La rehabilitación de Barru Arkitektura se realiza en un espacio con cinco grandes vanos, en uno de sus lados, que permiten asomarse a la plaza principal. El espacio interior se recupero realizando un estudio de su estado original, (el estado actual había sido muy transformado con intervenciones de poca entidad), recuperando sus papeles pintados y decoraciones.
Una intervención compleja fue la integración de un puesto de secretaría, que se realizó mediante la construcción de un mueble de líneas curvas de acero inoxidable color champán, abieto hacia la zona de circulación con formas geométricas oblicuas y curvas, incluyendo un óculo en el techo, creando un espacio de trabajo que ofrece luz, comodidad y privacidad.
Un aspecto importante de la intervención fue su carácter reversible, respetuoso y sostenible que no altera el el carácter patrimonial del salón. Se ha prestado especial atención a la iluminación y la acústica, utilizando materiales nobles y desmontables. El nuevo elemento, aunque distinto, se integra con el espacio original, respetando su esencia y aportando un lenguaje contemporáneo.
Despacho burbuja y rehabilitación del Salón de Actos del ayuntamiento por Barru Arkitektura. Fotografía por Jorge Allende.
Descripción del proyecto por Barru Arkitektura
El Salón de Actos del Ayuntamiento de Hernani es una joya arquitectónica del siglo XIX, formando parte de un conjunto de espacios nobles que incluyen una majestuosa escalera imperial, el salón de plenos y el propio salón de actos. Este último, con una superficie de 155m2 y dimensiones de 25 x 6,2m, fue concebido originalmente como un espacio para actos sociales, bailes y celebraciones.
La reciente rehabilitación del salón de actos se realizó con el objetivo de preservar su valor estético, patrimonial y funcional. Consta de un lado largo que cuenta con cinco grandes vanos que asoman a la plaza principal, destacando un balcón central que se erige como el punto focal de la fachada. El interior del salón se caracteriza por su simetría, con una serliana que enmarca el hueco central y dos serlianas adicionales que marcan los pasos a los espacios laterales.
A lo largo de los años, el salón sufrió diversas modificaciones que alteraron su decoración original, dejando el espacio en condiciones que no cumplían con las exigencias de confort contemporáneas. Las pinturas murales, que originalmente replicaban mármoles, se habían perdido a causa de intervenciones de baja calidad. Para guiar la restauración, se utilizó una fotografía histórica que mostraba el salón recién terminado, con el arquitecto y el maestro de obras presentes.
La primera fase de la intervención incluyó la instalación de un sistema de climatización por conductos con rejillas en el suelo de madera, un nuevo sistema de iluminación controlado por radiofrecuencia para evitar dañar las molduras, la sustitución de carpinterías deterioradas, y el repintado completo del salón. Además, se recuperó el papel pintado original en las paredes.
Uno de los desafíos restantes era la ubicación del puesto de secretaría, que debía integrarse sin alterar la configuración del salón. La solución fue diseñar un mueble de líneas curvas, con un acabado minimalista de acero inoxidable color champán, que desde el centro del salón parece casi imperceptible. Este mueble se abre hacia la zona de circulación con formas geométricas oblicuas y curvas, incluyendo un óculo en el techo, creando un espacio de trabajo que ofrece luz, comodidad y privacidad.
La intervención fue respetuosa y sostenible, diseñada para ser reversible sin alterar el carácter patrimonial del salón. Se prestó especial atención a la iluminación y la acústica, utilizando materiales nobles y desmontables. El nuevo elemento, aunque distinto, se integra con el espacio original, respetando su esencia y aportando un lenguaje contemporáneo.