Apenas un lustro después, a mediados de los noventa, Madrid se le queda pequeño y tras una breve estancia en Londres saltará a Nueva York donde permanecerá hasta poco después de los atentados de las Torres Gemelas. Cuando nos volvemos a ver en Nueva York, en 1998, quedamos en su estudio, una antigua fábrica en el 239 de Banker Street, Greenpoint-Williamsbur, en Brooklyn.
“El estudio de Banker street era una especie de lugar en medio de la nada: podías ver Manhattan, pero no oírlo, entrabas a través de un laberinto de pasillos de antiguas fábricas”.
Recorrimos la zona, en aquel momento todavía no formaba parte de los procesos de remodelación inmobiliaria y era un área por la que uno tenía que saber moverse para no tener problemas, terminamos en un antro tomando algo de madrugada, la noche, sus movimientos y transeúntes son una constante llamada de interés en la obra de Reto Halme. En Nueva York, Halme vivirá durante 7 años y desarrollará y consolidará gran parte de su perfil como fotógrafo. Las imágenes de entonces reflejan los colores de la ciudad, mojada, nocturna, con niebla, en las azoteas, en calles abandonadas, luces amarillas o amarillo verdosas, azules fríos en los exteriores y rojos intensos, calor interior de cuerpos siempre de mujeres con las que se va cruzando.
Las series de fotografías con modelos que realiza en el subway de Nueva York o en Harlem construyen lugares desde espacios abandonados, lugares que adquieren sentido por como refleja el movimiento de los cuerpos en el espacio. Durante ese tiempo estará casi obsesionado por congelar el movimiento del cuerpo de la mujer, moviéndose en su estudio, saliendo de una escalera de metro en la 125 St, recorriendo mercados, calles o carreteras.
“Mi intención era combinar el cuerpo con el movimiento, que se notase, (algunos modelos eran bailarines) pero también con inquietudes mentales, los sujetos luchaban por encontrar una mirada libre de prejuicios sobre la libertad.
El resultado lleva a intentar capturar un retrato psicológico (principalmente dentro del marco de la fotografía de moda).
Ahora, cuando estamos tocando los límites de nuestra civilización, esto se vuelve real”.
El resultado lleva a intentar capturar un retrato psicológico (principalmente dentro del marco de la fotografía de moda).
Ahora, cuando estamos tocando los límites de nuestra civilización, esto se vuelve real”.
Experimenta con el gran formato, propone la realización de inmensos murales, de paredes infinitas de fotografías, de modelos, moda y ciudad oscura. Como característica sus fotografías siempre son en color, atrapan tiempo y movimiento. Su trabajo se llena de sombría sensualidad, le aplica un estilo cinético y termina de componerlo con los elementos del ambiente urbano de la noche.
“En los rodajes te movías, escuchabas música, expresabas lo que sentías. Así que la situación del rodaje fue casi más importante que las fotos finales
Tal vez mis eventos actuales de flujo de luz negra reflejen eso, simplemente sin cámara”.
Tal vez mis eventos actuales de flujo de luz negra reflejen eso, simplemente sin cámara”.
¿Qué fotógrafos te han influenciado? El cine, en realidad el cine, siempre recuerdo Lost Highway (Carretera Perdida), de 1997 y dirigida por David Lynch. Cine negro, surrealista, carretera.
Tras el atentado de Nueva York, la ciudad se impregna de un halo triste, la carretera es una salida, al igual que a los miembros de la generación Beat, el viaje al oeste es su salida y se dirige a la ciudad del cine, Los Ángeles, donde pasará los siguientes 5 años. Carreteras, playas, el desierto y mujeres serán los instrumentos con los que construirá su discurso durante los siguientes años.
Los Ángeles es muy pequeño, demasiado pequeño, demasiado monótono, demasiado individual, se ha convertido en algo demasiado previsible y convencional y el retorno a Europa está cantado. En el 2009 de nuevo su vuelta a Madrid, durante unos años, después Barcelona durante unos meses y nuevamente un salto, esta vez a Berlín. A principios de diciembre de 2013, toma una fotografía de su coche en una gasolinera, una noche de niebla escapando de Barcelona a Berlín, 19 horas en coche. Ha expuesto en todas las ciudades en las que ha estado.
Texto por José Juan Barba