Los arquitectos de Stanaćev Granados buscan disminuir el impacto visual de la vivida por lo que se sitúan en el terreno mediante un zócalo de hormigón, que envuelve el garaje semienterrado y soporta las plantas superiores, mientras que el resto de la vivienda se resuelve con una estructura de madera generando una secuencia de patio, espacio interior y terraza.
El interior se abre hacia los patios y hacia el exterior. En la fachada norte se genera una prolongación de las zonas comunes hacia la terraza exterior, haciendo que la cara de poniente se abra al patio semihundido con visitas al mar, mientras que, en la cara de oriente se encuentran los espacios de servicio, aprovechando el desnivel del terreno.
La zona de día se conecta con la planta superior mediante un espacio a doble altura, que permite conectar la vida familiar y a su vez, separar la zona de los niños del dormitorio principal. El elemento de seguridad para proteger el hueco es una red de pesca, donde los niños pueden jugar a la vez que se puede disfrutar del espacio en familia. Se genera un contraste entre el ambiente tenue del interior, el enmarcando de las vistas y el blanco satinado de la planta superior, lleno de luz y matices.
Casa Primeriza por Stanaćev Granados. Fotografía por Marcos Zegers.
Descripción del proyecto por Stanaćev Granados
Ubicada en un terreno costero del litoral central de Chile, la casa se emplaza en una meseta orientada naturalmente hacia el sol y las vistas más atractivas sobre el Pacífico.
Nuestros clientes deseaban aprovechar al máximo la vida al aire libre y por tanto uno de sus mayores deseos era que la casa les ofreciera distintas maneras de vivir el exterior. En esta línea, otras de sus prioridades era que la casa tuviera multitud de ambientes y patios; casi podríamos llamarlos «estados de ánimo». Estos dos aspectos, unidos a las condiciones del lugar, dieron forma al volumen de la casa y sus diferentes espacios.
La operación fue extender la edificación a lo largo del terreno, adaptándola a la topografía para disminuir su impacto visual. De esta forma la casa conquista la pendiente en tres niveles, situándose sobre el terreno mediante un zócalo de hormigón que contiene un garaje semienterrado y que luego se convierte en los muros que sostienen los niveles superiores. Gracias a la orientación de todo el volumen, la casa misma actúa como un escudo contra el fuerte viento sur predominante en la zona. Extendida sobre esta pendiente se encuentra la escalera de acceso, que nos conduce pausadamente al primero de los patios.
Casa Primeriza por Stanaćev Granados. Fotografía por Marcos Zegers.
En contraste con la hermeticidad del zócalo de hormigón, el resto de la casa es de madera y se abre casi por completo para aprovechar las vistas y la vida al exterior. La terraza principal al norte, soleada, supone una prolongación directa del interior y posibilita una conexión fluida con el jardín; en contraste con el patio sur de acceso, de atmósfera más sombría. El envigado de madera unifica estos tres espacios secuenciales: patio, interior, terraza. Por otro lado, la fachada poniente se abre a un patio semihundido que da continuidad visual hacia el mar, a través del techo verde del garaje. Al otro lado, en la cara oriente, aprovechando la contención del terreno, se sitúan los espacios de servicio.
La zona de día con una chimenea hecha a medida en su punto focal se extiende verticalmente hacia el nivel superior mediante una doble altura que a su vez separa el dormitorio principal del ala de los niños. La escalera y la sala de estar, ambas abiertas, posibilitan que la vida familiar transcurra sin interrupciones entre ambos niveles. El hecho de incluir una malla de seguridad suspendida - una red de pesca - cuya superficie tambaleante y casi invisible invita además a momentos divertidos en familia, especialmente al juego de los niños, es para fomentar también dicha permeabilidad.
Si bien la madera es el único material interior, su tratamiento difiere entre ambos mundos para crear dos atmósferas diferenciadas. Por un lado, se utiliza un tono oscuro semitransparente para el nivel inferior, que atenúa la intensidad lumínica y enmarca el paisaje, al tiempo que da continuidad entre el interior y la estructura de las terrazas y los revestimientos exteriores. Mientras, por otro lado, el segundo nivel se tiñe completamente de blanco satinado, e inundado de luz, ofrece infinidad de reflejos y matices.
Casa Primeriza por Stanaćev Granados. Fotografía por Marcos Zegers.
Trabajar con la topografía del sitio permitió que la casa se conectara orgánicamente con el terreno. La terraza funciona como un duplicado exterior de los espacios habitables principales y se derrama fácilmente en el paisaje convirtiéndose en su extensión natural. De igual forma, la zona de juegos ubicado de la segunda planta se desborda hacia un pequeño plano que actúa como su extensión exterior y conecta con la zona de la piscina y la terraza principal. Intercaladas las circulaciones interiores y exteriores de la casa forman un círculo completo.
Gracias a la orientación de todo el volumen, la propia casa actúa como un escudo contra los vientos del sur que azotan su fachada posterior, mientras que todo el frente de la casa permanece insensible. El único espacio exterior abierto a las corrientes está hundido entre el techo verde del garaje y la sala de estar y actúa como una íntima terraza para tomar el sol.
La Casa Primeriza es nuestra primera obra construida. Si bien el proyecto lo realizamos en Chile, al inicio de su construcción nos encontrábamos en España, hecho que coincidió con el surgimiento de la pandemia COVID y el confinamiento. Ante la imposibilidad de viajar, supervisamos toda su construcción de forma remota mediante llamadas y mensajes. Pudimos visitar la obra por vez primera cuando ya era una casa habitada.