes organiza el proyecto. Los edificios crecen desde una base subterránea que alberga un aparcamiento con puntos de carga y estacionamiento para bicicletas.
Se ha cuidado rigurosamente la selección de materiales respetuosos con el medio ambiente y el lugar de producción. Así, la mayoría de la madera procede de bosques sostenibles y el hormigón se usa de forma selectiva, solo donde realmente es necesario, es decir, en la circulación vertical o en la cimentación.
La fachada de entramados de madera de abeto otorga textura y personalidad al edificio y, junto con la estructura de acero, facilita la creación de espacios amplios y luminosos, adecuados para oficinas paisaje. Otros materiales, como el aluminio anodizado para los acabados, el zinc en las cubiertas —que proporciona una gran impermeabilidad— o el gres porcelánico como solado, han sido escogidos minuciosamente para complementar el edificio.

«Bois Harel» por Alta Architectes. Fotografía por Gaëtan Chevrier.
Descripción del proyecto por Alta Architectes
Alta presenta un ambicioso proyecto de oficinas situado en el «Chemin du Bois Harel», un lugar en plena transformación en el límite entre Rennes y Saint-Jacques-de-la-Lande. Este territorio reconfigurado, antaño una zona de huerta marcada por los invernaderos Crublé, cerrados en 2004, se encuentra entre el campo y la periferia urbana: al oeste, un paisaje rural salpicado de viviendas dispersas; al este, la circunvalación de Rennes con su flujo constante de tráfico.
En la intersección de estas dos realidades contrastadas, el emplazamiento ofrece un terreno fértil para una nueva visión de la urbanidad. Alta concibe aquí una arquitectura de conexión -simple y contemporánea- diseñada para unir la escala de la vida cotidiana con la del paisaje más amplio, preservando al mismo tiempo la calidad de vida.

Dos edificios bajos en carbono
El proyecto se organiza en torno a dos edificios de tres plantas, situados sobre una base subterránea común que alberga el aparcamiento. Diseñado para cumplir las normas francesas ERP de 5ª categoría, el proyecto incluye 170 plazas de aparcamiento, varias de las cuales están equipadas con estaciones de carga para vehículos eléctricos, junto con instalaciones seguras para guardar bicicletas con el fin de promover una movilidad suave.
La construcción sigue un planteamiento respetuoso con el medio ambiente, impulsado por decisiones técnicas comprometidas. La estructura está compuesta en un 80% de madera procedente de bosques gestionados de forma sostenible, con certificación PEFC y FSC. El hormigón se utiliza de forma selectiva y sólo cuando es estrictamente necesario para los cimientos, la circulación vertical y la estabilidad estructural general.

Las fachadas son de entramado de madera, los suelos de madera contralaminada (CLT) y las vigas de acero optimizan la altura de los techos, ofreciendo interiores espaciosos y luminosos con techos de 2,70 metros.
Este planteamiento constructivo garantiza un entorno de trabajo saludable, cómodo y eficiente. La madera, naturalmente aislante y reguladora de la humedad, favorece una excelente calidad del aire interior y ofrece altos niveles de rendimiento energético y acústico.
Una paleta de materiales sutil, expresiva y sostenible
El diseño se basa en materiales duraderos, cuidadosamente seleccionados por su idoneidad y su capacidad para integrarse en el paisaje circundante. El abeto, utilizado en fachadas, revestimientos y elementos verticales, aporta una textura cálida y viva. El aluminio anodizado natural proporciona un acabado elegante y discreto a ventanas, barandillas y componentes técnicos. El zinc natural, utilizado para cubiertas y bajantes de agua de lluvia, completa la paleta con sutileza. En la planta baja, el gres porcelánico y el hormigón permeable favorecen la infiltración del agua y garantizan la continuidad de los materiales.

El equipamiento técnico está integrado en la cubierta y discretamente oculto, preservando la pureza de la silueta general. La arquitectura se expresa con sensibilidad, integrándose sin fisuras y cuidadosamente en su contexto.
Alta propone una nueva forma de concebir la arquitectura de oficinas. Lejos de los estereotipos, la arquitectura da un paso atrás para adaptarse a la dinámica del lugar, volver a conectar con el paisaje y satisfacer las demandas contemporáneas de comodidad, sostenibilidad y facilidad de uso. Una visión comprometida, sobria y humana del desarrollo urbano, decididamente orientada al futuro.