Patios de juego / Modelos para una ciudad es un ciclo de intervenciones artísticas basadas en la necesidad de dedicar más espacios para los niños en las ciudades contemporáneas y las instituciones culturales. Los parques infantiles son escenarios tangibles o intangibles que fomentan apropiaciones y usos inesperados, experimentos prácticos sobre el derecho a jugar o entornos sensibles para relacionarse con los niños.
Intermediae Matadero ha invitado a diferentes artistas, investigadores, diseñadores de políticas y ciudadanos a reflexionar sobre el concepto de "juego" y sus posibles derivaciones. Sus propuestas toman como punto de partida la creencia de que a través del juego y la interrupción resultante de las normas de comportamiento institucionalizadas, es posible generar nuevas relaciones sociales.
Descripción del proyecto por Diego Delas
Teatro sin fin, realizado por la artista Leonor Serrano Rivas, es una instalación site-specific que altera espacio físico y percepción mediante un laberinto de superficies reflectantes, pantallas elásticas y sonido. Se trata de campo de juego en el que las imágenes reflejadas de los visitantes se despliegan en un espacio laberíntico de arquitecturas blandas, ligeras y táctiles.
Casi a cielo abierto, entre sábanas tendidas en la oscuridad, sensaciones puntúan el relato: caminar sin horizonte, un arriba sin abajo, ecos y huellas que duran lo que dura un carrusel, empujar y correr, buscarse en el fondo y ser figura, columna, actor.
En este campo el espectador deforma con los dedos cada estancia y la escena se amplifica y distorsiona, crece y tiembla. Al otro lado: ecos, ruidos, correteos que salpican – ora aquí, ora allá – en un juego para todos. Siluetas de madera jalonan este laberinto en el que caben multiplicidad de colores en la penumbra y asistimos así a la deliciosa perplejidad de mirar con ojos nuevos: nueva dirección, mismo sentido. Detrás del espejo, pero hacia dentro.
¿Qué pensaría Kiesler de esta gran Ouija que con su dedo le saluda a él y a su Endless Theatre?, ¿a su teatro sin fin ahora suspendido en el aire como una asombrosa fantasmagoría?.
Campo encerrado en un bosque de columnas, eternamente repetidas y atravesadas por una geometría táctil, silueteada y quimérica donde, el juego es el actor y nosotros decorado, movimiento reflejado, ensoñación del otro. Una escena en la que perseguir el juego, campo imaginado e interminable rayuela sin reglas.