Realizan la estructura de un nuevo balcón interior. El resto de los espacios de la casa se disponen en torno a este altillo. Para su ejecución se realiza una serie de labores de restauración de la estructura existente y se abre un tragaluz en un tabique, que separa el baño de la sala, con el objetivo de propagar la luz natural a esa parte más oscura de la casa.
Descripción del proyecto por Ágora Arquitectura
Nos encontramos en el interior de un piso de 30m² ubicado en la primera planta de un edificio plurifamiliar construido en el año 1900 en el barrio del Raval de Barcelona. La casa conserva un tipo de crujía estrecha de gran altura que alberga una habitación interior cegada, un baño que ventila a través de un patio oscuro y una sala-cocina que recibe la luz del exterior de la calle a través de una balconera.
La propuesta reflexiona sobre cómo potenciar la limitada entrada de luz, cómo flexibilizar el espacio y cómo multiplicar en este contexto la poca superficie útil existente, tomando consciencia de la específica manera de habitar el lugar; de la particular vida que se vive entre los balcones de las calles próximas; y de cómo estos pequeños salientes de la fachada consiguen ampliar la vida interior de las tipologías vecinas colonizando el exterior de forma intensa.
Se proyecta un altillo construido en madera reavivando la idea de un nuevo “balcón” interior que se apodera de la altura existente, intensifica las posibilidades de uso del espacio y dialoga con la materialidad del soporte estructural del forjado. Se ubica bajo el altillo un conjunto de armarios construidos mediante melaminas blancas que sirven tanto para contener el programa doméstico de la casa como para dividir los espacios. Se derriban los dos tabiques interiores que configuran la única habitación disponible apeando el sistema mediante una gran viga de madera laminada que deja a la vista las huellas de la operación. Se reparan algunas de las vigas de madera dañadas, substituyendo primero las cabezas podridas por la acción de la humedad, para después reforzar los elementos mediante apuntalamientos substitutorios formados por vigas de madera laminada. Se abre un tragaluz en el tabique que separa el baño de la sala, que deja en suspense la estructura creada para el altillo, permitiendo que la luz se propague hacia la parte más oscura del piso. Se extienden en el interior las rasillas cerámicas del balcón a través de un nuevo pavimento de terracota. También se reproduce en el interior la idea de esconder la intimidad y protegerse de la luz del exterior a través de unas persianas enrollables de madera. Trazando en el interior una alegoría del entorno.