No se puede entrar a La casa infinita (La casa infinita); siempre estás dentro de ella. Es tan grande que no puedes irte. Es abierta y amplia, sencilla y discreta. La casa es tan grande que puedes recorrerla a pie, en bicicleta, coche, tren, autobús o incluso en avión. Tiene jardines, montañas y praderas. Tiene pequeñas habitaciones, camas y mesas. Cada espacio está conectado. Dar vueltas por la casa se convierte en un viaje para toda la vida.
Gerardo Caballero. Curador de La Casa Infinita.
En esta ocasión, la propuesta de Gerardo Caballero y su equipo toma inspiración de la tradición constructiva de la vivienda argentina y recopila en su interior obras de diferentes tipologías, individuales y colectivas.El proyecto del pabellón surge de una composición generada a partir de la repetición y superposición de la típica tipología, "casa chorizo", un tipo de vivienda popular local que puede encontrarse replicado en cualquier parte del país.