
La propuesta presentada por Tuñón y Albornoz Arquitectos, que conceptualmente es descrita por los ganadores del concurso como «una acción en el tiempo», consiste básicamente en un sencillo volumen construido en ladrillo que se convertirá en un fondo neutro para el edificio existente y que contará con una gran sala de exposiciones, además de un auditorio para unas 200 personas.
La propuesta se concibe como una nueva capa sobre la ciudad existente, potenciando la resiliencia urbana del edificio y resolviendo el programa funcional con especial atención a criterios de flexibilidad y versatilidad, construyendo una «caja de la memoria» entre los muros del edificio actual que acogerá, entre otros, tres grandes salas apiladas espacialmente y de carácter similar, cuyo tratamiento lumínico permitirá albergar diferentes usos.
El jurado concedió además dos accéssit. Ganador del primer Accésit: con el lema «Eje Embajadores» por Frade Arquitectos y el Ganador del segundo Accésit: con el lema «Memoriae» por la UTE de Arias Garrido Arquitectos - Baile Menduiña y S. Mata Arquitectura.

Visualización. Centro de Exposiciones de la Memoria Democrática por Tuñón y Albornoz arquitectos.
Descripción del proyecto por Tuñón y Albornoz Arquitectos
LA CAJA DE LA MEMORIA
La propuesta para el Centro de Exposiciones de la Memoria Democrática en el edificio neomudéjar de la calle Argumosa 41, debe ser entendida como un experimento que trata de construir un sistema circulatorio de lo colectivo, un nuevo lugar de encuentro para las personas, que hace visibles los vínculos entre la memoria democrática y la arquitectura, al disolver los límites entre lo que se expone, lo que se comunica, y la vida que se desarrolla en torno a la ciudad.
El nuevo centro de exposiciones trata de encontrar el territorio común entre la memoria democrática y aquello que permite a la ciudad reconocerse a sí misma; una estrategia, que contenga en sí misma ambas caras: un conjunto de reglas dictadas por lo colectivo y una reinterpretación de estas que hace del proyecto, continente y contenido, un presente para la ciudad.
Así, el Centro de Exposiciones de la Memoria Democrática debe ser entendido, no tanto como una arquitectura, sino como una acción en el tiempo, donde las exposiciones, las instalaciones y las intervenciones serán resultado de investigaciones colectivas, y donde la comunicación, y la difusión, se conviertan en una nueva herramienta de trabajo del propio centro.

En general, la propuesta resuelve el programa funcional dando una respuesta contemporánea desde criterios de flexibilidad y versatilidad funcional, mediante la construcción de una “caja de la memoria” que acogerá, además de otros programas, tres grandes salas apiladas, con características espaciales similares, pero diversificadas en sus posibilidades lumínicas, que permitirán ser usadas de acuerdo a las necesidades del centro, en cada momento.
Entre los muros del hermoso edificio neomudéjar existente, que la propuesta conserva en su integridad, se inserta la “caja de la memoria”. Y así, una vez más, la historia de la ciudad se escribe como una superposición de diferentes usos y diferentes arquitecturas a lo largo del tiempo, que reclaman una condición respetuosa, silenciosa y ajustada, como es la de la nueva construcción propuesta.
Sobre los trabajados muros neomudéjares, se propone un sencillo volumen que, construido con un ladrillo similar al del edificio existente, sirve de fondo neutro para la histórica construcción, asumiendo un sistema de intervención en el patrimonio que propone un equilibrio entre continuidades materiales y volumétricas junto a discontinuidades ornamentales y constructivas.
