El edificio, realizado en diferentes fases, ha sido paulatinamente reconocido con el Premio Internacional de Arquitectura Religiosa, otorgado en 2022 por la Asociación de Arquitectos de Estados Unidos (AIA) y la asociación Faith&Form; el Premio a la Innovación con Hormigón 2012, de la Fundación Ambuja de India; así como su inclusión en la colección permanente del Museo de Arte Moderno MoMA de Nueva York.
La Fundación Frate Sole, creada en 1995 por el padre Costantino Ruggeri, promueve los valores artísticos en espacios de culto cristiano. Además del Premio Internacional de Arquitectura Sacra, organiza el Premio Europeo para el mejor proyecto de grado de una nueva iglesia y es un referente internacional en la investigación sobre las iglesias contemporáneas. También promueve la obra de su fundador, artista polifacético que diseñó más de 30 iglesias en todo el mundo.
Iglesia Las Chumberas por Fernando Menis. Fotografía por Hisao Suzuki.
Descripción del proyecto por Fernando Menis
Un ejemplo de acción colectiva
La construcción de la Iglesia del Santísimo Redentor, extendida a lo largo de quince años, se ha solapado con el proceso de transformación del barrio de Las Chumberas, un polígono de 670 viviendas de los años '70, organizadas en 42 bloques a las que se sumaron más tarde centros comerciales y naves industriales. Apoyado en todo momento por el Obispado de Tenerife, promotor del proyecto, así como por los patrocinadores y los vecinos, Menis planteó la Iglesia como un necesario catalizador de los cambios urbanos y sociales que se daban en el barrio. En su visión, el nuevo edificio tenía que crear un lugar donde no lo había, y contribuir a la redefinición identitaria de Las Chumberas, erigiéndose en espacio de referencia en un previo tejido urbano confuso. La edificación resultante es una Iglesia que incluye un centro parroquial y una plaza pública rodeada de vegetación, es decir un lugar público, de encuentro, que el barrio necesitaba.
También es un ejemplo de acción colectiva pues la financiación de las obras ha sido realizada mediante donaciones de varias organizaciones, muchos vecinos y algunos empresarios comprometidos con el barrio que les vio nacer y crecer. El ritmo desigual de las remesas es de hecho lo que ha determinado la lógica constructiva del proyecto y su posterior ejecución: un complejo formado por cuatro módulos independientes más su entorno, que se ha ido entregando por fases. El centro parroquial, alojado en dos de los cuatro volúmenes del complejo, se finalizó en 2008 y se dio en uso desde entonces a la espera de reunir los fondos necesarios para el resto de la obra.
Iglesia Las Chumberas por Fernando Menis. Fotografía por Hisao Suzuki.
Innovación low tech con hormigón y piedra
El edificio, inspirado en la geología de la isla volcánica que lo acoge, aparece incrustado en el suelo, elevándose con sus cuatro volúmenes macizos que te llevan a pensar en unas enormes rocas movedizas. La textura rugosa del hormigón visto contrasta fuertemente con el entorno residencial de factura convencional. Es como si en la periferia se hubiera producido un fenómeno geológico, como si la naturaleza luchara contra la banalidad. Entre los volúmenes pétreos se abren estrechas fracturas que se protegen con unas estructuras escultóricas de metal y vidrio. A través de ellas se desliza la luz natural que acaba de configurar un conjunto austero y descarnado, en el que el arquitecto ha renunciado a todo lo superfluo.
La luz del día se filtra a través de las grietas para dar forma a un vacío libre e introvertido que juega un papel esencial en la misa al enfatizar cada uno de los sacramentos cristianos. Al amanecer, una cascada de luz atraviesa la cruz llenando el espacio detrás del altar para así escenificar la entrada a la cueva en la que fue sepultado Jesús e irradiando hacia la pila bautismal, la primera luz de un cristiano. Al mediodía, el altar, la confirmación y la comunión son bañados por la luz que fluye verticalmente. Más tarde, un haz de luz cae sobre el confesionario. La estratégica disposición de los lucernarios consigue el mismo efecto sobre la unción, el matrimonio y el sacerdocio.
Iglesia Las Chumberas por Fernando Menis. Fotografía por Roland Halbe.
El uso del hormigón como material principal, cubre varios aspectos: exterior, interior, estructura, forma, materia y textura. En primer lugar, es un material de uso común, accesible localmente, lo que permite trabajar solo con empresas y materiales locales, de acuerdo con los principios de la "arquitectura kilómetro cero" que Menis reivindica en sus proyectos. En segundo lugar, la eficiencia energética proporcionada por el hormigón debido a su naturaleza isotrópica se ve reforzada aquí por la inercia térmica de los gruesos muros macizos.
Finalmente, como en otros de sus edificios - el Centro de Cultura, Música y Congresos CKK Jordanki (2015, Polonia), o Magma Arte & Congresos (2007, Tenerife) - Menis experimenta aquí con el potencial acústico del hormigón, y desmitifica la creencia común según la cual el hormigón es acústicamente inferior a otros materiales como, por ejemplo, la madera. Desde el punto de vista de la acústica, el hormigón se utilizó aquí de dos formas: para la difusión del sonido se utilizó hormigón visto convencional, mientras que para la absorción se picó la superficie del hormigón visto previamente mezclado con piedra volcánica porosa ligera (picón). Se ha logrado así una acústica que asemeja la habitual en la ópera, adecuada para la palabra y el canto, idealmente diseñada para un edificio que aúna las funciones eclesiásticas y sociales.