A lo largo de tres días de conferencias internacionales en la Fundación Calouste Gulbenkian, la 7.ª Trienal de Arquitectura de Lisboa se presenta como un espacio para reflexionar y transformar no solo los órdenes sociales que habitamos, sino también las configuraciones espaciales que los sustentan.

En este contexto, Andrés Jaque, fundador de OFFPOLINN, nos invita a expandir la capacidad cognitiva y perceptiva de lo humano, abriendo el debate hacia diferentes tipos de prácticas espaciales contemporáneas que vinculan la política, la ecología, las nociones de justicia social y lo ambiental.

Con motivo de la invitación a Andrés Jaque para impartir una conferencia en el ciclo «Talk, Talk, Talk» de la 7.ª Trienal de Arquitectura de Lisboa, METALOCUS ha entrevistado al arquitecto español, actual decano de la Universidad de Columbia.

METALOCUS - Agustina Berta: El eje de esta jornada se titula «Fluxes / Flujos» — Cambios y Transformaciones. En ese sentido, ¿qué transformaciones consideras que son las más decisivas? y ¿qué rol se le asigna a la arquitectura frente a esas transformaciones?

Andrés Jaque: Lo primero es que la idea que tenemos de arquitectura, muchas veces, es objetual, que aísla edificios, convirtiéndolos en elementos cerrados en sí mismos, conformados por su propia volumetría. Lo mismo podríamos decir de los cuerpos y de los organismos que consideramos vivos: los entendemos como algo que es contrario a lo inerte y también cerrado en sí mismo, autoconfinado en su propia volumetría.

Desde una perspectiva ecológica, lo inerte y lo vivo no es fácil de distinguir; existen infiltraciones, dependencias, procesos que los conectan. Por ejemplo, las piedras son elementos vivos. En el proyecto «Stonelife» estamos reivindicando el rol de las piedras como ecosistemas, tan cambiantes, tan participados, tan colectivos como el Amazonas o como un bosque. Lo que pasa es que los humanos no tenemos la capacidad de observarlo. No la hemos tenido en el pasado, pero ahora sí contamos con la posibilidad de observar esto.

Restaurante RUN RUN RUN por Andrés Jaque. Fotografía por José Hevia.

Restaurante RUN RUN RUN por Andrés Jaque. Fotografía por José Hevia.

La manera en la que nos hemos relacionado con las piedras a través de la extracción, del corte, de la plastificación, de la excavación, son todos mecanismos extractivos y explotadores. Pero, ¿cómo sería la arquitectura si promoviésemos una relación con lo «otro» que humano, con lo «más» que humano, basada en un reforzamiento de los vínculos que nos unen unos a otros?

Esto considero que es lo relevante en estos momentos. Esta forma de entender las cosas hace que categorías o nociones, como la de la ciudad, hayan quedado obsoletas. Ya no nos interesa tanto la ciudad como modelo de mancha en el paisaje, ya que no resulta capaz de explicar o de visibilizar relaciones que son mucho más complejas, que se producen transescalarmente, que están distribuidas y conectan diferentes realidades: relaciones entre Hudson Yards y lugares en Sudáfrica donde se extrae el titanio necesario para el revestimiento de óxido de titanio que hace que brillen los edificios, por ejemplo.

Todas estas dependencias tienen una espacialidad más compleja. Creo que ahora lo más importante es que los paradigmas culturales, políticos, ecológicos y climáticos requieren otro tipo de espacialidad, y esa espacialidad es transescalar.

Casa Rambla-Clima por Andrés Jaque / Office for Political Innovation + Miguel Mesa del Castillo. Fotografía por José Hevia.

Casa Rambla-Clima por Andrés Jaque / Office for Political Innovation + Miguel Mesa del Castillo. Fotografía por José Hevia.

En la jornada titulada «Spectres / Espectros — Imperio y extractivismo», se habló de construir desde lo invisible. En relación con esta idea, ¿qué procesos consideras que están silenciosamente reconfigurando la vida urbana contemporánea?

