
R21 Arkitekter proyectó la planta de cada vivienda con las mismas dimensiones, de dos niveles de altura y en forma de L. El complejo queda atravesado por una calle central, interior y privada, que deja tres viviendas al oeste y las otras dos al este, sobre el aparcamiento subterráneo. A través de esta calle interior se accede a cada vivienda.
Atendiendo a la orientación y la topografía del terreno, el estudio abrió grandes huecos en las fachadas orientadas al sur, lo que dio lugar a la creación de espacios abiertos y patios, mientras que las fachadas norte quedaron cerradas. Esta estrategia permite generar espacios privados entre las fachadas abiertas de cada volumen y la pared opaca del vecino. De esta forma, el patio se adentra en el interior de cada vivienda, generando un entorno natural e íntimo.

Casas patio en Ullerntoppen, fase 2 por R21 Arkitekter. Fotografía por Mariela Apollonio.
A diferencia de la primera fase, se utilizó un único material constructivo en el cerramiento exterior: el ladrillo. Este elemento, a parte de suponer una ventaja económica, genera un resultado sobrio y robusto, únicamente interrumpido por los grandes huecos acristalados. Los volúmenes se conectan entre sí por medio de un sistema de pérgolas y los elementos naturales y vegetales rodean todo el conjunto, generando equilibrio y armonía.
Descripción del proyecto por R21 Arkitekter
La segunda fase del encargo plantea el proyecto y la construcción de 5 viviendas pareadas de dos plantas, sobre un estacionamiento subterráneo común, ubicadas en una zona dominada por viviendas unifamiliares.
Cada unidad está compuesta por una fachada abierta y otra cerrada. La implantación en forma de L junto con la repetición de las mismas genera las zonas exteriores. Éstas aparecen entre la fachada abierta y la fachada cerrada del edificio vecino, logrando así una sensación de privacidad. El despiece de la pieza sigue el ritmo de la fase 1 pero el programa dentro de la misma se reordena por necesidades del proyecto. La caja que sale del volumen arma la pérgola de manera invertida.
El ritmo de las unidades obedece a la fase 1; las tres unidades de la izquierda siguen la misma lógica que la fase 1, mientras que las dos unidades de la derecha se desplazan y salen del sistema de doble peine para ubicar el parking subterráneo, por una lógica económica.

Respetando el mismo severo código de alturas máximas que en la fase 1, los volúmenes se posicionan cuidadosamente teniendo en cuenta la topografía de la parcela y priorizando las vistas y las condiciones de luz. El acceso común se convierte en calle interior, el cual articula los diferentes niveles contribuyendo así a crear zonas protegidas para áreas de entrada y lugares de reuniones informales.
A diferencia de la fase 1, el proyecto se resuelve íntegramente en un solo material, el ladrillo, economizando costes. Las proporciones de las fachadas se afinan mediante vacíos: huecos perforados en la masa. Abertura figurativa debido a que todo es un material, lo contrario que en la fase 1. Un sistema de pérgolas se extiende desde el acceso conectando visualmente las unidades dando sentido al conjunto. La expresión es sobria, sin gestos innecesarios. El ahorro de recursos otorga al conjunto una gravedad tectónica, con un carácter más robusto.