El programa del edificio se desarrolla separadamente por plantas. De esta forma, tres plantas son proyectadas sobre el nivel de la calle y una bajo rasante. La planta baja destaca por su marcada presencia y solidez. Mientras que, la ligereza del resto de las plantas se materializa en los forjados vistos en fachada y la permeabilidad de las celosías de barro cocido.
Descripción del proyecto por AR3 Gualguasplliteras + MDBA
El edificio es un gran contenedor que filtra la luz natural de diferentes formas para ir conformando espacios interiores directamente relacionados con los exteriores.
Es esta relación interior-exterior la que origina el proyecto.
La idea principal es que todas las actividades desarrolladas dentro del edificio tengan una conexión directa con el exterior.
Es por ello que es muy importante crear una piel envolvente que permita esta vinculación de espacios y nos ayude a delimitar y desdibujar al mismo tiempo la frontera entre interior y exterior.
El edificio se dispone longitudinalmente a la fachada más larga del solar separándose de la medianera trasera. Cuenta con tres plantas sobre el nivel de la calle y una bajo rasante.
Se ha dejado un paso entre el cuerpo principal del edificio y la medianera para poder situar los elementos de comunicación principales: la rampa de vehículos y los accesos a los núcleos de comunicación vertical. En cada uno de los extremos se ubica un núcleo vertical de acceso a los cuatro niveles.
La planta baja, directamente relacionada con la calle y la ciudad en todas las fachadas, es la base del edificio, sólida y estable. Las plantas piso, más ligeras, crean sus propios espacios exteriores como si fueran extensiones privadas de la calle.
De esta manera se van desarrollando diversos lugares de relación entre los usuarios del edificio: desde los más privados en la planta segunda de viviendas hasta la más pública en la planta baja destinada a producción y restaurante.
En cualquier caso, siempre subyace el concepto de comunidad marcadamente unido a las diferentes zonas.
La propietaria del edificio, la Fundació Amadip Esment, tiene por objetivo destinar todos los espacios a sus usuarios, personas con discapacidad intelectual, pero no renuncia a compartirlos con la comunidad, ya que sus servicios abarcan la formación, la producción y la inserción laboral.
El programa del edificio se desarrolla separadamente por plantas.
En la planta baja se sitúa una cocina industrial y un obrador con posibilidad de formación para varios grupos. Anexa a la cocina y sin separación física se dispone una sala de bar-restaurante con una sala reservado que puede funcionar como aula. Unos grandes ventanales cuadrados sirven de filtro con la calle exterior y permiten ser usados como asientos tanto al interior como al exterior marcando el carácter semiexterior del espacio.
En la planta primera existen cuatro aulas de grandes dimensiones y un espacio de oficinas. El acceso a cada unidad se realiza desde un porche cubierto a través de un patio que queda en la parte posterior. Los grandes ventanales de las aulas esquivan el sol mediante unos espacios intersticiales entre ellos y la fachada semicerrados con celosías fijas.
En la planta segunda se ubican 11 viviendas mínimas de una sola habitación pasante y un centro de día en la esquina. Estas viviendas, destinadas a fomentar la autonomía de las personas con discapacidad, se disponen en sistema de corredor accediéndose a ellas desde un porche cubierto en la fachada del edificio protegido del sol con celosía. Este corredor es la calle privada en la que los habitantes se relacionan y que les funciona también como terraza.
La planta sótano está destinada a aparcamiento, vestidores y almacenaje.
Para enfatizar la solidez de la planta baja su fachada deja a la vista el hormigón armado con la que se sustenta. La ligereza del resto de las plantas se materializa en los forjados vistos en fachada y la permeabilidad de las celosías de las fachadas.
La estructura de hormigón armado se ha dejado vista en todo el edificio, tanto los forjados como los pilares y muros. Los acabados han seguido la línea de dejar el producto lo menos elaborado posible. El barro cocido, de producción en la isla de Mallorca, se ha utilizado en pavimentos exteriores y en la celosía de la fachada. La madera de Acoya en las ventanas de planta baja y madera tipo DM y Viroc en las puertas del edificio reducen el mantenimiento al mínimo.
El edificio cuenta con una instalación de placas fotovoltaicas para su autoconsumo y un sistema de recuperación de calor de la maquinaria frigorífica para calentamiento del agua sanitaria. Además se han reducido los espacios climatizados siendo todos los espacios de comunicación semiexteriores, incluyendo los accesos verticales. De esta manera la huella de carbono final es más reducida.