La arquitectura siempre ha sido dependiente y se ha dado como una tecnología de percepción, de comunicación y de difusión. La arquitectura ha sido al mismo tiempo un «medio» y un «media». No existe una realidad que no requiera, para ser sentida, movilizada, visibilizada, mapeada y entendida, de una arquitectura específica que cumpla esas misiones. Es decir, la realidad que vemos y sentimos ahora es el resultado de una arquitectura que le permite a nuestros cuerpos, a través de la limitación sensorial y cognitiva que tenemos, sentirla.

Lo que pasa es que los procesos que son importantes ahora son procesos que, en buena medida, escapan al espectro sensorial de los humanos. Por ejemplo, muchas de las realidades en las que desde OFFPOLINN trabajamos ocurren a escalas o bien muy pequeñas, o bien muy grandes. Ocurren a la escala de filamentos, raíces, pero también a grandes escalas, como las formaciones de rocas.

Nuestro trabajo dedica una gran atención al desarrollo de tecnologías de representación y visualización, que son inseparables de los proyectos que hacemos. Para poder hacer proyectos como el Colegio Reggio, hemos tenido que construir alianzas con científicos, políticos, activistas, mucha gente que permite una expansión de la capacidad cognitiva y perceptiva de lo humano.

En la Rambla Climate-House tuvimos que asociarnos con edafólogos, con activistas del suelo y de la tierra de la región de Murcia, con expertos en hidrología, con artistas... Todo esto hace que el proyecto arquitectónico sea un proyecto que actúa sobre un «medio» y un «media», pero al mismo tiempo construye el «medio» y el «media» a través del cual los humanos nos aliamos con otros agentes.

«Stonelife» en la Bienal de Venecia por Andrés Jaque / OFFPOLINN. Fotografía por by José Hevia.

«Stonelife» en la Bienal de Venecia por Andrés Jaque / OFFPOLINN. Fotografía por by José Hevia.

Considerando la arquitectura como una forma de acción política, ¿consideras que es posible mantener una práctica crítica, social y experimental en un sistema definido por la rentabilidad y la desigualdad? ¿Acaso solamente es posible aplicarla en ámbitos de reflexión, como la Trienal?

No puede haber un impacto social y ecológico sin construir una voz con autoridad. La arquitectura en estos momentos solo se puede dar como una labor de disidencia: de disidencia de poderes hegemónicos, y para eso requiere un equilibrio entre investigación, diseño y activismo. Si mapeamos las prácticas arquitectónicas en este momento, todas tienen esta combinación.

Desde 2003, OFFPOLINN implementa esta fórmula y por eso hemos sido capaces de hacer proyectos que, desde posiciones más convencionales, habrían sido imposibles. También es importante entender que nuestro campo, el de la arquitectura, no está consensuado; existen prácticas en disputa: no estamos todos de acuerdo unos con otros. Esto es parte de la dimensión urbana y política de nuestra práctica.

En último término, yo creo que en los ochenta y los noventa la arquitectura se pensó como una práctica que aportaba espacio. La idea asociada a la arquitectura como provisión de espacio dejaba embebida la idea de que ese espacio era social y políticamente neutral. Es decir, lo social era algo que se convocaba, pero que sucedía antes y después de la arquitectura, no a la vez que se formaba la arquitectura.

Colegio Reggio por Andrés Jaque. Fotografía por José Hevia.

Colegio Reggio por Andrés Jaque. Fotografía por José Hevia.

Frente a esa idea, anclada en los noventa, nosotros hemos avanzado en una idea compositiva de la arquitectura: la arquitectura no es la provisión de espacios porque el espacio no existe. No hay diferencia materialmente, ni políticamente, ni ecológicamente entre el aire que respiramos y las paredes. Las paredes circulan, las respiramos, partículas del hormigón vuelan por el aire, las metemos en nuestros pulmones... Hay una circularidad en todo lo que hacemos que hace que el aire, especialmente, sea igual que los pavimentos de hormigón, las paredes, etc.

