El próximo jueves, Thomas Ruff vuelve a la Galería Helga de Alvear para presentar su más reciente obra. Bajo el título "ma.r.s." (acrónimo de «mars reconnaissance survey [sonda de reconocimiento espacial]), uno de los miembros más destacados de la llamada «Escuela de Düsseldorf» recoge los últimos trabajos de la serie iniciada en 2010 y en las que transforma las imágenes captadas por satélite para brindar al espectador fotografías inquietantes que, junto al gran formato, terminan por generar la sensación de sobrevolar Marte. Aunque no es la primera incursión de Ruff en las imágenes captadas del Universo, con ma.r.s. parece completar la secuencia fotográfica de su monumental serie jpeg (2004–10) (también presente en la exposición y nunca antes mostrada en España), y las estampas recogidas desde el Observatorio Espacial «La Silla» en Chile que dieron como resultado Sterne (1992).

La obra de Thomas Ruff se enmarca dentro de una tradición de fotógrafos alemanes herederos directos de la estética conceptual y las enseñanzas de Bernd y Hilla Becher, que, en la década de los ochenta, readaptarán el proyecto originario de la Nueva Objeti- vidad para adoptar una singular manera de enfrentarse al mundo. Al igual que sus compañeros de promoción en la Kunstakedemie de Düsseldorf —entre los que se encontraban Andreas Gursky, Candida Höfer, Axel Hütte o Thomas Struth—, comparte inquietudes y planteamientos conceptuales afines: pertinaz practicante de la cámara de gran formato, adopta una estética fría, una mirada lo más neutral y desafectada posible, para acabar erigiendo imágenes planas técnicamente impecables y con una calidad de detalles que pone de manifiesto su preocupación formal por la desnudez y la pureza de registro.

Bajo la denominación genérica de «Escuela de Düsseldorf», todos ellos reinventarán la larga tradición de géneros como la fotografía de arquitectura o el retrato. Y precisamente con éste, irrumpió Ruff en la escena artística: sus rostros, ampliados a una escala aplas- tante, ponían de manifiesto la absoluta imposibilidad de acercamiento sensible y emocio- nal a la realidad, y terminaban por revelar la crisis del propio paradigma científico hereda- do del Positivismo, en concreto, a aquella sistematización que a finales del siglo XIX habían planteado Galton y Bertillon.

Tras años de ausencia vuelve ahora a la Galería Helga de Alvear para presentar su más reciente obra. Bajo el título ma.r.s. —acrónimo de «mars reconnaissance survey [sonda de reconocimiento espacial]»— recoge los últimos trabajos de la serie iniciada en 2010 y en las que transforma las imágenes captadas por satélite para brindar al espectador fotografías inquietantes que, junto al gran formato, terminan por generar la sensación de sobrevolar Marte.

Con ma.r.s., Ruff parece retoma su interés por los misterios del Universo y la contempla- ción astrológica iniciada con las estampas recogidas desde el Observatorio Europeo del Sur localizado en el inhóspito desierto de Atacama (La Silla, Chile), y que dieron como resultado Sterne (1992). En esta ocasión, casi dos décadas después, reanuda su aven- tura espacial a través de los archivos públicos de la NASA y disponibles en la Red: los registros en blanco y negro del planeta Marte son sometidos a inserciones y saturacio- nes de color, que dan como resultado nuevas texturas marcadas por la fluidez que ofrecen una renovada perspectiva del planeta rojo más cálida e introspectiva que las gélidas imágenes originales.

La exposición incluye igualmente una muestra de su monumental serie jpeg (2004–10) nunca antes vista en España. De ella se sirvió Ruff para explorar la distribución y recep- ción de imágenes en la era digital: tomando como punto de partida las extraídas de la web, el fotógrafo procedía a ampliarlas a una escala gigante exagerando los patrones de píxeles hasta convertiros en formas geométricas cargadas de color en las que las formas originales ya sólo se pueden intuir.

Desde que irrumpiera en el panorama artístico con sus retratos hieráticos de gran forma- to, lo cierto es que la obra del fotógrafo Thomas Ruff, aunque la temática haya mutado ostensiblemente —retratos, peculiares visiones nocturnas, emblemáticos edificios, constelaciones astrales, desnudos pornográficos, publicidad re-fotografiada de Internet, u objetos industriales—, y haga uso de la manipulación digital a fin de eliminar los detalles superfluos, lo cierto es que, la manera esencial en la que Thomas Ruff ha tratado todos estos motivos no ha variado.

Fechas.- Del 9 de mayo al 29 de junio de 2013 Inauguración: 9 de mayo de 2013, 20:00 h. Horario: Martes - Sábado: 11:00 - 14:00 h. | 16:30 - 20:30 h.
Lugar.- Galería Helga de Alvear. Doctor Fourquet 12 | ES–28012 Madrid. T. +34 91 468 0506 | F. +34 91 467 5134 galeria@helgadealvear.com

Leer más
Contraer

Thomas Ruff, (1958, Zell am Harmersbach, Alemania). Vive y trabaja en Düsseldorf, Alemania. La obra de Thomas Ruff se enmarca dentro de una tradición de fotógrafos alemanes herederos directos de la estética conceptual y las enseñanzas de Bernd y Hilla Becher, que, en la dédada de los ochenta, readaptarán el proyecto originario de la Nueva Objetividad para adoptar una singular manera de enfrentarse al mundo. Al igual que sus compañeros de promoción en la Kunstakedemie de Düsseldorf —entre los que se encontraban Andreas Gursky, Candida Höfer, Axel Hütte o Thomas Struth—, comparte inquietudes y planteamientos conceptuales afines: pertinaz practicante de la cámara de gran formato, adopta una estética fría, una mirada lo más neutral y desafectada posible, para acabar erigiendo imágenes planas técnicamente impecables y con una calidad de detalles que pone de manifiesto su preocupación formal por la desnudez y la pureza de registro.

Bajo la denominación genérica de «Escuela de Düsseldorf», todos ellos reinventaran la larga tradición de géneros como la fotografía de arquitectura o el retrato. Y precisamente con éste, irrumpió Ruff en la escena artística: sus rostros, ampliados a una escala aplastante, ponían de manifiesto la absoluta imposibilidad de acercamiento sensible y emocional a la realidad, y terminaban por revelar la crisis del propio paradigma científico heredado del Positivismo, en concreto, a aquella sistematización que a finales del siglo xix habían planteado Galton y Bertillon.

Aunque la temática haya mutado ostensiblemente —retratos, peculiares visiones nocturnas, emblemáticos edificios, constelaciones astrales, desnudos pornográficos, publicidad re-fotografiada de Internet, u objetos industriales—, y aunque en ocasiones haya hecho uso de la manipulación digital a fin de eliminar los detalles superfluos, lo cierto es que, la manera esencial en la que Thomas Ruff ha tratado todos estos motivos no ha variado.

Leer más
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...