"El anillo del recuerdo" por Philippe Prost. Mención Especial, Espacio Público 2016

Descripción del proyecto por Philippe Prost

A través de nuestro proyecto hemos querido dar una forma a la fraternidad para dar expresión a la paz y unir el arte y la naturaleza y ponerlos al servicio de la memoria.

Era necesario dar una forma a la fraternidad.-

Para unir a aquellos que una vez fueron enemigos y reunir a los 600.000 nombres de los combatientes que cayeron en los campos de batalla de la región de Nord-Pas-de-Calais, se optó por la figura del anillo, pensando en el círculo que se forma cuando las personas se dan la mano. El anillo es sinónimo de unidad y eternidad: la unidad porque los nombres constituyen ahora una especie de cadena humana; la eternidad porque las letras siguen sin fin, el orden alfabético prevalece sobre todas las distinciones de nacionalidad, rango o credo. El anillo toma la forma de una elipse, girado en un lado hacia la entrada de la necrópolis y por el otro hacia la llanura de Artois.

Era necesario dar expresión a Paz.-

La elección de horizontalidad para el monumento parecía evidente. En primer lugar con el fin de responder a la verticalidad de la torre de la linterna y, además, debido a que la horizontal es un signo de equilibrio y una muestra de atemporalidad. Anclado al suelo en dos tercios de su diámetro, el anillo se separa de la tierra, donde la pendiente de la colina se hace más pronunciada. Este voladizo está aquí para recordarnos que la paz siempre será frágil. Al asaltar el horizonte, el memorial crea un espacio sin peso entre el cielo y la tierra.

Era necesario unir el arte y la naturaleza al servicio de la memoria.-

En el mismo sitio donde se llevaron a cabo batallas terribles, la naturaleza ha recuperado sus derechos. El monumento inscribe la memoria de los caídos en el espacio y, por otra parte, celebra la paz reencontrada. Según vayan llegando, el significado y la importancia del lugar darán a conocer de manera intuitiva a quienes lo visitan: la ranura que se ha cortado en el suelo como una zanja de poca profundidad se ensancha en un túnel antes de abrirse en el interior del monumento.

El memorial.-

En el exterior, una cinta de hormigón oscuro, el color de la guerra, equilibra la colina que domina la llanura de Artois, una línea horizontal que traza un perímetro de 328 metros coronada por la torre de la linterna de más de 50 metros de altura. En el interior, la luz se refleja en 500 hojas de metal dorado en el que están escritos los nombres de los 579,606 combatientes, dispuestos en orden alfabético, sin distinción de nacionalidad, rango o credo, unidos ahora y para siempre en su humanidad común. El anillo es una obra de arte en todos los sentidos: un desafío técnico, una obra monumental; y el arte en el sentido de artificio de competir con la naturaleza. El uso de un nuevo material, un hormigón ultra reforzado con fibra de alto rendimiento, ha hecho su construcción posible y le permite desafiar el paso del tiempo. Después de visitar la galería, se puede volver a la campiña de los alrededores al pasar por debajo del voladizo de casi 60 metros.

Lo monumental y lo íntimo.-

En respuesta a la ambición de hacer una fuerte declaración política, concebimos esta obra única que trata de superar el horror de la Primera Guerra Mundial con el fin de conmemorar sus combatientes, para recordarnos constantemente la importancia de la paz y ofrecer a Europa una pacífica visión del futuro. Para responder a tal ambición, se pidió una intervención que fuera a la vez simple y fuerte y y unida a lo monumental a lo íntimo.