Una interesante exposición que abre el debate y una reflexión crítica sobre la profusión de instalaciones culturales, desarrolladas en las últimas décadas, que toman como base el patrimonio industrial de un tiempo ya pasado, para reconvertilo programáticamente.
Se construye una experiencia sensorial por medio de instalaciones que combinan elementos arquitectónicos, la documentación de recorridos estratificados por estas instituciones, vídeos descriptivos de su actividad, citas y textos evocadores, superposiciones de imágenes contemporáneas y de archivo.
Descripción del proyecto por Jorge Conde
Las ruinas de este proyecto son los vestigios arquitectónicos de instalaciones industriales que ya no existen: una fábrica, un matadero, una central eléctrica, una estación del ferrocarril, una factoría automotriz, un mercado de abastos, un gasómetro, un molino de algodón, una torre de agua, unos astilleros. Infinitos representantes de una organización social y un modelo productivo conocidos pero hoy obsoletos, superados en la función, el tiempo y el espacio.
Esta obsolescencia decretada por la evolución no es del todo abandono ni tampoco ausencia. Antes bien se nos presenta como liminalidad, reinvención y tránsito, toda vez que en estos lugares, actualmente habitados por otros y donde se desempeñan otras funciones, planea latente la memoria de la sociedad industrial y quienes fueron sus protagonistas. Personas que nos precedieron, algunas conocidas y la mayoría gente al margen de la historiografía oficial.
Jorge Conde aborda este proyecto como una oportunidad para suspendernos en el tiempo histórico y recorrer libremente el camino que conduce desde una infraestructura industrial obsoleta hasta una institución dedicada a la promoción de las artes visuales y el pensamiento contemporáneo. En otras palabras: el devenir hacia una segunda vida otorgada a un edificio por una sociedad distinta de la que lo creó, su rol en la preservación de la memoria y la identidad urbana, así como las irradiaciones que actualmente produce en su entorno.
Para ello construye una experiencia sensorial por medio de instalaciones que combinan elementos arquitectónicos, la documentación de recorridos estratificados por estas instituciones, vídeos descriptivos de su actividad, citas y textos evocadores, superposiciones de imágenes contemporáneas y de archivo. Todas las composiciones sonoras son recreaciones construidas a partir de sonidos ambientales registrados en estos lugares e interpolaciones que simulan la metamorfosis funcional y la vida antes y después de la transformación. Una experiencia que aspira a la atemporalidad estimulante como estrategia para la reflexión.
Dada la magnitud del proyecto, un universo de 120 lugares de origen industrial explorados en 16 países europeos a lo largo de una década de trabajo, Jorge Conde plantea el espacio de La Fragua como un inmenso gabinete de fotografías que parte desde un cierto orden, se tensiona y finalmente retorna a una calma que no termina de resolverse. Un diálogo con el tiempo y con el espacio. Un ejercicio discursivo sobre la transformación arquitectónica y la memoria construido sobre los nuevos usos dados a estas salas y a la Antigua Fábrica de Tabacos de Madrid.
Consciente de que la investigación y la fotografía nunca son neutrales –ni siquiera literales-, compone un archivo de documentos “fingidos” no jerarquizados, un recuento necesariamente caleidoscópico, arbitrario e impreciso de arquitecturas híbridas que, por su propia esencia, huyen de lo inmutable. Busca en cada edificio los restos de la arquitectura industrial y su transformación en una arquitectura tal vez con mejor futuro. Descubre la intersección de funciones inconexas, a menudo muy distantes entre sí, y el diálogo intergeneracional, es decir, el intercambio entre sociedades basadas en valores y modelos productivos diferentes, rastreando el tránsito entre la sociedad extinta y la existente.
Se trata, en definitiva, de recuperar la memoria de aquellas arquitecturas funcionales, de carácter predominantemente instrumental, exprimir la estela de aquella vida otra que alguna vez tuvieron y proporcionar un sentido a las transformaciones y renovaciones que en tiempos recientes han experimentado, apto para la contemporaneidad y acaso necesario.