La Residencia, a cargo de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, era una institución pública que buscaba implantarse como espacio cultural de referencia en estrecho vínculo con la recién inaugurada Universidad Madrileña, y con el propósito de regenerar la sociedad española a través de la educación y la primacía de la ciencia.
Para ello, el que fue su director desde sus inicios y hasta 1936, Alberto Jiménez Fraud, impulsó la apertura de un cuerpo de laboratorios, así como una biblioteca, que si bien son hoy en día espacios presentes en toda Universidad, representaban todavía una carencia en aquella incipiente Universidad de la calle San Bernardo. La filosofía de la entidad se completaba además haciendo a sus residentes, y de forma indirecta a toda la sociedad, partícipe del interés del mundo, tanto en los descubrimientos científicos como en la divulgación de la literatura o las humanísticas.
Ni que decir tiene que esas mismas directrices estaban presentes también en la planificación y el diseño de su arquitectura a cargo de Francisco Javier de Luque y Antonio Flórez Urdapilleta, cuya estrecha vinculación con la Institución Libre de Enseñanza era garantía además de la impronta de aquella filosofía en la construcción del lugar. El complejo, de ladrillo escueto y libre de retórica, estaba compuesto de varios cuerpos: los pabellones gemelos, ocupados íntegramente por las celdas de los estudiantes; el pabellón central que, dejaba las plantas inferiores a los comedores, salón de actos … y el pabellón transatlántico que, alberga en esas mismas plantas 6 laboratorios bien equipados y la biblioteca. Situados en un ambiente verde abierto, con una cuidada orientación de los pabellones, terrazas para tomar baños de sol y dotado de las mejores instalaciones deportivas, se garantizaban sin duda unas condiciones higienistas y una localización inmejorables. Destacar que sus jardines fueron diseñados por el prestigioso Javier deWinthuysen y el propio Juan Ramón Jimenez, quien plantó el jardín de las Adelfas o jardín de los poetas que separa los edificios gemelos.
Si bien el edificio mantiene su estructura original tras las obras de actualización y reconstrucción a que se vio sometido el complejo en 1986, obra de los arquitectos Estanislao Pérez Pita y Jerónimo Junquera, no ha sido así durante toda la vida del edificio: La brecha abierta durante la Guerra Civil en España cambió también el uso del edificio, que dejó de funcionar como residencia de estudiantes para absorber el papel de hospital de Carabineros, dada la posición central en la que los nuevos ensanches del 29, a manos de Zuazo y Jansen, colocaron al lugar.
Pasada la guerra, ya en el año 1939, la Residencia había pasado a manos del CSIC, quien le devolvió su uso, convirtiéndose en la Residencia para los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Sería esta institución la que casi 50 años más tarde propusiera recuperar su valor histórico, su nombre y su papel como centro cultural, aunque redefiniendo el perfil de sus ocupantes y algunas de sus funciones.
A parte del nuevo espacio expositivo, el archivo y la sede de la Fundación García Lorca, así como la propia Fundación Cultural de la Residencia, localizados todos en el Pabellón Transatlantico (el que más transformaciones ha sufrido también en el terreno arquitectónico dado el estado deplorable en que se encontraba), el pabellón Central y los Pabellones Gemelos conservan su uso, si bien los huéspedes son en la actualidad personajes todavía con fuerte vinculación al panorama cultural internacional pero que permanecen allí en estancias cortas, a excepción de 9 estudiantes de posgrado que son cuidadosamente escogidos para su estancia anual.
El espacio es un oasis arquitectónico en medio del ajetreo de los Nuevos Ministerios de Madrid, así como un oasis cultural de acceso público que estaréis encantados de descubrir.
RESIDENCIA DE ESTUDIANTES.
Dónde.- Calle del Pinar, 21. Madrid (España).
Cuándo.- Sábado 1 de Octubre de 2016, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 h.
Inscripción.- Sin inscripción previa.