The Dark Line por Michèle & Miquel y da VISION DESIGN
18/05/2023.
[Nueva Taipéi] Taiwán
metalocus, JOSÉ JUAN BARBA
metalocus, JOSÉ JUAN BARBA
Descripción del proyecto por Michèle & Miquel
El proyecto se encuentra en el corazón de una región montañosa entre Taipei y Ylan, en la costa del Pacífico, al este de Taiwán.
Esta región ha sido atravesada por múltiples rutas a lo largo de la historia:
A finales del siglo XX, las minas fueron cerradas y el ferrocarril abandonado. El desarrollo de este patrimonio, situado en un paisaje espectacular de montañas, desfiladeros y saltos de agua, se convierte en el principal activo para revitalizar una comarca afectada por la desaparición de la industria.
El plan consiste en la creación de una ruta eco-histórica, que une los antiguos caminos y las infraestructuras abandonadas: túneles, galerías, instalaciones ferroviarias, minas... para descubrir el patrimonio industrial, pero también el paisaje.
El proyecto que aquí se presenta es el tramo de la ruta entre Mudan y Sandiaoling, que pasa por un antiguo túnel de la mina y sigue por una nueva pasarela que se aferra a los acantilados del río Keelung.
The Dark Line por Michèle & Miquel y dA VISION DESIGN. Fotografía por LU Yu-Jui.
Nuestra postura
Los paisajes industriales tienen fecha de caducidad: la industria abandona los lugares con la misma radicalidad con la que han sido investidos. Producto de un sistema técnico-económico preciso, las infraestructuras se vacían en cuanto aparece un sistema más eficiente. Quedan monumentales huellas físicas, donde la flora y la fauna, rápidas en detectar fallas, hacen su hábitat.
En pocos lugares como éste, los fenómenos geológicos y biológicos ocurren tan rápidamente.
Se trata ahora de un entorno híbrido en el que se borran las distinciones tradicionales entre naturaleza y cultura. Decidimos, desde el inicio del proyecto, mantener el túnel en todo su espesor histórico, tal como está, sin restaurarlo, y mostrar la transformación del lugar desde su abandono, incluyendo los suelos rocosos y arenosos acumulados por los tifones, el caudal de agua de infiltración, la frondosa vegetación que cubre las monumentales fachadas, y los árboles que se encuentran a lo largo de todo el recorrido.
Al ver la vegetación invasora, el agua que fluye y el poder de los fenómenos geológicos, la hazaña técnica de la obra se hace más evidente y exprime la potencia del cambio de época.
Hacer acta que el túnel, por donde zumbaban las locomotoras a vapor, se ha transformado en una apacible caverna húmeda, no significa renunciar a dar una interpretación histórica del lugar. Por el contrario, es ampliar el espectro de la historia.
The Dark Line por Michèle & Miquel y dA VISION DESIGN. Fotografía por LU Yu-Jui.
El proyecto
Ha sido necesario realizar obras importantes para permitir la apertura al público de este itinerario: atravesar un túnel sujeto a posibles deslizamientos, instalar una pasarela sobre un suelo, «sin tocarlo», construir una estructura compleja en un terreno vertical e inestable... y todo, sin cortar ningún árbol.
El reto era hacerlo lo más discreto y «natural» posible.
Esconder los esfuerzos del proyecto y de la obra para dejar que la vieja infraestructura y el paisaje hablen por sí mismos, minimizando la competencia con lo existente con el uso de un solo material y un único sistema:
Con esta elección nos situamos entre las dos grandes obras que han impactado el lugar en los últimos 100 años: la construcción de la vía del tren y la posterior acción de la naturaleza, evocando, por la materia, la vía férrea y por el vacío, el paisaje.
The Dark Line por Michèle & Miquel y dA VISION DESIGN. Fotografía por LU Yu-Jui.
Las barras conforman el suelo y todo lo que se despliega del suelo. Cada barra de acero se curva para crear la primera línea de un límite, de una barandilla, un banco, un aparca bicicletas, un pequeño anfiteatro, una inscripción kilométrica o la protección dentro del túnel. Es por la suma de las barras que los distintos elementos se completan. Esta repetición al «infinito» acaba constituyendo un todo único que nos hace olvidar su presencia para dar paso a una naturaleza que aparece por todas partes: a lo lejos, como marco de fondo, más allá de la pasarela; en la proximidad, a través del suelo, donde vemos las rocas y la arena, escuchamos el agua, tocamos la vegetación.
Al final del túnel, una balsa de agua refleja el cielo.
Es el vacío dejado por el viejo puente sobre el rio Keelung, derrumbado por las inundaciones.