La balsa, que también puede ser utilizada como piscina, genera una plataforma elevada sobre el terreno, que eleva al observador por encima del paisaje, en una plataforma que funciona como solárium y que acoge en su interior un pequeño almacén o sala de maquinas.
La construcción se remata con un ladrillo a sardinel con enlucido burdo de cemento mezclado con la tierra arcillosa del lugar. La balsa se pinta de color rojo intenso, el agua transformada en vino, una copa de garnacha tinta.
Balsa D.O. Aalella por Pineda Monedero. Fotografía por Borja Ballbé.
Descripción del proyecto por Pineda Monedero
El encargo es la construcción de una balsa de riego que pueda ser utilizada como piscina. La localización, muy privilegiada, se sitúa entre los viñedos de la Denominación de Origen Alella, con vistas a la ermita vecina y al mar.
Su implantación en una finca histórica presenta varios dilemas y un objetivo: colocarse quirúrgicamente entre las hileras de viñedos. Sus dimensiones vienen acotadas por la distancia entre hileras para eliminar el mínimo número de cepas centenarias.
Su colocación a caballo entre dos bancales permite acceder desde abajo a la sala de máquinas. Una escalera en el extremo del volumen salva el desnivel y permite acceder a la cubierta del almacén que funciona como solárium.
Los materiales del nuevo volumen se limitan al suelo de ladrillo a sardinel y el enlucido burdo de cemento mezclado con la tierra arcillosa del lugar.
La balsa se pinta de color rojo intenso, por lo que, como Jesús, el agua se transforma en vino, y la sensación es la de estar dentro de una copa de garnacha tinta. Al nadar, únicamente vemos los viñedos que enmarcan el campanario de la iglesia y el cielo.