Esta circularidad de lo material hace que no exista la noción de espacio: es una fantasía obsoleta. No responde, por ejemplo, a cuestiones como las que plantea la crisis climática: la presencia de partículas o microorganismos en el aire es fundamental para entender qué tipo de comportamiento climático tiene un lugar.

Cuando digo que la arquitectura es compositiva, me refiero a las alianzas entre humanos, otras formas de vida, minerales, agua... Todas esas concatenaciones de alianzas se construyen, y se construyen a través de principios culturales, paradigmas ideológicos y políticos. Esa forma de ensamblaje de cosas diferentes es la política en sí misma y es la arquitectura. La arquitectura es la articulación y el ensamblaje, no es la caja en la que se mete. No hay una caja que pueda contener lo social y lo ecológico. Lo social y lo ecológico son la arquitectura, son el proceso a través del cual se construye, se interviene. Eso hace que tomen importancia nociones como lo articulado y lo compositivo.

La arquitectura es articulación y es composición, no espacio. Eso hace que nuestra práctica sea intrínsecamente política. Cuando hablamos de cómo se pacta la alianza, la coalición entre agentes diferentes, necesariamente hablamos de política.

Casa Rambla-Clima por Andrés Jaque / Office for Political Innovation + Miguel Mesa del Castillo. Fotografía por José Hevia.

Casa Rambla-Clima por Andrés Jaque / Office for Political Innovation + Miguel Mesa del Castillo. Fotografía por José Hevia.

¿Crees que las instituciones culturales y académicas están preparadas para compartir estos cambios que atraviesa la profesión?

Desde hace cuatro años soy el decano de la Graduate School of Architecture, Planning and Preservation (GSAPP) de la Universidad de Columbia (Nueva York), un espacio reconocido como uno de los más importantes, en el que la práctica arquitectónica se ensambla con la teoría y con la crítica. Este espacio de innovación es el lugar donde están ocurriendo todas estas transformaciones, anticipando prácticas futuras: el pensamiento transescalar, el pensamiento ecológico radical, el entendimiento del diseño arquitectónico desde una práctica crítica que depende intrínsecamente de la teoría.

Arquitectos, planificadores urbanos, comisarios, investigadores, científicos, activistas, artistas, trabajan interdisciplinariamente sobre temas que nadie sabe abordar por separado. El modelo implementado, llamado «clinics», ha marcado la pedagogía de Columbia GSAPP, y logra abordar temas complejos como poner límites a la exclusión en procesos de gentrificación en ciudades con gran presión demográfica, o por qué mecanismos se puede generar equidad en una transición como la de Tuvalu, una isla que próximamente desaparecerá por la subida del nivel del mar.

Estas grandes preguntas, que son las preguntas que los arquitectos nos tenemos que hacer en estos momentos, requieren otro tipo de pedagogías.

Al poder estar en contacto constantemente con alumnos, ¿qué es lo que más te ilusiona y te entusiasma de las futuras generaciones?

En Columbia tenemos una representación plural de la complejidad del mundo. Lo que a mí me entusiasma de las nuevas generaciones es que no entienden la arquitectura como un problema de diseño estilístico. No se dejan seducir por el aspecto de la arquitectura tal como se retrata en un post de Instagram. Tienen la curiosidad y el compromiso para entender que la arquitectura está fuertemente relacionada con procesos sociales, migratorios, ecológicos, procesos mucho más complejos que una discusión estilística. Quieren, por tanto, movilizar la capacidad de la arquitectura para abordar las grandes cuestiones de nuestro tiempo.

Más información

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Conferencia
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¿Qué es lo “urbano” cuando ciudad y campo se fusionan en amenazas de extracción, coexistencia y conflicto?

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Arquitectos
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Fechas
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Andrés Jaque: 30.10. 2025 / Talk, Talk, Talk: 02.10 > 08.12.2025.

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Lugar / Localización
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VII Trienal de Arquitectura de Lisboa, Fundación Calouste Gulbenkian. Av. de Berna, 45A. 1067-001 Lisbon, Portugal. 

