El Centro de Visitantes de Longyou, proyectado por Atelier tao+c, mantiene la forma oblicua del contorno del patio, con una circulación que rodea su perímetro. Los aleros se desarrollan en tres alturas distintas que responden a las necesidades de uso y a los elementos de su contexto.
El vestíbulo turístico conserva la esencia de sus preexistencias, manteniendo la madera envejecida y las superficies que revelan su deterioro por el paso del tiempo. En el interior se incorporan materiales lisos y brillantes que destacan la estructura original, como placas corrugadas de acero inoxidable y tubos de acero galvanizado de uso industrial para los pasillos, resina epóxi en el suelo y acero galvanizado en las vigas.

Centro de visitantes - Longyou / centro turístico por Atelier tao+c. Fotografía por Wen Studio.
Descripción del proyecto por Atelier tao+c
Cruzar el puente sobre el río Qu conduce a la aldea de Tingtangxu
Junto al camino ribereño, cada casa de la aldea conserva una arquitectura vernácula con un patio delantero irregular. La forma irregular de los patios suele estar delimitada por los senderos entrelazados de la aldea, trazados a lo largo de generaciones de negociaciones vecinales, como reflejo espacial de la estructura social rural.
A la entrada de la aldea se encuentra una casa típica de finales de la dinastía Qing, con un patio con un árbol y una cocina anexa añadida en la década de 1990. Aquí comienza el Espacio Ecológico Artístico Hushiguang. Este festival de arte rural se desarrolla a lo largo del río Qu, con obras de arte dispersas en el campo que atraen visitantes y transforman sutilmente la vida de la aldea. En este lugar, el estudio tao+c ha instalado una caseta ligera que funciona como punto de encuentro con doble propósito: una parada para los turistas y un lugar de reunión para que los aldeanos conversen informalmente al entrar o salir de la aldea, permitiendo que residentes y turistas se encuentren e interactúen.
Siguiendo el contorno del patio, cuya forma oblicua está delimitada por el camino ribereño, los senderos del pueblo y el muro medianero, los arquitectos diseñaron un pasaje de una sola columna que rodea el perímetro y crea un patio rectangular paralelo al muro medianero y a 5° de la casa principal. La creación de estos pasajes clarificó los límites del terreno y generó un umbral intermedio entre el camino y la casa principal, filtrando el ruido y permitiendo el paso de la brisa del río.
Los cuatro lados del alero se dividen en tres alturas diferentes. Cerca del camino del pueblo, el pasaje atraviesa y corta diagonalmente el anexo original de la cocina, formando la ventana del café. Luego desciende ligeramente para formar la entrada que da al camino. Junto al muro medianero del vecino, el alero desciende y se adapta al árbol; luego gira hacia el frente de la casa antigua, manteniendo una ligera distancia para no alterar la fachada principal. Los aleros descienden en consecuencia, respondiendo a las diferentes necesidades de uso y al entorno.
Dentro de la casa antigua, se retiraron los paneles de madera de las paredes y las losas del suelo para dejar al descubierto la estructura original del edificio. Una estructura de acero galvanizado se desliza entre las antiguas vigas, rozándolas ligeramente sin dañarlas, unificando un sistema programático interno con expositores, asientos e iluminación. El suelo está recubierto con resina epoxi negra, lo que indica que todos los materiales recién incorporados son lisos y brillantes, acentuando así la estructura original.
El vestíbulo turístico adopta un enfoque de conservación pasiva: utilizar el espacio sin ocuparlo, insertar elementos sin renovarlo. Sin borrar sus huellas, la estructura de madera envejecida y las superficies desgastadas permanecen intactas en su gradual deterioro.
Los materiales utilizados para los pasillos e inserciones interiores son tubos de acero galvanizado de uso industrial y placas corrugadas de acero inoxidable, que se pueden adquirir fácilmente en ferreterías locales y se cortan y sueldan in situ. El uso estratégico de materiales comunes evoca los métodos de construcción vernáculos presentes en algunos cobertizos de pueblo, lo que permite que la intervención se integre en el entorno rural.
En este proyecto de renovación rural, los arquitectos buscan mantener la sensación de ser forasteros, llegando con delicadeza y respeto. Mediante intervenciones temporales y reversibles, pretenden un equilibrio entre la reinterpretación y la preservación, dejando abierta la posibilidad de futuras transformaciones.