En la segunda etapa se realizó la demolición total de la segunda propiedad en la parcela interior para la construcción de un Salón de usos múltiples con entrada independiente.
Ambos conjuntos de edificios están unidos entre sí a través de un patio y una expansión que se configura con la adición de las superficies de ambos patios.
Descripción del proyecto por Irigoyen Navarro arquitectos
El Proyecto consta de dos etapas de intervención coincidentes con las dos propiedades que componen el conjunto edilicio del Colegio de Profesionales de la Agrimensura de la Provincia de Santa Fe.
El edificio principal es una vivienda en dos plantas de principios de siglo con frente a Avenida Freyre. En este edificio se llevan a cargo las principales actividades de gestión y gobierno de la institución. La segunda propiedad es una vivienda de mediados de siglo, que se encuentra en una parcela interior con acceso independiente desde la calle, donde se alojaba el archivo principal y las oficinas técnicas del Colegio.
El proyecto procuró reorganizar todo el conjunto resolviendo la totalidad de las necesidades administrativas y de gobierno de la Institución en una primera etapa en el edificio principal, para lo cual se propuso un reordenamiento y acondicionamiento de la superficie existente, más una ampliación en las terrazas existente en el fondo de la propiedad, para trasladar todas las funciones administrativas y de gobierno a un único edificio.
La segunda etapa de intervención consistió en la demolición total de la segunda propiedad en el la parcela interior para la construcción de un Salón de Usos Múltiples con acceso independiente. Ambos conjuntos edilicios se vinculan entre sí mediante un patio y expansión que se configura con la sumatoria de las superficies de ambos patios originales: el fondo de la propiedad ubicada sobre el frente y el fondo del lote interno. De tal modo se obtiene un espacio del doble de superficie, unificado, que admite usos como expansión de todo el conjunto edilicio.
El salón de usos múltiples es un espacio de 100 m², equipado para diversas actividades y construido mediante una estructura independiente metálica fabricada en taller y montada en obra.
Debido a la escasa profundidad del patio de 10 m, se buscó evitar una fuerte presencia del salón mediante una fachada íntegramente vidriada que profundice las visuales desde el patio y dé continuidad espacial al conjunto.
Para lograr una planta libre se utilizó una cubierta abovedada que, además de ser la solución técnica, procura convertirse en un único gesto arquitectónico que da integridad al programa y que se constituye como la identidad visual del proyecto.