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Fotografía
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José Hevia, Agustina Berta / METALOCUS, Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán y Rocío Romero). 

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Office for Political Innovation (OFFPOLINN) es un estudio de arquitectura fundado en 2003, con sede en Nueva York y Madrid, que trabaja en la intersección del diseño, la investigación y las prácticas ambientales críticas. La oficina desarrolla proyectos que transcurren a través de escalas y medios, con el objetivo de integrar la inclusividad en el entorno construido.

Actualmente, la oficina trabaja en proyectos para Thyssen Bornemisza Art Contemporary, CA2M, Real Madrid, Colegio Reggio y Grupo La Musa; y entre sus clientes se incluyen Lafayette Anticipations, Victoria & Albert Museum, Museum of Modern Art MoMA, Art Institute of Chicago, Fundación Cisneros, Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid, Matadero-Madrid, Obispado de Plasencia, Feria ARCO, London Design Museum, Power Station of Art (Shanghai), Fundació Mies van der Rohe y MAK Vienna.

En 2016, OFFPOLINN recibió el Premio Frederick Kiesler de Arquitectura y Artes de la Ciudad de Viena. El estudio también ha sido galardonado con el LEÓN DE PLATA al Mejor Proyecto de Investigación en la 14.ª Bienal de Venecia y con el Premio Dionisio Hernández Gil.

La obra de OFFPOLINN forma parte de las colecciones del MoMA y del Instituto de Arte de Chicago, entre muchas otras, y ha sido objeto de exposiciones individuales en el MoMA, el MoMA PS1, el MAK de Viena, la Universidad de Princeton, el Centro de Arte Contemporáneo RED CAT Cal Arts de Los Ángeles, la Cité de l’Architecture et du Patrimoine de París y Tabacalera de Madrid. También se ha exhibido en el Instituto de Arte de Chicago, el Zentrum für Kunst und Medien ZKM (Karlsruhe), el Museo de Diseño de Londres, la Whitechapel Gallery (Londres), el Z33 (Hasselt), el Museo Suizo de Arquitectura (Basilea), las trienales de arquitectura de Lisboa y Oslo, y las bienales de arquitectura de Venecia, Chicago, Gwanju, São Paulo, Santiago de Chile y Seúl.

Andrés Jaque, es doctor arquitecto. Es el fundador de Office for Political Innovation, un estudio de arquitectura internacional, con sede en Nueva York y Madrid, que trabaja en la intersección del diseño, la investigación y las prácticas ambientales críticas. Es además el Decano de la Graduate School of Archtiecture, Planning and Preservation de la Universidad de Columbia, Nueva York.

En 2014 recibió el León de Plata de la 14 Mostra Internazionale di Architettura, Biennale di Venezia.

Es autor de proyectos galardonados como Plasencia Clergy House (Dionisio Hernández Gil Prize), House in Never Never Land (Mies Van der Rohe European Union Award's finalist), TUPPER HOME (X Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo), o ESCARAVOX (COAM Award 2013). Ha desarrollado además performances arquitectónicas así como instalaciones que cuestionan los marcos políticos mediante la práctica arquitectónica; incluyendo IKEA Disobedients (MoMA Collection, 2011); PHANTOM. Mies as Rendered Society (Mies Barcelona Pavilion, 2012) o Superpowers of Ten (Lisbon Triennale, 2014).

Andrés Jaque es Profesor de Diseño Avanzado en la Columbia University's Graduate School of Architecture, Planning and Preservation (GSAPP) y Visiting Professor en Priceton University's School of Architecture.

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Publicado en: 2 de Noviembre de 2025
Cita:
metalocus, AGUSTINA BERTA
"Expandir la capacidad cognitiva y perceptiva de lo humano por Andrés Jaque" METALOCUS. Accedido el
<https://www.metalocus.es/es/noticias/expandir-la-capacidad-cognitiva-y-perceptiva-de-lo-humano-por-andres-jaque> ISSN 1139-6415
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