Rykwert nació en Varsovia (Polonia) en 1926 y se mudó al Reino Unido en 1939, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Estudió en la Architectural Association y en la Bartlett School of Architecture y obtuvo su doctorado en el Royal College of Art en 1967.
Fue profesor en la Hammersmith School of Arts & Crafts y más tarde en la Ulm School of Design desde 1958, convirtiéndose más tarde en bibliotecario y tutor en el Royal College of Art de 1961 a 1967, donde obtuvo su doctorado. Fue profesor de Arte en la Universidad de Essex, puesto que ocupó de 1967 a 1980, cuando se trasladó a Cambridge para ejercer inicialmente como profesor Slade de Bellas Artes y luego como profesor de Arquitectura. Aquí Rykwert continuó su influyente programa de máster, impartido por el crítico de arquitectura Dalibor Vesely.
En 1988 Rykwert fue nombrado profesor de Arquitectura Paul Philippe Cret en la Universidad de Pensilvania, puesto que ocupó hasta 1998; fue profesor emérito. También fue profesor visitante en prestigiosas universidades y enseñó, a lo largo de su carrera, a toda una generación de historiadores y teóricos de la arquitectura.
Décadas después, en 2012, Rykwert publicó un importante ensayo titulado ¿Importa la crítica de la arquitectura? En él, describía la precaria posición del crítico de arquitectura en la era de la starchitecture.
«La crítica puede parecer irrelevante para cualquier conversación sobre edificios en este punto álgido de la starchitecture”, dijo Rykwert. “Criticar a los starchitecture puede ser como hacer comentarios despectivos en un concierto pop, sin embargo, a diferencia de la starchitecture, la música pop parece haber engendrado una cultura de críticos astutos, aunque sus palabras, por agudas que sean, parecen incapaces de perforar incluso las reputaciones más infladas”.
Siempre he creído que el crítico debe ser un luchador. Para ello, debe tener una base desde la que operar, no solo la obvia de un periódico, una publicación periódica, un programa de radio o televisión o un blog que haga públicas sus opiniones, sino, más íntimamente, una noción claramente articulada de lo que cree que la sociedad debe esperar de sus constructores. Esto no se refiere sólo a los arquitectos, sino también a los promotores, a los gobiernos locales y centrales y a todos aquellos que elaboran los programas en los que debe trabajar el arquitect».
Joseph Rykwert